—Estás en la Ciudad del Imperio. ¿Estás perdido? —preguntó el transeúnte al hombre de la túnica negra.
Al oír eso, se formó una arruga en su frente. El nombre del lugar no tenía sentido para él, pero sabía que ya estaba en un mundo diferente.
Negó con la cabeza para responder a la pregunta del transeúnte. —No, no lo estoy. Gracias.
Después de dar las gracias a la persona, el hombre de la túnica negra continuó caminando hacia adelante. Observaba su entorno y lo comparaba con el otro mundo.
Desde el día que llegó a este mundo, había visto cosas nuevas... vehículos diferentes, edificios altos, casas de concreto, ropa distinta que llevaba la gente, y mucho más.
No sabía cuánto tiempo había estado vagando en este mundo. Estaba buscando a alguien pero no sabía por dónde empezar.
El lugar era muy rápido y estaba abarrotado de mucha gente. Se preguntaba cómo sería capaz de encontrar a la persona que estaba buscando.