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—Había pasado mucho tiempo y finalmente, su esposa Su Bei estaba dispuesta a usar su tarjeta. Esta era la primera vez y marcaba una ocasión importante.
—Era un día extremadamente significativo.
Con el teléfono en la mano, el rostro frío de Lu Heting se volvió tierno. La sonrisa en sus labios lo hacía parecer un hombre completamente nuevo.
Lu Hang también vio el mensaje, pero solo vio el contenido vagamente. No sabía qué estaba pasando, pero su corazón dio un vuelco. —Señor Lu, ¿va a comprar un banco?
De hecho, parecía que todos los arreglos del señor Lu recientemente tenían algo que ver con Su Bei.
Entonces, ¿qué banco compraría Lu Heting para ella?
Parecía que tendría que discutirlo con el señor Weijian.
Su Bei arregló cuidadosamente la ropa que había comprado para Da Bao y Gun Gun en el armario antes de explicar la situación a la Tía Chen.
La Tía Chen solo pensó que Su Bei iba de viaje. Aun así, estaba preocupada.