Mientras Andrés se bañaba, Hannah entró en el dormitorio de Andrés. Se sentó en la cama y notó algo.
La cama estaba desordenada como si alguien hubiera dormido allí. Las almohadas estaban esparcidas en la cama y las sábanas y mantas no estaban bien arregladas.
Alveena dijo que se habían quedado toda la noche trabajando en una presentación, pero ella no vio ningún portátil o papeles en la sala de estar ni dentro de la cama.
Esto solo significaba que le habían mentido. Hannah tenía una sensación punzante al respecto. No podía creerlo.
Hannah podía oler el perfume de otra mujer en su cama. Su sospecha aumentó aún más. Su corazón se comprimió dentro de su pecho.
—¿No? ¿No me digas que durmieron aquí juntos? ¿Lo están? ¿Están manteniendo una aventura secreta a mis espaldas? ¿Está Andrés engañándome con su asistente personal? —pensó Hannah.
Hannah estaba en la negación. No podía aceptarlo. Pero tampoco podía negar el hecho de que Alveena también era una mujer hermosa.