—Mónica se detuvo antes de responder sinceramente—. Porque nuestro trabajo juntos ha terminado.
La pequeña chica rió, luego, saltó repentinamente frente a Victor Chadwick con un cuaderno en su mano—. ¿Puedo también pedirte tu autógrafo, Jefe Chadwick? No es habitual que tenga la oportunidad de conocerte en persona.
—Víctor miró a la niña, luego a Mónica, quien le respondió con un encogimiento de hombros, como queriendo decir, es tu culpa por no evitar esto —Te mereces que te pidan un autógrafo.
—Víctor, mirando a Mónica a regañadientes, tomó el marcador negro de la niña, firmó su nombre con suavidad, luego se volvió hacia Mónica y preguntó—. ¿Podemos irnos ahora?
—Mónica sonrió, actuando con más cautela esta vez, poniéndose sus gafas de sol y su máscara antes de subir al avión—. Ya que estamos de vuelta en el país, asistamos a la ceremonia de los premios SuperQueen antes de irnos. Asistiremos como invitados de honor.