Los gritos continuaban rebotando contra las oscuras paredes, desbordándose en los pasillos cercanos. Emily no pudo evitar estremecerse en un momento, como si Julia estuviera viviendo sus peores pesadillas, aunque la Princesa no pudiera verlas.
Como si sintiera la reacción de Emily, Raylen apartó su dedo de la frente de Julia y se giró para mirar por encima de su hombro. Dijo,
—Está perfectamente bien si quieres saltarte esta parte.
Aunque los gritos se detuvieron, la sala aún vibraba, y Emily, que había estado mirando fijamente a Julia, apartó a regañadientes la mirada de la sirvienta para encontrarse con los ojos de Raylen, que brillaban con un resplandor siniestro. Preguntó, "¿Qué le hiciste?"
—La dulce Julia había olvidado algunos de sus recuerdos, y pensé que debería ayudarla a refrescarlos. Creo que es bastante grosero cuando alguien olvida de dónde viene —canturreó Raylen con una voz espeluznante y tranquila que podría helar la espina dorsal. Preguntó a Julia: