—¿Cinco? —Emily se tambaleó sorprendida ante el deseo de Víctor, que lo expresó de manera despreocupada como si estuviera haciendo una compra en un mercado. Sus mejillas solo continuaron ardiendo más cuando Raylen preguntó,
—¿Eso es todo? —Víctor asintió.
—Creo que estaba tratando de ejercer autocontrol. ¿Pero tal vez seis? —Por otro lado, Emily le dio una patada en la pierna a Raylen por animar al Diablo a pedirles más hijos. Aclarándose la garganta, declaró:
— Discutiremos esto más tarde, Víctor.
—Así será —respondió Víctor y, poco después, Emily empujó el recipiente hacia un lado, acabando con la comunicación que habían estado manteniendo a través del líquido turbio.
Se giró para mirar a Raylen y dijo:
—Deberías dar a luz a tres de los seis.
Raylen no pudo contener una carcajada, sus afilados caninos se hicieron visibles mientras su sonrisa se ensanchaba. Respondió: