—¿Qué has hecho? —Zhao Lifei fue directa al grano. La única razón por la que no discutió con él en el carro y abajo fue que no quería que otras personas estuvieran presentes durante sus discusiones.
Yang Feng había anticipado que esta conversación saldría a la luz algún día y estaba preparado para ello. Sin embargo, mirándola a los ojos, se le secó la garganta. Originalmente, quería mentirle, pero viéndola cara a cara, sabía que no podía hacerlo. —Me deshice de él.
—¿Por qué?
—El secuestro de hace unos meses fue obra suya.
Silencio.
Zhao Lifei sintió que su mundo intentaba salirse de control, pero lo agarró firmemente. Respirando profundamente, cerró los ojos y se obligó a relajarse. Sabía que su padre haría algo con ella por su comportamiento irrespetuoso.