—A nuestro futuro. —Los seis hermanos brindaron con sus bebidas, el sonido colectivo resonando como una promesa. Estaban sentados en la habitación de Gabe, esperando a que las mujeres terminaran de probarse los vestidos antes de dirigirse a la cena de ensayo.
—Gabe, no sé qué decir sobre tu último movimiento empresarial. Quiero decir, con toda la prensa que viene mañana y las fotos de la boda destinadas a aparecer en todos los medios de comunicación, casi parece que estás orquestando una campaña publicitaria para el resort. Mezclar negocios con placer—eso sí que es llevar las cosas un poco lejos, ¿no crees? —Ian se recostó en su silla, con una sonrisa juguetona en los labios.