Todas las miradas estaban puestas en el último juego de Rafael Briar, pero en uno o dos días, no hizo ningún movimiento. Aunque seguía expresando insatisfacción con el equipo, su actitud no era severa.
Gracias a los esfuerzos de relaciones públicas del Grupo de Entretenimiento Ocean, la filmación se reanudó como de costumbre.
Mónica Baldwin sí recibió cierto acoso, pero después de cambiar su número, las cosas comenzaron a volver a la normalidad a su alrededor.
Todo esto se debía a la influencia y el poder de Víctor Chadwick. Rafael entendía que si no tomaba ninguna acción, este asunto pronto sería suprimido por Ocean Entertainment.
Un día, mientras Mónica Baldwin esperaba para filmar una escena nocturna, alguien vino a visitar el set afirmando ser amigo de Rafael Briar. Preguntaron a Mónica dónde estaba Rafael, y ella casualmente señaló que Rafael estaba filmando una escena de combate. El visitante asintió agradecido y rápidamente desapareció.