Ella colocó sus manos en sus hombros y levantó la vista hacia sus ojos. —¿Qué estás haciendo?
—Bueno, necesitamos tener una historia completa para tus nietos, ¿no? —Él sonrió juguetonamente, sus ojos brillando con travesura—. ¿Cómo puedes decir que saliste con un lunático si ni siquiera lo has besado? ¿Hmm? Entonces, ¿un beso?
Lily parpadeó, sintiendo como su corazón se saltaba un latido. ¿Realmente sonaba esa pregunta como una interrogante? Estudió su expresión y se dio cuenta de que lo era. A pesar de haber hecho el clásico movimiento de acercarla hacia sus brazos, había una suavidad en sus ojos. Él estaba esperando, pidiendo su permiso para besarla. Y eso era increíblemente dulce de su parte...
Pero en los pocos segundos que le llevó recopilar sus pensamientos para darle una respuesta, él pareció tomar su silencio como un no. Ya se estaba alejando, luciendo ligeramente decepcionado.