Alicia caminaba de un lado a otro por la habitación de Harold, sintiéndose culpable. Su mente no dejaba de intentar imaginar la escena que estaba sucediendo entre ambos hermanos. ¿Qué iba a hacer ahora?
Su cabeza le dolía mucho y su cuerpo le dolía de haber sido tirada al suelo antes, pero ese era el menor de sus problemas. Harold estaba enojado.
¿Cómo iba a enfrentarlo? ¿Él le iba a gritar? ¿La iba a despreciar? ¿La iba a echar de su habitación?
Cuando sonó la primera campana, Harold todavía no estaba dentro, y eso la preocupaba aún más. ¿Y si lo estaban castigando por culpa de ella?
Decidió arriesgarse y salir del dormitorio para buscarlo. Ella había causado este lío y no permitiría que él fuera castigado por su culpa.
Tan pronto como abrió la puerta, vio a Harold parado allí. Él había estado a punto de abrir la puerta antes de que ella lo hiciera.