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25% Mi insólito matrimonio es un disparate del universo como sospechaba / Chapter 4: La esposa. Retorno y nuevas personas que llegan a mi vida por motivos curiosos.

Chapter 4: La esposa. Retorno y nuevas personas que llegan a mi vida por motivos curiosos.

La esposa. Retorno y nuevas personas que llegan a mi vida por motivos curiosos.

 

 

Feliz vida de casados, no olvide, besar a la novia. -

 

 

 

Al otro día el timbre sonó de una forma que parecía que explotaría del sonido. El perro de la casera que habita la planta baja comenzó a ladrar. Estaba plenamente dormido y mis ojos se abrieron rápidamente, como me incorporé de forma fugaz. El ruido sí que era terrible para la audición. No dudé en ir directo a la puerta. Debía terminar con ese alarido musical del ¡¡¡Ring!!!

- ¡¡¡YA VA!!! – Manifesté con mi peor voz de borracho carraspeando. -

 

Al abrir la puerta, una figura con un vestido floreado y gafas de sol esperaba impaciente cruzada de brazos y tarareando con su pie derecho aprovechando su zapato el suelo con movimiento continuo. De ser así, me dije que debía ser muy ansiosa. Su cara parecía la de la típica persona que espera una hora que venga su pareja.

- Hasta que te dignaste a abrirme la puerta ¡¡Mmm!! ¡¡¡Querido!!! No es saludable hacer esperar una dama – Dice señalándome con su dedo de la mano derecha gesticulando la molestia por la espera.

- ¿Tienes una idea de la hora que es? – Acto seguido de decirle eso, bostecé. Claro que me pidió que me tape la boca con la mirada.

- ¡Ya déjame pasar! Traje el desayuno. -

- ¿En serio? ¡Eres genial! – Aún seguía un tanto dormido. -

- ¡Claro que lo soy! – Se dijo así misma. -

- ¡Qué modesta! – Ironizo con gesto muy desdeñado – ¿Y tus cosas? ¿Solo esa maleta?

 

- Pienso comprar todo. Aquí solo tengo unas prendas.

- Bueno, puede usar lo que precises. Estás en tu casa – Le sonrío –

¡Haré café!....

- ¡Gracias!... - Ella ingresa. Nuevamente, y observa el ambiente. Parecería que leyera todo el alrededor milimétricamente. Podía verla desde la cocina.

- ¿Ocurre algo?

- ¡Te faltan algunas cosas!

- Eso es tener habilidad para el descubrimiento. Es que no he tenido tiempo de hacer compras.

- Tampoco eres un gran decorador.

 

¡Estemm!..¡Bueno!..¡No es mi fuerte!..... – Éstos cumplidos de mañana son alentadores como para tirarse de un precipicio me dije. -

Esta mujer, tiene una energía. Ni siquiera el sol había salido, y ella estaba aquí re-planeando la vida de casados. Y me duele la cabeza por cierto. Tengo una ligera sensación de que las reglas de convivencia van a ser bastante arduas.

 

 

- Bien veamos. ¡Te faltan cosas eso es seguro! ¿No veo el refrigerador?

- ¡De hecho no tengo! – Expliqué con delicadeza

- ¡¡¡¡¿Cómo que no tienes refrigerador?!!!!

- Bueno, a decir verdad, soy un poco descolocado con estos temas domésticos. -

- ¿Tampoco televisión?, ¿Y usas un móvil bastante viejo? Te preguntaría si eres de esos que aman el minimalismo, y la vida fuera de lo material. Pero no lo haré, no soy quien para juzgar, si hay que hacer reformas en tu vida.

- El material inunda el alma de elementos inútiles. ¿Para qué dije eso? ¡Ah! Es lo que siempre aclaró cuando ocurren estas situaciones. -

 

- ¡No seas payaso cariño!, ¿Y seguro me dirás que compramos basura que no necesitamos? Te conseguiré lo necesario. ¡Dios! ¿Cómo fue que sobreviviste?

- ¡No! Claro que no. Bueno, sí. ¿Puedo desayunar primero?

- Permiso concedido – Y colocó un rostro siniestro. Me serví un café, y le serví a ella. -

- Bueno, haremos lo que quieres – Dije sin dudar – ¡Esta mujer sí que sabe convencer!

- ¡Claro qué se convencer! – Se enfada – Y no es lo que quiero, es lo conveniente para ambos. – Señala con el dedo hacia mí extendiendo el brazo– Júpiter, hay que cambiar, de eso se trata. Recuerda, solo tienes una vida. -

- ¿Otra vez me oíste? ¡Cielos! Me da pánico -

- Si no quieres que te oiga, no hables en voz alta lo que piensas.

- Bueno resulta convincente. Aunque la cuestión es que siempre he vivido con pocos objetos.

- Apuesto que tienes un pantalón único. Dos camisas, un par de zapatillas. Y lo que sobra de la comida, lo guardas al otro día, y las sobras de las sobras de la sobra hasta que tenga vida.

- Ésta mujer parece vidente. – Pienso.

- No lo soy. Es fácil detectarte. He aprendido bastante de los registros.

- ¿Otra vez me escuchaste? ¡Estemm! ¿Registros?

- ¡Ay! Información, tú sabes.

- ¡Debe tener experiencia en noviazgos, o casamientos! – Fruncí el ceño. Ahora su rostro se puso como el color de sus ojos. – Bueno, prometo modificar todo para bien.

- ¡Lo haremos juntos! Si hay algo que moleste, solo dilo ¿Sí?

- ¡Mm! ¿No lo sé? No conozco mucho de ti.

 

- Te puedo decir mucho de mí. Me encantas los cielos rosados, el aroma de las cascuelas. Vacacionar en las Plegades internas ¿Qué más?

Mi rostro se modifico de alegre ¿A qué rayos está diciendo?

 

- ¡Danna! ¿Por qué me miras así?

- No, no es nada. Me interesa eso de las cascuelas. ¿Danna?

- ¡Ahh! Te encantarán. ¡Ah! – Y se queda pensativa ella. Olvida lo que dije. Danna, es sinónimo de cariño en mi tierra. Son locuras mías. Cuando haya algo que no comprendas. No intentes discernir, solo haz de cuenta que no oíste nada ¿Enterado?

- ¡¡¡Siii!!! ¡¡Vaa!! No importa, no está de más un poco de fantasía.

- ¡¡Sí!!, ¡¡claro!! – Confiesa mirando hacia otro lado.

- Bien, te prepararé café. ¿Qué te parece? Y vamos por un refrigerador

- La primera opción es satisfactoria y la segunda imparto mi orden.

- ¿Eh?

- Que quiero café, y el refrigerador es por mi cuenta.

- No, pero no estaría bien.

- Silencio – Y se coloca como en posición de defensa –

- ¿Ocurre algo?

- ¡¡¡Shh!!!

- ¿Qué será? – Pensaba con dudas. Mi semblante creyendo en algún problema cotidiano. -

- ¡¡Ahí!! ¡¡No te escaparás!! – Se incorporó de la silla, y fue de inmediato hacia la mesa de mostrador allí la levantó con fuerza – Toma esto enemigo despiadado, y con un zarpazo de su mano aplastó el suelo haciendo temblar el piso. Mis piernas temblaron como la mesa y otros objetos de la casa. Poco, que tambalee casi al suelo ¡¡Sii!! Soy la heroína de Hermidos!!

 

- ¿Eh? – Ahora sí que estaba confundido – ¡Eh! Está bien señora de Ruppert.

- Sí, he detenido al único enemigo despiadado. Aunque confieso que son bastante débiles aquí – Expresa con altanería y rostro victorial.

- ¿Débiles? ¿A qué te refieres? Al observar el suelo una cucaracha estaba aplastada como lamina.

- ¡Ah yo me entiendo! – Dice con una risita discreta tomándose la cabeza en forma de despistada – En fin quiero otro café y con dos de azúcar.

- ¡Qué agradable dama!

 

Con todo el alboroto los vecinos con seguridad se quejarán, Tal vez Luna también. Se habían mudado otros, y siquiera los conocía solo al artista loco, la que se encuentra al lado de mi departamento, y Esa chica a quién conocí en el día de ayer. Sé que había otro vecino unos años mayor, un escritor, y una pareja de casados. Y aún faltaba completar parte de los departamentos, pues eran como he explicado Apart Hotel, a nivel hogar, de los cuales fueron construidos por una dama muy exótica y extraña, que de nombre Anabella, como la muñeca poseía. Claro que no era ni una muñeca, ni estaba poseída. Si lo pienso bien, su rostro era muy parecido. De todas maneras no tiene importancia, solo firmé el contrato con ella. Sus modales refinados y a la vez locuaces, me daban de pensar que era una dama victoriana de Inglaterra del siglo XIX.

- Quiero que muchas personas puedan disfrutar de mis departamentos.

- ¡Ah! Está bien – Expresé sin ganas de platicar. –

 

De ello, esta historia de mi casa, es algo amplia, aunque no ondearé en el asunto. El insipiente matrimonio me tendrá ocupado, sobre todo con una mujer que reformaba como si fuera un arquitecto de modas el hogar.

Gaia concluyó su bebida, y me llevó obligado al baño.

 

- ¡Danna! ¿Qué es esto?

- ¡Pues! ¡El baño! -Expliqué sin entender la pregunta. -

- Si, ya lo sé – Ironiza ella – ¿Eso?

- ¡La bañera!

- ¡Ah! Gracias por tu entendimiento ¡Claro que se que es una bañera! ¡Pero esta demacrada!

- Bien, ¡No tengo mucho tiempo de limpiar! Debería ir al trabajo en unas horas, y luego al curso de la universidad.

- ¡Tiene manchas!

- ¡Oye! ¡Esas manchas ya estaban! Y son una decoración de arte abstracto– Explique de brazos cruzados como evadiendo la culpa con escusas. –

- ¡Esas manchas ya estaban! – Imita mi voz – Señor poca limpieza, que te parece si las quitamos. Y como artista no sabes nada, de nada. -

- ¿Eh? Son parte de la vida hogareña, como mi arte al descuido de la limpieza. -

Me miro con ojos de tigre Gaia.

 

- Bueno, compraré un líquido especial para ello.

- Lo haré yo, tú debes ir a trabajar. –

- Pero no es necesario.

- ¡Sí! ¡¡¡Es necesario!!! ¡¡¡La piel se arruina!!!

- ¡Vaya que coqueta! -Expresé murmurando. –

- La piel está compuesta por dos capas la epidermis y la dermis. La epidermis para que sepas tiene células planas y escamosas, que contienen la queratina. No todas las bacterias que están alrededor pueden ser aniquiladas por los mecanismos de defensa. La bañera debe estar en condiciones con un agua templada de 30 grados. Eliminando todo tipo de bacterias que pudieran ser nocivas. Y claro está que tampoco debe ser mu y caliente de grasas y aparte…..

 

- Escuchaba atentamente todo lo que decía, pero una parte de mi cerebro se perdió en su retorica falaz – Me dije por dentro – ¡No entiendo nada! –

… y aparte tener un lugar en condiciones visuales perfectas aumenta de forma positiva el bienestar del arte del baño. ¿Todo es arte, entiendes?

Asentí, mientras mi mirada se desvanecía en el horizonte de la ventana.

 

- ¡¡Júpiter!! ¿Me estas escuchando?

- Sí, claro – Confesé con la mirada pétrea – Si, compraré el liquido. -

- ¡Bueh! Ya te dije que lo haré yo. Compraré vinagre y bicarbonato

- ¿Eh? Pero eso se limpia con lavandina.

- ¡Ah! ¡Júpiter! Esos químicos son destructivos. Protege al planeta.

- ¿Pero las manchas?

- ¡No te preocupes! ¡Se bien como eliminarlas! Tu puedes ir tranquilo

 

Tiene un temperamento tal que no me atreví a discutir siquiera sobre las indicaciones. Saqué justo mi celular para observar algo, y los mensajes. Cero mensajes tiene usted. Ella se percato de mi móvil.

- ¡Danna! ¿Eres como un ermitaño no?

- Claro no, solo no soy sociable. Nada más – Me cruce de brazos con rostro de enfado. –

- Ya se – Dijo colocándose el dedo en el labio pensando - ¿De pequeño nunca te escribía nadie no?

- Para tu información tengo el numero de una chica

- Tienes el numerooo?? ¡Ah! Soy yo. -

- Bueno tenía que tener tú número – Admití – tu me lo diste. Eso es parte de ser social al aceptarlo

- Bueno la amabilidad puede ser un indicio de crueldad a veces

- ¿Insinúas que me lo diste para torturarme con mensajes?

- Solo para darle vida a tu aparato. O un motivo para tenerlo

 

- ¡¡Graciosa!!. – Dije con sarcasmo. -

 

No sabía si enojarme con Gaia y aceptar ese comentario falaz pero axiomático. -

 

Igual me escribía y yo a ella. Era junto a un par de personas más los únicos contactos. Y mi familia por supuesto. –

- ¡Mi familia me escribe para que sepas! Mi madre lo hace a la mañana temprano, para saber cómo se encuentra su hijo. -

- Bueno ser compasivo no cuesta más que un movimiento de dedos, y más a la mañana temprano cuando se está dormido - Afronta la realidad – Nadie te escribía hasta que llegue a tu vida. –

En parte tenía razón, No había fallas en su pensamiento tajante y mordaz en el arte de ser sociable. Pero ser antisocial tiene sus beneficios de paz.

 

 

- Bueno es mejor que me retire – Dije – ¡Adiós Gaia! – No sabía cómo saludarla. Somos marido y mujer. -

- ¡Adiós Danna! – Y me dio un beso en la mejilla sonriente. – Como que me sonrojé por ello. –

- ¿Está bien? – Expresó preguntando como con cierta duda – Estamos recién casados, pero ello no quiere decir que tengamos una relación consumada efectivamente ¿O no don Jupiter?

- ¡Estem! No comprendí muy bien. ¿Estamos casados? ¿Sin una relación consumada?

- Claro de dónde vengo primero te casas, y luego te relacionas. Ya te lo he dicho. -

- No he escuchado nunca eso. -

- ¿Ayer no recuerdas?

- ¡Fue todo tan repentino! Toma un juego de llaves. Así podré irme. -

 

- Fue un éxito diría.

- ¿Éxito? ¡Si tienes razón! – Y me retiré tarareando una canción de amor de The Beatles. All you need is love…

- ¡Ah querido! Lo olvidaba. – Gaia me detiene – Toma – y de su bolsillo saca una caja pequeña de terciopelo. Al abrirla, había dos anillos. – No está bien que una pareja de casados no tenga su anillo, ¿No lo piensas así?

- ¿En serio los compraste? - Pregunte sorprendido

- No, lo tenía guardados desde pequeña, para éste día.

- ¡Wow! ¿De verdad?

- ¡Claro que no! – Me mira con rostro de que se supone que estoy pensando – Lo traje, pues en algún punto es la prueba nupcial de nuestra unión. ¡Es importante!

- ¡También es importante realizar una fiesta! Y una boda por iglesia católica – Cristiana.

Ella lo piensa.

 

- No soy cristiana, así que no será necesario. ¿Tú lo eres?

- En cierto sentido, se podría afirmar que sí, pero no soy un devoto de ello.

- ¡Perfecto! Ve tranquilo cariño. – Y me saluda con la mano. -

 

 

 

Al llegar a la parada de ómnibus me cruce con una dama muy particular de cabello rubio con dos coletas. Era bastante atractiva. Estaba delante de mí en la fila de ómnibus. Cuando llego el mismo, comenzaron a subir de a poco, y pronto los que estaban detrás empezaron a moverse. Uno apurado, que llegó último en la fila, empujó sin querer al de adelante, y luego éste siguió al otro y luego al otro y así hasta llegar a su servidor. Delante de mí la mujer de coletas

 

que subió al primer escalón del ómnibus. Y al recibir el impactó me fui contra ella, con las palmas delante tocando sin querer el trasero de aquella mujer. Su piel estaba rígida al sentir mis manos, y su rostro se desfiguró al darse la vuelta y verme.

- ¡¡¡¡Degenerado!!!!

- No, perdón. ¡Fue sin querer!

 

No tardó {o un segundo cuando la palma de su mano fue a mi cachete dejándolo rojo de forma absoluto. Me tome con las manos, por el dolor.

- Y date por suertudo, que no te denuncio por acoso – Dijo ella enfadada.

- Pe..pero.. – No podía decir una sola palabra de mi boca. - Sacó su boleto y se fue a uno de los asientos. El chofer se reía.

- Tuviste suerte – Se sigue riendo. -

- ¡See! ¡Gracias! – Expresé sin querer mirar alrededor. –

 

El viaje fue un poco tenso, por la situación. La dama de cabello rubio no paraba de observar de mala gana, como si fuera a clavarme varias lanzas en sucesivas formas. Y de hecho estaba direccionando la visión a mi anillo colocado recientemente ¿Debe creer que soy un monstruo depravado e infiel?

Solo fueron quince minutos, y descendí por suerte. Cuando llegué al museo. Riff el encargado que todo lo ve, estaba allí observando mi llegada.

- ¡Júpiter! ¡Qué bueno verte! El jefe quiere verte.

- ¿Don Evans? ¿Qué querrá el viejo? – Salude a Rif

- ¡Ey! ¿Y ese anillo? ¿Parece de bodas? ¿No será…?

- ¡Ehh!...si es de casados.

- Felicitaciones viejo…habíamos hecho una apuesta con los del museo de que te ibas a morir virgen, pero nos equivocamos ¡Ja! ¡Ja! ¡Ja!

- ¿¿Eh?? ¡Qué gracioso! – Le dije un tanto ofuscado. -

 

Ingresé, y saludé a otras personas, y fui directamente al despacho de don Evans, que estaba en su sillón estilo silla Curul Romana.

- ¡Bienvenido niño! ¡Qué bueno verte!

- ¡Buenos días! Don Evans. -

- Mira, seré breve. Preciso que hagas turnos nocturnos, para los fines de semana. O sea quiero que cumplas la jornada de noche, ya que tendremos mucha participación ciudadana.

- Pero, ¿Está bien? Digo, ¿Un museo a la noche?

- No solo el museo, abriremos la sala de ocultismo, astronomía, y misterios del otro mundo. Ese es el eslogan del gobierno.

- ¿Entonces las refacciones que se estuvieran realizando fue por ello? – Meses antes se estaban ampliando las instalaciones. Como suelo ser despistado, no le presté la mínima atención a los que ocurría. Ni siquiera le pregunté a Riff que lo sabe todo.

- De hecho propondremos nuevos cargos y te ascenderemos.

- Eso es una gran sorpresa ¡Le estoy agradecido! –Le dije – ¡Bien! Tendré aumento de salario – Me dije.

- Pero tu salario, seguirá igual ya que deben llenarse unas planillas con firmas de decretos gubernamentales

- ¡Rayos! Maldita burocracia –dije por dentro con mi ánimo que sobrevolaba entre billetes estrellándose contra el muro de la pobreza. -

- De todas maneras, tranquilo ¿Se que te casaste? ¡Felicitaciones Júpiter!

- ¿Sabe que me casé? – Pregunté asombrado. -

- Las noticias son veloces ¡Ja! ¡Ja! Perdí la apuesta.

- No quiero preguntar de que se trataba.

- ¡Ja! ¡Ja! Te haré un presente, y trataré de abonarte los días nocturnos con aumento

- Gracias Don Evans.

 

- De nada niño, puedes irte.

 

Al retirarme una dama ingresaba. Cabello oscuro, cuerpo de modelo, una camisa corta con un moño. Una pollera escocesa, y zapatos con medias.

- ¡Ahh! Júpiter ella será tu compañera nocturna. – Origima Nashira Deneb

- ¡Un gusto!¡Júpiter Anónimo Ruppert! – Me presenté al estilo curriculum laboral. – Y por cierto que suma de nombres extravagantes – Me dije a mí mismo. -

- ¡Un gusto – Expresó sin reacción con una mirada sería. Sus ojos color verde oscuro. nuca había visto esos ojos tan extraños. –

Al salir el día se me hizo monótono. No podía evitar las felicitaciones. El nombre de la mujer que se casó conmigo. De que era un tipo con suerte, y la bella apuesta. Su nombre constantemente.

En el curso de historia antigua, comenzamos con ver lo que corresponde a la civilización sumeria. Fuimos a la sala de afiches, y muchos filmografías nos detallaban imágenes interesantes sobre como mantenían su civilización en medio de un desierto. Las escrituras cuneiformes detallaban en sus piedras los primeros indicios de la astronomía, algo que no podían creer los estudiosos de hoy en día.

- Decir que la tierra flotaba sobre un mar llamado Nammu fue descabellado, siendo el origen de todo lo conocido, solo encerraba un paganismo rudimentario, no obstante era bastante interesante su manera de plantearse ante la mitología. En algo debía creer el hombre desde el comienzo. Y el mundo era como una especie de latón y más allá las estrellas, y allí Júpiter. Si ellos lo descubrieron ¿Me pregunto teniendo presente la lejanía como habían hecho?

- Deja de hablar solo Júpiter. Fueron los extraterrestres – Expresa un colega. -

 

- ¡No seas idiota Rómulo! Dile eso al profesor y te partirá un palo en la cabeza – Le dije a mi compañero. Rómulo, es uno de los pocos compañeros con los que platico. Él siempre habla con una chica extraña de cabello corto, según él fue rechazado por ella, dice que tiende a ser bromista, y estudiante de historia destacada en misterio y la ufología. No presto atención como a muchas cosas que me expresan. Siempre tengo pláticas de todo con muchos compañeros. Uno distinto en cada tramo. Esta vez es Rómulo, la otra vez Remo. La otra vez Tulio. Agripina. Bueno suelo ponerles nombres romanos para no olvidarme. Como soy poco social, hasta llegué a interesarme en sus absurdas conversaciones, pero no para la clase de historia antigua. Ahora me toco Rómulo, que si bien es simpático, esta por ausentarse en breve, ya que debe volver a su hogar a seguir el negocio familiar. Vive muy lejos según me contó en una isla remota. Y no para de hablarme.

- ¡Ey! ¿Y cómo es ella?

- ¿A qué te refieres?

- ¡Tonto! Habló de tu mujer ¿Cómo la conociste?

- Fue una historia larga. – No sabía que decir al respecto – La conocía hace años, y luego nos volvimos a ver, y buenos comenzamos a salir y fue como atracción a primera vista y de un día para otros decidimos casarnos – Realmente era bueno mintiendo -

- ¡Qué historia! ¡Te lo tuviste guardado! ¡Je! ¡Je!

- Sinceramente, no soy de hablar mucho de mí Rómulo.

- Claro, creímos con otros compañeros que eras una piedra para las relaciones.

- Bueno, tampoco soy así. –

- ¡Ja! ¡Ja! Incluso hicimos una apuesta que serías virgen luego de formado como profesional

- ¡¿Eh? ¡Grr! ¡Grr! ¡Muy gracioso! – Dije ofuscado -

 

Al salir de la clase, fui de inmediato a tomar el bus. La mujer cara de perro a la cual le toque sin querer el trasero, estaba sentada allí, al verme colocó una cara de perro asesino, a los que me senté en el primer asiento que encontré lejos de ella, que transmitía la energía terrible de negatividad. En la noche pensaba que me estaría esperando Gaia como mi mujer con la cena. Me parecía agradable por un lado y extraño por el otro. De a momentos extraños una plausible sensación inundaba mi mente.

El futuro de una mujer que con franqueza no conozco. Solo sé detalles que ella va lanzando a medida que pasamos el día a día. Y todo arrancó hoy, con una cita el día de ayer. No parece que fuera una mujer interesada, ni tampoco estuviera escapando de alguien. Y su cultura le pide que primero para conocer a alguien, debe casarse. No fue muy descabelladlo. Hay matrimonios arreglados entre personas que jamás se conocen en la vida hasta ese día. En alguna realeza existirá ello. Mi corazón se acelera con solo pensar en Gaia, realmente tiene un encanto destellante. Eso me enamoró, pero su forma de ser es tan imponente que padezco de indecisión. Tiene como una capa directriz de decisión directa y coactiva, y no creo realmente que esté enamorada de mí, sin embargo eligió casarse conmigo. Recordé que mi estación estaba allí y descendí rápido del ómnibus.

La noche estaba estrellada como siempre. Y me sentí como los sumerios analizando las estrellas y guiándome hacia un camino ¿Cual será no lo sé?

Al llegar al complejo de departamentos, la escalera se situaba allí al dar los primeros pasos me topé con una dama. Era una mujer de callo rubio y coletas.

- ¡¡Tu de nuevo degenerado!!

- ¿Tu? – Era la mujer a la cual toque con mis manos el trasero

- ¡Aléjate de mí! – gritó enojada y subió las escaleras para dar la vuelta por el pasillo a la izquierda.

 

- ¡¡Uf!! Que día

 

Al llegar al final del último escalón, saque mis llaves, abrí la puerta y me encontré con una sorpresa ¿Mi casa era otra?

- ¡Bienvenido Júpiter! ¿O cariño?

- ¡Buenas noches Gaia! ¡Eh!..¡Eh… - Me mantuve mudo al ver lo que se había convertido mi casa no podía creerlo.

Recuento de los cambios del departamento que creo que podrían ser según mi entendimiento:

Living ampliador en espacio.

 

- Un televisor gigante pantalla cine que cubría toda la pared –

- Un tablero electrónico con raros cables que se introducían

- La mesa y las sillas de un plástico.

- Refrigerador o eso creo con motor hidráulico cuyo funcionamiento precisa agua, y se coloca desde un tanque que va acoplado a la cañería

- Equipo CD, -Internet megas (desconozco la cantidad) – Música e internet

- Un cuadro con gráficos ininteligibles estilo cubismo con criaturas muy extrañas y foráneas ¡Daba terror!

- Un equipo de juegos de video. No parece los típicos. Tecnología 2d – 3d

– ¿Y 55dr?------- (¿Esto qué demonios es?)

 

 

 

Baño:

 

- Bañera térmica, especializada con agua caliente 30 grados, con filtro de jabón

- Tocador e inodoro portátil desarmable Dormitorio:

 

- Dos camas básicas con recubrimiento de vidrio para un mejor descanso Luego la casa era como solía conocerla

- ¿Pero qué has hecho? ¿Y por qué el living es tan amplio? Parecía más chico. – ¿No habrás tomado espacio de otro sector?

- ¡Danna!, Solo hice unos cambios al hogar para nuestra comodidad. Es para beneficio nuestro e incluso de los vecinos.

- El living parece una sala de operaciones mesclada con un cine de los años 80.

- ¿Te gusta? Solía tener uno en casa. Ahí fue cuando vi entretenimientos como La guerra de las galaxias, viaje a las estrellas, depredador, Alíen. Esa fue la que más me encantó. Son todas películas muy entretenidas.

- ¡Olvida el cine! Y no soy muy fanático de esas películas, lo mío son más las de aventura tipo indiana jones y documentales. Sin embargo y cambiando de tema ¿Cómo lograste todas las mudanzas en tan poco tiempo? – A esta altura estaba como shockeado con toda esta variación de elementos. Era como una transformación

- Se llama metamorfosis, Danna. Es un cambio experimental amplio, que modifica todo el ambiente

- ¿Metamorfosis? – Empecé a tamborilear con los dedos de la impaciencia

– ¡No entiendo!

- Es lo que llaman alteración de espacio físico. Si tú Júpiter ves la habitación, ¿Qué encuentras?

- Un cuadrado – Comencé a jugar con el cabello. – ¿A qué quieres llegar?

- No seas impaciente. Bien tenemos un cuadrado, que se expande con el transcurso del tiempo. Ello es gracias a las leyes físicas del universo que explican la llamada expansión en la cual el universo se amplía desde una diminuta pieza, pero ello es muy avanzado. Para darte una idea, el mundo vive en una tridimensión, o tercera dimensión, ahora eso no

 

significa que no haya otras dimensiones, como por ejemplo la quinta dimensión. Entonces los espacios de lugar y tiempo se modifican de forma tal que el sitio se amplia.

- ¡¡Eso es imposible!! ¡Oye Gaia!

- ¿Dudas?

- Si, ¿cuándo fue la última vez que viste a tu terapeuta?

- ¿Digamos? Un buen tiempo en años ple..

- ¿Ple?

- ¡Olvídalo! ¡¿Eh?! !Un momento! ¡Señor vacio! ¡No me hagas bromas! ¡Gr!

¡Gr! – Y me da un coscorrón en la cabeza que parecía como una masa de metal que arrastraba todo. -

- ¡Ay! Eso dolió ¿Qué rayos tienes en la mano?

- ¡Deja de llorar debilucho! Apenas te rosé. –En definitiva es como una ampliación. Velo como un Picasso, un cuadro cubista donde hay más lugares en los cuales dirigirse. Si tiene más dudas puedes leer Riemann

- ¿Riemman? Es el alemán que demostró que había más dimensiones

- Bien, por ello me casé contigo

- Prefiero leer a H. Wells o Marcel Proust y la explicación del teseracto de Charles Howard. -

- Haces honor a tu nombre Júpiter.

- Solo leí ciencia ficción de menor. Y el concepto de teseracto, un cuadro análogo de un cubo. Pero ¡LA SOLA IDEA ES ALOCADA! Conjeturas. -

- Posiblemente. ¡Sabes! – Y se incorpora de la silla Gaia caminando erguida hacia la ventana que enfrenta justo el exterior del cielo. –Nicolas Copérnico, con su teoría heliocéntrica, expresó en una época nefasta que los planetas podían girar alrededor del sol, retando a la ley conocida como geocéntrica de Ptolomeo. Esto fue has más de 410 años cristianos - terrestres. Al pobre hombre lo abuchearon, lo golpearon y quemaron en la hoguera. Luego Galileo continúo la lucha, no fue hasta el renacimiento

 

casi 200 años después que se aprobó una conjetura, un sueño, y hoy en día es una de las teorías más influyentes. ¡Si Júpiter, ¡todo es una locura! O un sueño, hasta que la hacemos realidad. –

Al escucharla no pude refutar nada de ello. De hecho cautivaba con su mirada y las palabras. No tuve remedio que rendirme.

- Bueno ya te he explicado con razonamientos lógicos lo que a tu alrededor tienes. Y debes aprovecharlos

- No quisiera pensar que estas metida en algo extraño Gaia

- Al contrario tu mujer se preocupa por tu bienestar, y te he preparado una cena exquisita.

Un olor gratificante se expandía en la cocina.

 

- Huele muy bien.

- Es un estofado que preparamos como receta de la familia Justina.

- Bueno, espero ansioso la llegada.

- No te preocupes – Gaia, fue a la cocina, mientras de forma automática se abría un protector de pantalla en el enorme televisor.

- ¡Wow! – Expresé con el mayor de los asombros posibles. Mis ojos veían algo realmente formidable cuando una iluminación externa se reflejaba por todo el salón del living. - ¿Qué avanzados estamos para éste tipo de tecnología? Gaia, es increíble este fondo que se refleja por toda el cuarto.

Ella llegaba con la comida. Los platos estaban en la mesa con sus cubiertos.

 

- ¡Ah! Es un producto muy básico – Se disculpa ella – Tendría que haber traído algo más fructífero, pero desgraciadamente, no conseguí el que quería

- ¿Hay mejores? - Continué con mis ojos admirando el cielo artificial del espacio

 

- Claro, no seas obsoleto con los elementos de hoy en día – Titubea con su dedo señalando con sapiencia. – El que deseaba es mejor en todos los aspectos con un campo llenos de Jeros. -

- ¿Jeros?

- Si unas flores bellas color verde acuarela. -

- ¡Interesante! - Dije sin prestar atención, y me dispuse a tomar la cuchara, mientras Gaia me servía del plato.

- Te va encantar y está muy jugoso -Sirve una, dos, tres, cuatro cucharadas – Disfruta de nuestra primera cena de casados, y cuenta como cita – Se sonroja ella. –Coloca una copa para mí, y ella como siempre no bebía nada en absoluto.

- Veremos – Exprese con mis manos en las mejillas preparándome para el manjar. Al colocar la cuchara, el humo se expandía como un fugaz sedoso que se direccionaba al techo del cielo nocturno artificial. –

¡Mmm! – Probé el primer sorbo – ¡Es delicioso! – Pronto me serví una copa de vino – Gaia, ¡Cariño! ¿Tú no bebes?

- No, ¡Gracias Júpiter! No soy de beber fluidos insípidos, o sápidos adulterados

- ¡Esplendido! – Fruncí el seño. Gaía siempre sorprende con su vocabulario didáctico. Revolviendo la sopa, en un arrebato se asomó algo muy particular – ¡Extraño! – Comento – Me pareció ver algo en el guido, que no era un pedazo de carne

- ¿En serio? ¿Debe estar encantado con la comida no?

 

Al revolver nuevamente, se dibujo como un rostro entre las menudencias y dos ojos que se asomaron

- ¡¡¡Qué demonios es eso!!! – Grité atónito –¡E!.E¡!.¡¡¡EEHH!!! ¡¡son ojos!! - Y la veo a Gaia que saborea uno y lo mastica como si fuera un dulce

 

- ¡¡¡Hummm!!! ¡¡Humm ¡! ¡¡Una delicia!! ¡Me salieron perfectos! – Se frota las manos luego de comer, y después en el regocijo de la alegría se toca los cachetes sonrojada por su actividad culinaria demagoga

- ¡Son ojos! – Dije

- ¿Delicioso no?

- ¡Son ooojoss!

- Si el producto estaba barato y le da sabor al estofado – Confiesa pensativa. Y luego a titulo de duda con su dedo índice en la mejilla piensa – En verdad con sesos tiene otro sabor. –

- ¡¡¡SON OJOS!!! –

- ¡¡Humm!! – Prueba otro pinchando el tenedor en una retina. – Ya deja de quejarte Júpiter y prueba uno. ¡¡Di Ahh!! –

- ¡No quiero!

- ¡¡Dí!! …¡¡Ahhhhhhh!! – Sonríe con cierto enojo maquiavélico. -

- ¡No! – Me cruce de brazos, mirando al costado.

- ¡DI ¡AHH! – Gaia parecía que se encendía fuego en todo su alrededor. –

- ¡EEHH! Bueno – Abrí la boca y mastiqué sin pensar, y tragué aquello de no sé qué animal sería. –

- Así me gusta – Vuelve a sonreír de una forma temeraria y malévola – Éste animal de dónde vengo es un manjar. –

- ¡Ya veo! – Acaricie mi mandíbula observando hacia otro lado. –

- ¡Termínalo todo!

- No, pero Gaia, no tengo mucho apetito. – Aclaré

- ¡T-E-R-M-I-N-A-L-O –T-O-D-O! –

 

Con esas palabras son suficientes. Cerré los ojos, para que los ojos no me vieran. Valga la redundancia ocular y el fetiche ordinario de Gaia

 

Al terminar de cenar, me dispuse a leer un poco sobre los apuntes de historia antigua. Gaia se ofreció a lavar todos los trastos, aunque me ofrecí, su mirada lasciva era muy escalofriante cuando ella se propone algo.

Al terminar ella, me preguntó que estaba leyendo.

 

- Son apuntes de historia. Las anotaciones de la clase sobre antigua Sumeria.

- ¿Qué interesante? ¡Déjame ver!

 

Al pasarle, se mantuvo distante leyendo. No tardo lo que segundos, para decirme.

- ¡Es todo una mentira!

- ¿Mentira?

- Cualquiera lo podría deducir Danna. –

- Deja de decirme Danna – El amor hacia una mujer puede estirarse con goma de mascar, si estas irritado. -

- ¿Por qué? Es un cariño. -

- Bueno, ¡No lo sabía!

- Te explicaré. Que aquellos hombres calvos y el señor de barba fueron meros individuos que se jactaron de tomar los recursos de otras civilizaciones muy didácticas.

- La antigua sumeria fue la primera civilización declarada. Hay otras como los atlantes, Lemuria, y Mu, aunque son mitos – Comencé mi clase al explicarle a ella. –

- Eres culto amor, pero nada detectivesco. Te daré una pista. La piedra que vez en el dibujo

- Parece un ovalo con una estrella en su interior.

- Bien ¿Descubre qué es?

 

- No me pondré a ver de qué se trata. Debo estudiar las bases del Tigris y Éufrates, no encontrar el arca de la verdad como un arqueólogo aventurero.

- ¡Ja! ¡Ja! Eres muy gracioso ¿Qué te parece, si jugamos a algo divertido? Deja ya de leer esa escasa información. –

- ¿A qué quieres jugar?

- ¡Video juegos!

- ¿Video juegos?

- ¿Danna no juegas a los videos?

- Mmm no. De hecho nunca fui bueno

- ¿Cómo qué no? ¿Cómo que no juegas? Deberías jugar.

- Wow! Resultó ser gamer – Me dije

- ¡¡No soy un gammeer!!

- Uhh perdón. ¿Me escuchaste? – dije extrañado

- Claro que síiii. Hablas cuando piensas.

- Bueno.

- Bueno nada. Debes jugar a los videos juegos. Yo seré tu maestra.

- No, pero, no es necesario

- ¡¡¡Claro que sí!!! No puedo que mi marido sea tan malo en los videos

- Es que de hecho no me interesa

- ¿Cómo? ¡Gr! ¡¡Grr!!– Gruñe

- No.. es que.

- A que has jugado. ¡Vamos!

- Mmm. Jugaba a uno de aviones. ¡Ehh! 1942 guerra mundial.

- Bueno. Un clásico ¿Qué más?

- Al de rescatar a la chica. Uno de pelea. Doble dragón

- Bien. Es otro clásico

- Y la isla de los monos acechadores. Ese fue mi juego y allí lo dejé

- ¿Eh? ¿O sea te quedaste con juegos viejos?

 

- Ya te he dicho que los videos juegos no eran mi fuerte

- Un esposo debe – Y golpea con fuerza la mesa – saber – se retuercen sus dientes – Jugar a – otro golpe – ¡¡¡¡¡Los videos juegos!!!!!

Mi figura se hizo diminuta mientras que la de luna crecía como Godzillaz.

 

- ¿Y si juegas tú? – Le dije con un poco de miedo

- Mmm..No..Quiero contigo – Y allí se sonrojó

- ¡No queda remedio!

- Pero quiero que hagamos algo juntos – titubea

 

No sé por qué pero me convencía su rostro. Bien hagámoslo. Vamos aprender a jugar.

- ¡¡Biennn!! Traeré el equipo.

 

Fue de inmediato al dormitorio. Y de su valija tomó un aparato muy particular. Al traerlo parecía del tamaño de un celular.

- Oye no es que sea curioso, pero ¿Ese es el aparato para jugar?

- Claro

- ¡No lo había visto nunca! Es Play station 5? ¿IBM? ¿Sega?

- ¡Nooo! Esa tecnología es obsoleta. De donde vengo esos aparatos son de museo.

- ¡Ohh! ¡Vamos! – Me dije, tan viejo, o perdido no estoy. -

 

Me alcanzó entonces un cable el cual me colocó con una ventosa en mi mano. Y luego en mi otra mano otra ventosa. Ella hizo lo mismo.

De la pequeña caja se encendió un holograma como pantalla LSD, o Smarth TV que cubría la habitación por completo. Era un campo de batalla aéreo.

- ¡¡¡WOW!!! Debe ser tecnología de Japón. Allí siempre tienen lo último en todo lo referido a informática y juegos

 

- Y ahora querido esposo ¡¡¡Vamos a jugar!!!

 

Lo primero que apareció en esa pantalla fueron imágenes de aviones inmensos. Por un momento creí que se estrellaban en el living

- ¡¡¡Qué demonios!!! – Exclamé con todo mí ser. -

- ¡¡¡Tranquilo amor!!! – Se Trata de realidad virtual. Los controles son tus manos

- ¿¿¿Pero qué hago???

- Debes pilotearlo. Estamos en plena guerra. Apúrate, están disparándote.

- ¡¡vida!! ¡¡Ayudaa!!

- Voy por ti, ¡¡Acelera Júpiter!!– Grita ella y dispara – toda la habitación se transformó en un cielo azul nublado con aviones que iban y venían.

- ¡¡Ayuda Luna!! Me dieron.

- Usa el para caídas.

- ¡¡No funciona!! ¡Noo! Estoy cayendo. ¡¡Auxilio!!

- ¡¡Amor…. Noo!!

 

Toda la habitación hizo como una explosión. Algo que me asustó y me lancé hacia atrás golpeándome con la pata de madera de la mesa.

- Danna ¿Estás bien?

- Mmm creo que sí ¿Vida?

- Dime – me mira con preocupación

- ¿No tiene algo más simple? No sé alguno de aventuras, ¿tipo tetris de bloques?

- No creo que quieras ser devorado por dragones o aplastado por una barra.

- No déjalo mejor

- Pero es muy divertido

- Si claro. Si no te matan – confesé irónicamente

 

- ¡¡¡Volvamos a jugar!!!

- ¡¡Olvídalo!!

- VAMOS A JUGAAARR!!!

- ¡Eh! Bueno

 

Continuamos hasta que Gaia comenzó a sentir sueño. Por fortuna para mí alivio.

- ¿Creo que es hora de ir a dormir no crees?

- ¡Sí!, me parece perfecto – Le comente. Ahora viene la duda ¿Camas separadas? Dos personas casadas.

- ¡Sé lo que estas pensando, y la respuesta es no!

- ¡Ey!

- ¡No seas pervertido!

- No dije nada. –

- Lo pensaste. Tu rostro asusta cuando miras a una mujer. Parece que las desnudas con solo mirar en un plano directo.

- Bueno, perdón por ser hombre y estar casado. –

- Ya te he dicho, todo en tiempo y espacio.

- La astronomía no juega en la relación de parejas.

- Claro que si, buenas noches – Y se retiró a la habitación a ponerse un pijama – ¿No entres, está claro?

- ¿Eh? ¡Entendí! ¿Qué tiene esta mujer? Con su actitud defensiva –

 

 

Al terminar de cambiarse de atuendo, me dio el aviso de que podía entrar. Fui al baño a darme una ducha previamente y luego me coloqué la pijama allí. Al ingresar en la habitación sus ronquidos parecían los de un paquidermo.

- ¡Uff! Será una noche larga – Expresé – Y me fui a mi sector de la cama. La habitación también estaba un plano de quinta dimensión, y era tan

 

grande como la había conocido. No podía conciliar sueño. Entonces Gaia dejo de roncar, y empezó hablar dormida en un lenguaje que no podía entender.

- ¿Sera otro idioma? Debe ser de alguna parte de esos países pequeños, o desconocidos del mapa celeste. No quise prestar atención a lo debido, luego se mantuvo en silencio y mis ojos se cerraban. Oía del lado de afuera del departamento unos llantos de una mujer. Como la habitación tenía una ventana que direccionaba al pasillo pude ver la sombra de alguien que iba a uno de los departamentos. Era la chica que vi la otra vez. Luna. Estaba triste. Ella desapareció entre la noche. Gaia mientras recitó unas palabras más y solo veía en los sonidos su respiración. Una bella respiración, y me fui desvaneciendo.

A la claridad de la noche la luna reflejaba la ventana con una luz amarillenta que apuntaba a Gaia y Júpiter. Esa luz brillaba tanto como los mensajes del tablero.


Chapter 5: La esposa. Locuras de Gaia. El informe y la sala Hades.

La esposa. Locuras de Gaia. El informe y la sala Hades.

 

 

 

Todas las noches ella habla sola queriendo transmitir sus sueños al espacio. Todas las noches ella llora, queriendo que alguien la quiera.

 

 

Han pasado varios días desde aquel primer evento de casados. Aunque para mi deberían ser más. Es como si el tiempo no avanzará, Gaia es muy sorpresiva como extraña. Les habla a los gatos como parientes, dibuja cuadros cubistas, tiene una tendencia a la superstición y las estrellas, escucha música muy antigua que no sobrepasa los 40.

Detallemos.

 

Sábado 15 de Marzo. El sol de la tarde me rosaba el rostro cuando iba al supermercado. Gaia

- ¿Ve con cuidado?

- ¡Cuidado!

- Danna! Eres un tonto. Son los idus de Marzo ¿No sabes lo que significa?

- Se lo que supone. ¡Gracias por la clase de historia! No comprendo el argumento

- ¡Mataron al Cesar! ¡Al dictador! Fue complot terrible en la cual su hijo bruto estuvo confabulado con ese maldito senado – Coloca rostro sigiloso mirando en todas direcciones. Para ese entonces creí que me estaba tomando el pelo ¿De qué me enamoré?

- ¡linda! En serio no sería importante que trates estos temas con un profesional

 

- ¡Gr! ¡Gr! ¡Tonto! ¡Es tu vida! Yo estoy bien –cruza los brazos tomándose las caderas con mirada altanera ¿A parte mira si hubiera un asesino? Algo así como un Jason de viernes q13

- ¡¡¡Es una historia como la del Cesar!!! ¿Cómo va suceder? Nadie conspira contra mi persona y no creo que venga un loco con una máscara. – se lo dije para tranquilizar el ambiente. – Aparte explícame la relación Julio- Jason

- ¡Eres un iluso! Tu exceso de confianza te llevará a la ruina y luego tendrá que ir tu esposa a rescatarte. Es muy simple señor confianza victima- homicida

- ¡No ocurrirá! ¡Nada!. A parte de ello fue bruto y el senado que mataron a Cesar, Jason liquidaba adolecentes en un bosque ¡¡Va!!No puedo creer lo que estamos discutiendo. ¡¡¡Solo estoy saliendo a hacer las compras!!!,

¡¡¡No a dar un discurso parlamentario!!!Ni correr desnudo a un lago de noche.

Su cara se transformó en enojo.

 

- ¡Uf! ¡Júpiter eres un caso perdido!

- Olvídalo.

- Me iré a distraer escuchando música – Se dijo así misma. Y de fondo se oía un Jazz antiguo de Glen Miller – ¡Buena suerte! ¡Julio!

No me importó lo que decía. Esta mujer parece un insano con ansiedad extrema. De un enfoque observé el suelo y di un salto de un susto. Era la muñeca de la casera. Esa que parece Anabelle/Anabella. Atiné a querer agarrarla, desistí. Gaia desde la ventana se reía y señalaba con cuidado que no la toque. Me fui rápido de allí. Retomé el camino desde el pasaje hasta la central. Había pocas personas debido al cambio de clima otoñal. Las hojas en el parque se arremetían desde los arboles de forma anómala por el viento que las invitaba a viajar a su último encuentro. Una bocanada de aire fue lo

 

que tomé cuando cruce una persona de gafas oscuras que caminaba de frente a mí y no me quitaba la vista. Por su vestimenta oscura no presté atención al sexo, ni peso y altura. Estaba justo en la puerta del supermercado. Al entrar primero fui a la sección de artículos de limpieza. Gaia utiliza mucha lavandina cuando se trata de lavar los pisos. Argumenta que los ácaros son peligrosos y hay que eliminarlos. Lo que no sabe es que nos va terminar eliminando a nosotros con la acidez. Tome un par de botellas, y unos jabones. Del otro lado de la góndola una mirada escurridiza se cruzó. No le di importancia. Luego a la sección de verduras y frutas. Al comprar lo necesario me percate que esa figura de negro estaba observando. Aún continuaba mi recorrido pero resté necesidad de preocupación adversa. Concluí con la góndola de los cortes de carne. En el fondo. Estaba totalmente abandonado. Al ver en el vidrio donde del lado estaban los respectivos cortes. Una figura parecía estar detrás de mí extendiendo la mano a mi hombro. Pronto me di vuelta y no había nadie. Ese suceso me produjo un pánico. Lo pude imaginar supongo. Tome lo debido y fui directamente por la góndola de lácteos. Me sentía observado nuevamente y no porque hubiera cámaras infrarrojas. Era la misma imagen lo sé. Mi mente se nubló un momento y perdí la noción del espacio por causa del miedo. Los ojos estaban por todos lados. Estaba a metros de la caja en la cual se encontraba una señora en fila y el empleado pasando artículos. Debo llegar me dije

¿Pero qué ocurre? Si estoy en un mercado. No hay peligro. Pronto percibí una adrenalina en mi interior y una respiración cerca. Comencé entonces a caminar velozmente a la caja como si persiguieran mi alma. Solo unos metros. Y entonces el camino se me hizo extenso. No puede ser no llegaré más. ¡Vamos! ¡Tú puedes Júpiter! Hice un esfuerzo amplio. Las fuerzas me abandonaban, sin embargo la meta estaba allí. Y la respiración estaba detrás de mí cada vez más prominente. Mi escepticismo mi hizo olvidar las

 

escaleras del Cesar. La respiración estaba cerca muy carca y cuando sentí un toque en mi cintura estaba en la caja.

- Buenos días – dijo el empleado – Deposite los artículos por favor

- Uff!! –Respiré con seguridad. –pagaré con la tarjeta de Crédito

- Perfecto – Comenta el empleado

 

La bolsa de verduras había quedado detrás de mí, en la mesa de objetos varios donde corre la cinta, así que me di vuelta, y vi la figura que me asusto. La tomé y se la dí al empleado para que la pase. Al pagar me fui de inmediato de allí.

- Gracias. Regrese pronto. – Dijo. -

- Gracias – Saludé sin voltearme.

 

Retomé otro camino, pero aún consentía que me estaban persiguiendo. No había personas en las calles. Me invadió la inseguridad ¿Sera que Gaia tenía razón? No Júpiter eres idiota. Pronto otra sombra parecía acecharme. La ví detrás de un árbol. Llevaba gafas oscuras y un saco negro. Me percaté de ello

¿Era el del supermercado? No recordaba. De éste hecho se fueron suscitando otros. Todas miradas iban dirigidas a un punto especial Júpiter. Una mujer desde una ventana se reía y señalo detrás de mí. Sentí el escalofrío. Un viento roso mi columna de frio. Y una respiración se arrimaba muy lentamente. Era la misma del comercio ¿por qué tengo miedo? Sí, siempre he hecho éste camino. Una y otra vez los ojos del depredador consumían mi mente. Mejor desviémonos de trayecto. Eso confundirá al enemigo. Debo crear una distracción, y al dar la vuelta me encontré con un pasaje semi cerrado. Comencé acelerar el ritmo. Mi corazón estaba estable. Eso era extraño. A paso rápido empecé un trote ligero. Y luego sin nadie detrás di la vuelta en otra dirección. Los acechadores o asechador debían burlados, por lo que retomé la otra cuadra a la izquierda retrocediendo. Cuando quise darme cuenta estaba donde empecé cerca del supermercado. Observé en todas las direcciones y busqué lugares que

 

no sean blanco fácil de caza. Debo retornar. Debo cruzar el parque. Al ir en diagonal a la plaza cercana luego de realizar la misma operación de varias vueltas en las manzanas aledañas supuse que podía escapar de la amenaza. Me armé de valor y tomé 3l camino del medio que cruzaba todo el parque. Había llegado a la mitad y un tumulto de hojas secas roso mi rostro. El aroma otoñal de la humedad se impregno en mis fosas y con ello la respiración y una sombra particular que se desdibujaba entre arbustos. Me están siguiendo. Lo sé. Creí que solo era mi imaginación locuaz, pero en efecto alguien está detrás de mí. Comencé a caminar rápido. Era como un puente a punto de caer y yo corriendo. Hasta que logré ver a la persona que me espiaba. Apareció como en la película viernes 13. Era un Jasón ¡No! Peor. Comencé a correr cuando estiro el brazo. A mi ritmo iba hacia mí y no podía evitarlo. Me estaba alcanzando. Por descuido tropecé con una baldosa floja y caí al suelo con las bolsas sosteniéndome por acto reflejo con las palmas de las manos al ir de frente. La sombra estaba sobre mí. Y al darme la vuelta se veía una figura de pie con ojos brillantes y estiró el brazo.

Fue cuando grité

 

- ¡¡Ahh!!

- ¡¡Danna!! Soy yo Gaia ¿Qué te ocurre?

- Gaia – Mi corazón se aceleró. Es que creí… - Hice una pausa. -

- ¿Creíste?

- ¡No! ¡Nada! ¿Qué haces aquí?

- Te olvidaste tu móvil – y Saca del bolsillo el celular. Es por seguridad – Se enfada y me señala con el dedo con ojos fijos.

- ¡¡Pero!!, ¡¡Estás vestida como de espionaje!!

- ¿Usar lentes de sol y saco oscuro es de espionaje? ¡No seas ridículo!

- ¡Oye! Tú empezaste esta historia de que podían matarme.

- ¡Ya veo! No te preocupes me aseguraré que no mueras – me guiña un ojo

 

- ¡Graciosa! - Recogí las bolsas. Ella se ofreció a llevar una. Comencé a caminar enfadado por toda la situación. Ella estaba como un guarda espaldas riéndose.

- ¡No te rías! – Dije despotricando. -

- ¡Ja! ¡Ja! – No me rio, mientras mira en todas direcciones. Y ve un lugar especial y luego continuó riendo.

 

 

Al retornar al hogar primero ingresó Gaia, y luego la seguí al subir las escaleras, descendiendo venía la mujer de pelo rubio y coletas. Claro que me miró con malos ojos. Y Gaia, se ocupó del asunto al devolverle una mirada nefasta. Parecía un duelo de visiones a ver quien tenía un poder mayor, pronto interrumpió el artista.

- ¡Oh! ¡Buenos días! – Dijo mi vecino el cual es escritor. Él, venía descendiendo, y el paso estaba bloqueado entre ambos. El hombre no sabía cómo reaccionar. La situación fue incomoda. Y yo, ni siquiera había comenzado a ascender por ese camino. Y para colmo detrás de él Luna que llegaba, y tenía prisa en pasar. Ella, se encargó de mediar el asunto Gaia – rubia de las coletas. -

- ¡Disculpen! - Y se colocó delante del escritor – Tengo apuro en llegar a mi trabajo. ¿Podrían por favor hacerse a un lado? – Lo expresó de una manera tan sutil y a la vez dinámica con una simple sonrisa de doncella que encerraba un demonio. El escritor no le quitaba la vista a ella. Ambas no tuvieron opción. Y la mujer de coletas prosiguió y Gaia asintió, pero también guardaba un tanto de recelo a ello, sobre todo cuando me saludó al descender. Un saludo y solo a mí. Gaia observo el hecho a mitad de camino con una cara que no tenía significado pero escondía un sentimiento que podría ser.. no.. fue expulsado. Los celos son tan comunes.

 

- Estuvo discreta en sus palabras. Se nota que tiene personalidad – Comento a titulo de quebrar el hielo el escritor

- ¡Sí! ¡Ja! ¡Ja! ¿Eres nuevo?

- Oh! Mis disculpas. Debí presentarme. Mi nombre es Gregory Ray Asimov, hace poco me mudé por aquí. Soy estudiante de literatura y escritor de novelas ligeras.

- Un gusto mi nombre es Júpiter anónimo Ruppert, y ella es mi esposa Gaia Justina.

- ¡Un gusto! – Cumplimenta sonriendo. -

- Cualquier problema que tengas no dudes en decirnos.

- ¡Gracias! Ustedes también. Estoy a veces ocupado intentando escribir algo, es que la editorial me lo solicita. Así que decidí salir a caminar un poco, eso ayuda.

- Puedes escribir sobre odiseas – Comentó Gaia.

- ¿Odiseas? - Nos dijimos ambos. -

- Cierto. No hay nada mejor que una odisea.

- ¡Mmm! Podría ser factible.

- Odiseas como la de Homero. Y que tal algo más amplio como en vez de navegar por el mediterráneo intentando llegar a Ítaca, ¿No ir a otros rumbos inexplorados?

- ¿Qué podría ser?

- Las estrellas – Dijimos al mismo tiempo con Gaia.

- Eso es una buena sincronización – Se rió Gregory – De hecho se nota a leguas, quizás 20.000 leguas, que se conocen.

Ambos nos miramos con Gaia. Era todo un capitán Nemo con su Nautilus de Verne.

- ¿Y si fuera de otra manera? – Preguntó Gaia

 

- No la hay. De alguna forma las almas están destinadas en muchas vidas a conocerse. Eso me dejo pensando. – ¿y Por cierto quien era la señorita que abrió los caminos como moisés las aguas?

- ¿Luna? ¿O la chica de coletas? – Pregunté. -

- ¡Mmm! ¡Grr! ¡Gr! – El gruñido de Gaia fue suficiente por la dama de Coletas. -

- ¡Je! ¡Je! – chistó con una risa leve Gregory. – Ya veo – Y sonrió de la misma manera que lo hice cuando Gaia apareció en mi vida, por Luna. –

¡Bueno! Creo que debo irme. – ¡¡Odiseas!! – Se fue tarareando y con una voz diminuta y tanto tímida Luna.

Sin otras palabras me reí un poco, en cuanto concluíamos la plática amena de vecinos. Gaia se mantuvo impoluta ante una brisa que paso fugaz entre nuestras narices y se dio la vuelta para encontrarme a mí.

- ¿Ocurre algo?

- No nada Danna – Abrió la puerta – Bien. Todavía estamos a "15 de Marzo".

- Si los idus ¡Ya lo sé! Gaia. Ya lo sé, querida.

- Solo te estoy cuidando Danna.

 

Desde la ventana podía visualizar a quien sería una pieza fundamental en todo éste periplo que nos deparaba. Gregory, no solo es un gran escritor, sino que también mi amigo, aunque todavía no habíamos llegado a esa conclusión, debido que todavía resta demasiado tiempo en el devenir de los sucesos venideros. Él marco a Luna la primera vez que cruzaron miradas, como lo hice con Gaia.

Es eso un principio de amor tengo entendido, o he escuchado por ahí, aunque la verdad Gaía quizás era parte de mi idealización. Una metáfora que no supe sobrellevar, y es por eso que con la llamada convivencia, fue cuando arrancó la

 

verdadera relación. No la que se sueña, sino la que tenemos bajo nuestras narices. Sin embargo, y eso agradezco a Gregory, soñar es tan bello, pues nadie nos puede quitar los pálpitos de un corazón al latir por alguien. Duela, o no.

Y aunque fuese un sueño, reverencié que esa idea debía hacerse verdad. Él también lo entendió, y eligió comprar sueños.

La tarde estaba cayendo con el sol, al ponerse desde el horizonte, y la habitación se extendía más. Gaia me advirtió que no debía tocar ningún aparato electrónico de los que había preparados en los tableros. Incluso se disgusta cuando pregunto por tales. Parece el servicio secreto, o interpol.

Otras locuras que he mencionado es cuando habla el gato del vecino como un amigo de toda la vida. Reconozco que lo he hecho con mi antigua mascota, aunque Gaía parece poner el empeño para ser entendida. Aquel gato de nombre Demóstenes prevenía de otro edificio aledaño muy bajo. Supe que era propiedad de la señora de una alta edad, pero no tenía ánimos hogareños para permanecer encerrado ¡Libertad!

En este momento se encuentra conversando con él. Tiene más platica con un pequeño domestico felino que con su marido ¿Eso lo hace a uno poco interesante? ¿O aburrido? ¿Será la palabra correspondiente? Cucho es muy simpático cuando quiere, y sabe atraer a Gaia con un ronroneo cariñoso. O así lo llamo yo, porque se parece al gato de la pandilla de don Gato y su pandilla. -

- ¿Así que vienes aquí? Y comienza el dialogo entre humano y felino. Animal con animal.

Es otra de las rarezas de Gaia. No tengo experiencia con las mujeres, pero tengo entendido que no suelen tener comunicación con las mascotas sino a una edad avanzada. Los hombres al contrario nos comunicamos con la radio o el televisor. O eso diría mi abuelo.

 

No obstante demóstenes es un anfitrión de lujo con todas las de la ley. Un dialogo entre Gaia y Cucho, es una conversación entre Hipatia y Sócrates. Tanta filosofía me hará explotar el cerebro y todas sus terminaciones nerviosas y fibras eléctricas. -

Una vez lo dejamos ingresar. Mejor expresado. Gaia le dió albergue. Llegué temprano. Ocurrió hace poco tiempo. El quinto día de casados. Estaba en la mesa con un plato de leche y ella con una taza de café. Ahora me entenderán

- ¿En serio me lo dices? Pero porque no entraste por la ventana. Eres un grandísimo tonto.

Cucho de don gato, apenas se remitía a observar a esa orate de mi mujer. Gaia

¡Sí que estas mal!, pero te amo.

 

- Buenos de todas maneras pudiste salir ileso. La lluvia no te hizo daño. A decir verdad. Mojarse no es tan malo. --- no digas eso, son consciente de lo que explicas, pero hay como un acuerdo. Una servidumbre – Claro en esta sociedad ilustrada las criaturas obedecen. No hay una equidad uniforme y centralizada en el bienestar de todos. --- no sabría la razón.

¡Ah! Eso la razón es poder. – tampoco lo hubiera imaginado.

- ¡¡Querida!! ¡¡Llegue!! – Había oído la charla y no quise decir nada.

- ¡Danna!..... Buenas tardes. ¡Va!, ¿No sé por qué te saludo? Mira, te presento. Él es Mikonos. Mikones. Él es Júpiter Anónimo. - - No. Anónimo es su segundo nombre.

- ¿No es cucho?

- ¡Ese nombre lo colocaste tú!

- Me gusta más cucho que Mikonos. ¿Qué viene de Grecia?

- No le hagas caso a mi marido. ¿En serio? ¡Qué bueno! – Se sorprende ella.

Al oír a mi esposa, creí estar en el manicomio. No importaba mi presencia.

 

- ¡Danna!.. ¡Por favor! ¿Podrías ver la olla?... Dejé unas verduras hirviendo.

- ¿No habrás colocado algún insecto, o elemento raro? – Dije luego de aquella vez con su estofado de ojos.

- ¡No seas idiota! –-- No, no te digo a ti – Observa a cucho – Hablo con mi marido --- Si es un poco torcido

- ¿Ey? No le cuentes al gato lo que soy. – Grité desde la cocina – ¿Que estoy diciendo? – Me pregunté - ¿Qué hace mi esposa hablándole a un gato? ¿No pensará meterlo en la olla no? – La sola idea me daba escalofríos. Estos experimentos culinarios no deben constar en los libros conyugales. Esta manada matriarcal es bastante compleja a la hora de dar órdenes y alimentar a los súbditos.

- En fin según tu política lo mejor será estar alerta --- si lo tendré en cuenta en mi mente

- Hablando de mente ¿Cuando vas a dejar de perder el tiempo con ese animal?

Nadie en la sala prestó la mínima atención. Podía oírla, a la ignorancia burlándose de manera despiadada.

- Tampoco es preciso que me contesten – Dije corriéndoles el rostro – La misma imagen se presenta y el gato se despide de Gaia. Gaia lo saluda, en cuanto salta por la ventana – Le hubieras dicho que se quede a cenar – expresé bromeando

- ¡¡Uff!!... No quería. Dice que eres muy áspero. Aunque le parece una sorpresa siendo tú, un cadáver social.

- Oye, dile a tu amiguito. ¡Va! Para qué me molesto – Me enfadé y cruce de brazos.

- No te enojes solo comprendió que no hay esperanza para cualquiera.

- Me alivia saber que mi esposa se dio cuenta.

 

- ¡Je! ¡Je! No te preocupes. No le diremos a nadie que solo sabes respirar como única utilidad en la vida.

- ¡Muy graciosa! ¡Ey! Que no se te olvide algo.

- Tengo mis registros en orden.

- Ese humo de la cocina me recuerda a tu falta de atención. -

- ¡¡¡La comida!!!

- ¡A eso me refería! Voy a pedir una pizza – Comenté con una mueca en burla y enfado al mismo tiempo. -

Gaia logró salvar la cena. O eso creo. No quería herir su dedicación. Ella suele ser bastante tajante a la hora de los comentarios sarcásticos. Y éste era nuestro diálogo matutino.

Al concluir la cena, resolví lavar los trastos. Gaia me veía atentamente. Desde el living ordenando ropa.

El ataque fue cuando acertó a una pregunta. -

 

- ¿Mismo pantalón?

- Algo así.

- Ya veo. Mucho tiempo. Puede verse en la decoloración.- Confeso con mirada furtiva de cazador. -

De lo poco que se de Gaia es que la falta de uso de artículos en las oraciones corresponde a una mudanza de humor de ella.

Gaia acertó con un lance de un bollo de calcetín y la palabra hiriente de

¡Sucio! ¡¡Cámbiate la ropa ahora mismo!!. Me golpeo con el impacto terrible de la erradicación al ver que tenía el mismo pantalón toda la semana. Necesito que cooperes con tu higiene.

- Prometo solemnemente que mañana usaré otros. -

- Tomaré eso como una sentencia.

 

Las luces se apagaron cuando fui el último en colocarme el pijama. La veía descansando y eso me alegró. Pronto tendremos otra cita para seguir avanzando como una pareja. Ese fue el acuerdo.

Al recostarme coloque mis manos detrás de la nuca observando el techo.

 

- ¿Y si no funciona? ¿Digo casarse? Y luego ver que la relación no es fructífera. Eso creo. Eso..es..

- Descuida eso déjaselo al tiempo. Todo saldrá bien.

 

Abrí los ojos soñolientos. La voz de una imagen me explicaba. Al mirar a un costado en posición fetal. Gaia estaba observándome

- ¡Descuida! Por algo te elegí a ti.

- ¿Eh? – Me asusté al verla. Ella hablaba dormida. ¡Ah! Era eso. Debe estar soñando con el gato. – Y me quedé tranquilo y dormido.

Al otro día desperté y Gaia no estaba en la cama. Creí que tal vez estuviese en el baño, o algo por el estilo. Las mujeres madrugan y van directo al baño a ver su estado anímico, mientras se cepillan los dientes lo reparan. Sera que digo esto porque tengo una hermana que suplica al dios del espejo para verse esplendida el día a día. Los hermanos son así, como seres desconocidos de sangre que saludan y con los que vamos fomentando comunicación. Verifiqué que allí no se encontraba ¿Puede qué el living? Tampoco. No era muy temprano. Dormí lo suficiente como para sospechar que puede que haya salido para algún sitio. Un ruido extraño se escuchaba desde una azotea. Eran como golpes de martillo que se dividían en tres y luego una pausa. No presté atención y seguí mis quehaceres de desayunar. Tomé mi móvil celular a ver si tenía un mensaje. De ella por supuesto, nadie me escribía. No, nada en absoluto. Bueno, debe haber salido. Tampoco vamos a realizar una investigación policial sobre el asunto.

- ¡Ahh! ¡Caray! Ya se completa casi un mes de casados. Y a penas nos estamos conociendo. Es mi cultura me dijo. Y si no sale como lo

 

deseamos podemos dar de baja el acuerdo ¿Tanto embrollo? Nunca le pregunté si estaba en alguna religión. Si, preguntaré eso.

- ¡¡paff!!¡¡paff!!

 

El ruido de martillo se amplia. Desde el techo rujen los golpes de metal. Un estruendo se escucha nuevamente desde arriba con un sonido muy particular como si estuvieran perforando.

- ¿Veré de qué se trata?

 

Al salir estaba Gregory. Luna también había salido a raíz del batifondo, y la pareja que desconozco sus nombres.

- ¡Oh! Júpiter ¡Buen día! – Expresó Gregory.

- Buen día – Dije observando apenas el techo con un rayo de sol que segó mi visión. – ¿Qué ocurre?

Gregory me señala al techo. Gaia estaba colocando una antena de esas viejas con otro aparato. Luna quiso preguntarle, pero su notoria falta de curiosidad venció su pregunta, y solo remitió a observar la situación. Gregory solo salió a sacar la basura y se encontró con el hecho. La pareja hablaban entre ellos. Ernesto Gigs y Cin Estévez. A penas nos saludamos.

- ¿Ocurre algo? – Pregunta Ernesto. -

- No sabemos – Respondí – ¡¡Cariño!! – Grite - ¡¡Cariño!! – Volví a gritar hasta que direccionó su mirada a mí

- ¡¡Danna!! –extiende el brazo saludando como si no ocurriese nada. Y prosiguió ahora soldando un metal.

- Gaia! ¿Qué rayos haces?

- Arreglo una línea de comunicación que se ha averiado.

 

Inmediatamente se nos formaron signos de interrogación en nuestras mentes de lo que expreso ella. Esa línea parecía de una empresa de móviles. La cual no recuerdo su nombre.

- ¡Diablos! ¡Me case con una loca! – Me dije resignado llevando mi mano a mi cara a tapar la vergüenza - ¡Baja de ahí! ¡Es peligroso!

- En cuanto termine. Te deje en la mesa unas tostadas cariño – Grita desde la punta sosteniendo una varilla. -

- ¿No será muy arriesgado? – Comenta Luna.

- Claro, opino lo mismo. Pero puede que hayas problemas de interferencia

– Concluye Gregory.

- He tenido inconvenientes con la señal – Señalo Cin– Muy dedicada ella.

- Es verdad. Es muy oportuno tener alguien así aquí en los departamentos.

 

Ambas parecían admiradas de Gaia. Gregory no le quitaba la vista a Luna y yo preocupado por esta situación dantesca. De haber sabido que es un técnico Gaia, le hubiera pedido que arreglará otros desperfectos. -

- ¿Oye no vas ayudarla? - Pregunta Ernesto.

 

Lo miré con una pisca de repulsión. Tipo petulante. Debía ser el opinologo de living, típico de la burguesía de sillón. -

- Y tú, no deberías junto a tu esposa meterte en tus asuntos – Dije por mis adentros. Francamente me cuesta socializar. La manada no es mi fuerte. Pero tampoco podía dejar que Gaia estuviere ahí. A lo que respondí – No creo que sea de mucha ayuda para alguien que es experto en el asunto. Incluso sería una total molestia. – Luego de expresarme me sometí a la opinión de Gaia– Gaia!! ¡¡Gaiia!! – ¡¡Grité!! - Hasta que ella dejó el soldador mirando con su sonrisa - ¡¡.. Quieres que…..!!

- No ¡¡Danna!! Agradezco tu…..

- ¡¡¡Peroo!!! ¡¡No me dejaste terminar!!

 

- ¡No es preciso¡ ¡Ya sé que dirás!

- ¡Maldición! Lo sabe todo – Me dije. Luego se vino a mi mente una situación: el tercer día de casados. Un desperfecto, e intenté darle solución. Gaia se enfadó. Ella se ofreció ayudar, y ostenté título de amo de la casa, y el desperfecto quedó peor. En pocas palabras solo dijo: Danna, como mencionarlo, sin herir tu ego varonil, o sea... pienso que eres un troglodita para los arreglos eléctricos. Dándome a entender que debo ser más amplio y comunicativo a la hora de trabajar en equipo y aceptar la derrota del desconocimiento hacia mí persona.

De todas maneras, está, allí arreglando no sé qué. La manada la aplaude y la loba es venerada, y el cordero no tiene opción que asentir con alegría.

- Creo que es bastante independiente y eso me fascina – Expresó admirada Luna con una leve risita – Gaia!! ¡¡¡Muy bien!!! – Grita y Gaia devuelve el gesto.

- Bueno, ya tienes – Comenta Gregory – Una amiga. -

- Buenos vecinos – Se dice Cin

- ¡Ey! ¿Qué ocurre? –Pregunta el artista pintor Kent Warhol. Por extraño que parezca tiene el mismo apellido que un orate que conozco de los años 70.

- Es mi esposa. Está realizando unos arreglos.

- ¿Te casaste? ¡¡Wow felicitaciones. Y pronto hace una pose con sus manos retratándome como foto y luego a Gaia. – Es para dibujarlos en lienzo.

- Ehh! – No sabía cómo comunicarme. – ¿Dibujarnos? – Me dije – Éste es el típico ser que le encanta los diagramas expresionistas con desnudos –

¡Naa! Ni de casualidad aceptaría. Aunque un cuadro de los dos Gaia, y yo sería bello. Sin desnudos por supuesto. Eso solo si logramos ser una pareja y para la intimidad ¡¡Ya quisiera Dios!!

- ¡Danna! – Grita Gaia – ¿Qué pasa por tu mente retorcida?

 

- ¿Eh? ¿Me escuchó? - ¡No nadaaa cariño!

- Yo quisiera estar en un lienzo – Dijo Cin – ¿O no amor? ¿Un retrato?

- No, olvídalo. – Carraspea. -

 

Ernesto tan romántico. Muchacho cavernícola.

 

- A mí me encantaría. No tengo con quién - Y la mira a Luna, Gregory. -

 

Olvídalo Gregory, Luna no te observa – Dije viéndolo en su baba regocijante. Aunque lo admiro, espero lo logré. Lo que sea que fuere. Gaia descendió feliz.

- Bueno terminé.

- ¿Qué era lo que hacías?

- Trabajos de una loca esposa – Se ríe Gaia.

 

Para ser sincero es un tanto bochornoso que estemos viendo a mi esposa realizar sus quehaceres de operario, pensé. Era un momento tan extraño que me dije que extrañaría de ello.

Se me ocurrió que la única forma de ayudar era preparándole una gran cena cuando regrese a casa. Espero no se encuentre viendo una película con una cebra. Y uno sabe a lo que me refiero.

Una dama con facultades inusuales supuse luego del evento. Nos despedimos de los vecinos, y veía como Gregory intentaba un nuevo acercamiento a la imagen de Luna. Interpreté que siendo escritor le sería simple con alguna treta de palabras que enlacen el dialogo perfecto. Un tonto de mi parte pensarlo. Nada en este mundo se estructura, todo se improvisa en estos campos. Gaia se percato del hecho, así que fue la primera en tomar mi antebrazo para irnos. Luna estaba distraída con las maravillas del artista abstracto y sus lienzos. Ernesto y Cin, se retiraron. El poco ánimo de aquel es una personalidad opaca. Es como una de esas piedras que descubres en el mar. Solas. Cin debe haberlo encontrado como los cangrejos cuando buscan refugio.

 

Gregory me ponía nervioso con su intento de acercamiento.

 

- ¡Bueno! Nos vemos – Saludamos.

- Adiós – Saluda Luna y el artista.

- Adiós– Cumplimenta Gregory, que al querer unirse a la plática entre éstos, Luna hizo el corte de que debía irse

Gregory regresó a su lecho y el artista al suyo hablando solo. Tengo vecinos particulares

- ¡Danna! ¿Eres muy analizador no?

- ¿Por qué?

- Te diste cuenta el rostro de Gregory.

- ¡Sí!, pero depende de él.

- Tal vez idealizó a esa mujer como amor a primera vista. -

- No sabría decirte. Te enamoras desde el primer momento, o es un deseo

– Comentaba en cuanto tomaba mi café.

- Lo nuestro es algo especial, digo. Estamos casados, pero apenas tuvimos una cita luego. Estamos armando algo al azar. – Suspiro

- Es comenzar por el final y no el principio. Pero bueno según de dónde vienes es así

Ella no quiso decir nada. Pude interpretar un sentimiento de culpabilidad. Sin embargo coloqué una barrera, entre lo he vivido en poco tiempo y se de Gaia, y lo que quiero saber. La falta de información, llamémoslo ignorancia, puede hacernos felices. No nos dimos ni un beso de boca a boca ¿Eso también es cultural?

Supongo…y bebí mi café terminando las tostadas que preparo. Gaia estaba con su móvil en la mano. Como estaba insumido en mis pensamientos sobre ella no le pregunté nada.

- ¡Danna!. ¡Debo decirte algo!

 

El teléfono de ella sonó y yo debía irme en cuanto observé en mi reloj de pulsera que era tarde.

- Luego Gaia. Estoy retrasado.

 

Ella escuchaba un mensaje y me saludó con una sonrisa en cuanto me ponía la chaqueta. No dude un segundo y por acto reflejo le di un beso amplio en la boca para despedir la mañana.

Ella se sonrojo con el móvil en su oído mirándome. Por mi parte me puse firme como estatua, y me invadió la vergüenza.

- ¡Eh! ¡Bueno adiós! Y salí pronto de ahí.

 

Ella no se inmutaba, siguió con su mirada firme en mí.

 

- ¿Le dí un beso? - Caí en la cuenta. ¿No era nada especial? ¿O sí? ¿Le habrá caído mal? Bueno estamos casados.

En la fila del ómnibus éramos bastantes y no paraba de meditar en el asunto.

 

Al llegar. Ascendí y no podía creer que estaba uno de mis compañeros de trabajo. Horacio Clarck. Un tipo pedante y molesto. No pensaba entablar conversación. En situaciones así, prefiero camuflar mi presencia y ocultarme en la muchedumbre, produciendo distracciones que no alimenten al cazador en el encuentro de la presa.

Ladee la cabeza unos momentos, realmente no tengo razones para poder confrontar a un tipo como él, para entablar una relación comunicativa que no llevará a ningún lado, y estoy completamente seguro que esa persona tiene la misma idea en su cabeza, pues de hecho debe haberme visto.

Pasaron unos minutos valiosos, y tome mi móvil para ver las nuevas y buenas noticias del terremoto en Indonesia, trágico accidente en Georgia, Brasil la deforestación crece de forma abismal. ¡Rayos! Mejor voy a contestar los

 

mensajes de mi móvil Line-app. No tengo ninguno. Bueno para sincerar nunca tengo. Y los mensajes grupales son tonterías que no se relacionan conmigo ¡Ups! Entregar trabajo sobre sumeria, fecha límite, viernes. ¿NO? Se me ha pasado.

¿Qué voy hacer? ¡Oh no! Ahí viene Clark. Bien estamos llegando a la parada final de ómnibus. Nunca creí estar tan feliz de llegar a mi trabajo.

- ¡Ey! Eres Júpiter el anónimo. – Sonríe falsamente

- Hola..¡Eh! debemos descender.

 

Al bajar solo tuve que escuchar sus palabras de narcicismo una cuadra que son unos quinientos metros calculados desde el poste de numeración de transporte a la puerta principal. A partir de allí Riff se hace cargo del paquete, debido que le encanta saber todo sobre las personas que trabajan en el museo.

Allí está la puerta. –

 

- ¿Así que te casaste? ¿Cómo actúa la desgracia del matrimonio?

- Bien. No sé a qué llamas desgracia. Sera que tuviste alguna infortunio

- ¡Ahh! Es broma. ¡Ehh! Riff

- ¿Chicos como se encuentran?

- Bien. Administrando la felicidad – Dije con un poco de sarcasmo

- ¡Bien! Por ti niño. Nunca temas, el éxito está en tus manos.

- Gracias Riff por el obvio cumplido –

- ¡Ja! ¡Ja! – simpático como siempre. –

- Nos vemos muchachos.

- Que estés bien anónimus

- Gracias Clark Kent, sin Superman. - Me miraba con cierto y amplio recelo

......…un francotirador….

 

- ¡Ahh muchacho!. Hay otra nueva compañera. Es muy bonita. Pero, tú te encuentras casado, recuérdalo – Expresa Riff riendo – ¡Cuidado! ¡Es la nueva supervisora!

Saludó de espalda levantando la mano mientras ingresaba por el corredor de cuadros victorianos a la sala de personal laboral.

Al ingresar estaba la chica nueva que crucé cuando mi jefe me llamó para indicarme las tareas nocturnas con una paga extra que me darían. No recuerdo su nombre. Ella me saludó, y justo estaba saliendo a dirigirse a la sala de objetos arqueológicos de la edad de piedra.

Pronto entra otra dama. No presté mucha atención mientras abría mi casillero. Al cerrarlo, ella dijo buenos días, y le respondí sin mirarnos. Al vernos, no podía ser ¿La dama de coletas a la cual sin querer toque el traste, y encima vecina de nuestro hogar? Maldita sea mi suerte.

- ¿Tu? ¿Qué haces aquí?

- ¿Qué dices? No sabes ni mi nombre y solo te he cruzado un par de veces

– me dije por mis adentros – trabajo aquí – respondí de forma escueta

- ¡Bueno!, ¡Si no hay remedio! – Explayó resignada – mi nombre Rigel Orión y tú debes ser …. – Sacó de su cartera una lista – ¿Júpiter Anónimo Ruppert?

- En efecto. ¿Cómo sabes mi nombre?

- No es que me interese en lo más mínimo, incluso, una persona como tu depravada es mejor olvidarla.

- Me agrada esa manera de actuar tan femenina y sutil. Debes ser un primor con los hombres. – No dudé en verbalizar el escarnio. Ella tenía todos los naipes necesarios para ganar la partida a una blasfemia elegante. -

- ¿Así que atrevido también? Me gusta esa aptitud radiante y perniciosa.

 

- Solo cuando recibo palabras de cumplido que acarician el alma.

- Me parece que eres un tipo absurdo, pero eso me agrada. Será una antipatía que no se justifica con nada, pero que da, un tanto de placer en el estudio de los terceros mundanos como tú, que pasan a ser mis subordinados.

- Gracias, mi lema es mantenerme firme en mis conceptos para que la gente se sorprenda cada día con mis explicaciones y dejen de molestar preguntando. - ¡Eh! ¿No entendí bien? Subordinado – Allí recordé las palabras de Riff. Hay una nueva supervisora. Supervisora….

¡Supervisora!... ora..ora..ora.. – No puede ser – Me estalló la cabeza como un rayo. –

- ¡No te preocupes! – Se jacta riendo – Es mejor el infierno de Hades. Así que puedes ir a esa sala de por vida.

- Pero es la sala clausurada. Aparte de ello, nadie quiere ir allí por esas historias urbanas paranormales.

- Por eso mismo, un valiente pervertido es lo más indicado ¿Y casado?

- ¿Una mujer te quiso? ¡Ja! ¡Ja! Si, ya sé lo que piensas, y si soy la mala de la historia. Y me agrada. – Ahora ¡A TRABAJA JUPITER QUIERO VER ESA SALA ACTIVA! Y ORDENALA COMPLETAMENT Y TU TE ENCARGARAS DE QUE SE LLENE DE PERSONAS EN LAS VISITAS NOCTURNAS - Me dijo siniestramente mientras crecía su cuerpo y cabeza hasta reducirme a una especie de pulgón zaparrastroso.

Analicé la posibilidad de una respuesta que no fuera hiriente para no recibir el castigo divino y material, pero dio la espalda y fue hacia otros sectores, allí cruzó a Clark y ambos conversaban como si fueran amigos de toda la vida. O esa es la apariencia que suele dar aquel teatro humano cuando expone carta de presentación.

 

- Bien, debo ir primero a llenar los papeles y elaborar un informe eficiente y rápido, para la Sala Hades ¡Madre mía! Ese lugar sí que es un infierno y ese informe debe ser aprobado. Solamente pase por allí y eche un vistazo, porque sentí que alguien me llamaba, cuando abrí la puerta, no había nada, solo muchos objetos amontonados, de un lado al otro. Algunas cajas, y fue cuando comprobé la leyenda del museo del supuesto fantasma. Solamente hice un paso y el frio sitio repelía mi ganas de continuar alimentando mi curiosa y arriesgada vida.

- ¡Hola! ¿Hay alguien? ¡Hola!

- ----- ---- ---- - Solo silencio se oía y el escalofrió me invadió la espina. Me eche para atrás con justos motivos. Ese gran salón esta en el último piso detrás de todo los demás salones menores, y para llegar hasta allí hay que sortear un pasillo y una puerta con una serie de escaleras, hasta en ese motivo fue método para que nunca abrieran.

Ese día resolví regresar con el miedo en mis manos, y el rabo en la cola. Fue tan veloz que cruce a Irina la más antigua miembro del museo. Y allí me narró que no debo ir. Luego contaré los hechos, pero ahora debo pensar en cómo armar la sala Hades, a la que Irina, quien fuera designada a otro museo, me indicó que jamás vuelva, y a la que esa mujer insípida de cabello con coletas de nombre Rigel, supervisora quiere que abra

 

 

Debo verificar bien. El espacio que desconozco, quizás haya unos planos. Y no se con los materiales que hay como podre programar aquel lugar. ¿Mitología griega?, ¿Escandinava?, ¿Celta? ¿Precolombina? ¿O teología? ¿Espacial? Y lo mejor es esas historias que corren por los objetos traídos de todas partes del mundo. ¿Por qué no realizan las tareas como los museos comunes y corrientes que solo traen replicas y dejan los objetos? Es claro dar a entender que éste

 

recinto pertenece no a las manos estatales, sino privadas de un magnate al que nunca hemos visto ni veremos, pues viaja por el mundo.

Dudo que pueda completarlo para el día de hoy con toda la labor que debo realizar con la apertura.

La modificación de cambio esta lista, así que no puedo hacer nada en lo referente a ello. Un compañero viene a mi sector. Armino. Es un recién llegado de esos que están bien ubicados debido que sus padres son contribuyentes del Museo con obras. El oculto magnate tiene el beneficio de recibir. De ello produjo que se abriera otro museo. Es por ello que la ciudad en algún punto tiene un circuito turístico muy extenso con el ramo cultural universal.

- ¡Ey! Júpiter. La nueva supervisora me indicó que te de aviso, de que debes terminar para mañana el informe para entregar. ¡Es tan agresiva como bella! ¡Ja! ¡Ja!

- Si, un monstruo – Me dije – ¡Gracias! – La petición ha sido recibida, así que no tengo opciones, y también el práctico sobre sumeria. -

El día concluyó para mí, y solo me restaba llegar a casa. Me pregunto ¿Cómo le habrá ido a Gaia? No recibí, mensaje ni nada. Al subir las escaleras, la luz de la ventana estaba con un color extraño. Estaba encendida, pero con un color que parecía que estaba ingresando a un motel barato. Al abrir la puerta Gaia, estaba con esos aparatos que se colocan en la cabeza de realidad virtual. Se había sentando en el suelo y parecía una posición clásica de Yoga. Apenas se movía. De ese aparato se expandía la luz.

- ¡Buenas noches! - Saludé – ¡¡¡¡Buenas noches!!!! – Dije, y no respondía. –

 

¡Ah! ¡Qué remedio!, me fui a la cocina. Allí un cartel:

 

- ¡Danna!, Estoy hablando con mis padres. Perdón, sino hay respuesta. -

 

- - ¿Hablando con sus padres? ¿Con un aparato que se coloca en la cabeza como un casco? Bueno no es descabellado, es como video llamada. –

- Danna, cariño, tiene la comida en la olla. –

- ¿Qué será? ¿Patas de murciélago? Al probar el primer bocado me pareció delicioso. Esta vez preparo algo con verduras. Eran legumbres. En otro plato unas bolas de arroz con pescado. – ¡¡Deliciosoooo!! – Me dispuse a cenar, mientras Gaia continuaba con su comunicación. Hasta que concluyó el llamado. Con su mano derecha apretó unos botones y se quitó el casco muy cómodamente. Su cabello se expandía e hizo un ademan negativo para extender mas ello, y no le molestase. Luego me miró y sonrió. Mi corazón como en tantas ocasiones se aceleró y coloqué mi mano en él para calmarlo. Era lo indicado.

- ¡¡Danna!! ¡Buenas noches! – Me expresa un tanto afligida –

- ¡Buenas Noches Gaia! ¿Están bien tus padres? – Me expresé al ver su rostro. Nunca vi ese semblante, sino para las personas que esconden algo entre la multitud de facetas que poseen. A Gaia a pesar de solo tener un mes de casados lo descubría

- ¡Gracias por preguntar! ¿Tú te vez muy cansado?

- Es solo trabajo – Comenté en cuanto tomaba un vaso de jugo. Coloque los platos, pues Gaia no había cenado, y decidí a pesar de haber probado un poco de su plato, esperarla. Era lo normal.

- ¡Gracias! La hora se esfumó. Pasa muy rápido el tiempo aquí

- ¿A qué te refieres?

- ¡Nada especial! Bien dime ¿Qué te sucede?

- Nada especial.

- ¡Vamos! Somos un equipo. Aunque recién estamos casados, y apenas nos conocemos. Casarse significa eso. Un equipo.

- Deja de decir eso. No entiendo tus raíces, pero aquí primero debes conformar una relación, y eso significa amarse.

 

- ¡MMM! No entiendo bien el concepto – Se coloca un dedo en los labios pensando – ¡Amor!

- ¡Bueno sí! Realmente me sorprende que no sepas nada de aquí. ¿Dónde queda esa isla de la que me hablas?

- Debería darme un mapa. Es una isla, como…un principado. ¿Te lo he dicho no? – Confiesa

- ¿????? ¿¿¿??? - No es que dude. Pero algo no estaba bien.

- Tendremos otra cita pronto – Se alegra – Quiero que me lleves a un buen lugar a cenar, y me gustaría ver una obra de teatro basada en un escritor de terror, o mejor el parque de diversiones. – Gaia lanzaba tantas oraciones al mismo tiempo, que mi mente se perdió en las preguntas que le hice y su paradero, el museo, mi informe, el práctico, y ella. Sinceramente no podía alegrarme con la situación. No entiendo porque me casé? Si siento amor por ella, pero ella parece no reaccionar. Pero ese amor es algo cruel, es un deseo que no comprendo, y esa es la maldita falta de experiencia que solo el tiempo te puede brindar.

- Es mejor que me vaya a descansar. Tendré un día extenso mañana. – Me dispuse a levantarme de la mesa y llevar los platos, viendo que Gaia terminaba de cenar

- ¡No te encuentras bien Danna! – Se encogió de hombros con el último bocado, y sin beber nada.

- ¡No te preocupes! ¡Estoy bien! – Sonreí

 

Ella se mantuvo en silencio, mientras lavaba los trastos. Al secarlos y guardar ellos, su suspiro prudencial, se hizo evidente desde el living dimensional como le dice ella.

- Hoy conocí algo nuevo de ti.

- ¡Je! ¡Je! ¿Me estas estudiando? Tus descripciones no pueden usarse como referencia, dudo que llegues a poder concluirme. -

 

- No es mi intensión analizarte para reformularte. Tu estas hecho de carne y hueso y mente, dentro de lo más profundo alma. Eso es intocable e inconcebible de verificar, sin embargo…..¡¡¡!!!.... Casarse, también de donde vengo significa comprender y conocer. Esas dos palabras se ayudan mutuamente. Conocerte día a día. – Explicó – Júpiter, debes abrirte con la persona que tienes a tu lado, o tengas – Expresa. ¿Qué habrá querido decir con tengas? No puedes solo. Por eso somos un equipo, hasta donde lleguemos. Lo somos.

- Lo entiendo, y me disculpo. Todo me parece …

- ¿Te parece?

- ¡Olvídalo! Es mejor ir a descansar Gaia. –

 

 

 

El 30 % es solo comunicación el otro 70 % es gesticulaciones y expresiones de todo tipo. Así podemos lograr tener un amplio panorama de la persona con sus manos y gestos oculares ¿No es formidable?

 

 

Decidí cerrar la plática, y entrar en el baño a darme una ducha. Al salir de ella, Gaia continuaba en el living con la computadora.

- ¿Te quedaras allí?

- ¡Si debo resolver unos temas importantes!

- No te desveles, puede hacerte mal.

- ¡Descansa! ¡Dulces sueños lunares!

- ¡Eh!..... Dulces sueños en cuanto lo hagas. –

 

Al entrar a la habitación, me arrojé en la cama sin pensar. Me tapé con el edredón. No fueron más que segundos en que me quedé totalmente dormido.

 

En ese onírico sentimiento. Estaba recostado, y frente a mí unos ojos rojos relucientes y un cabello hermoso se distendían en un ensanchamiento que rosaba mis pupilas y su nariz se acercó a mi mejilla derecha, y luego de acariciarme, sus labios se abrieron besando esa pequeña marca de longitud hasta llegar a mis labios en un solo beso. Presentí la energía universal. …."No te preocupes".... Y de inmediato desperté un tanto convulsionado y extasiado. La respiración estaba sobresaltada en mis pulmones, y el corazón no paraba de latir preguntándose. Lo primero que visualice en la oscuridad era un cuadro al final de la cama, al mirar a la izquierda Gaia estaba roncando como siempre..

- ¡¡Uff!! Solo fue un sueño y solo eso. – Regrese a los placeres oníricos. – Al despertar al otro día, tenía un recado de Gaia en la mesa.

- ¡Danna! Enciende la computadora. Tienes tu informe sobre sumeria. El resto del correo electrónico y la entrega te lo dejo a ti. – Cariños, señor planeta desconocido. –

 

 

Ciertamente, me estaba conociendo a mí, Júpiter. Verdaderamente descubrió dentro de mí lo que pasaba. Hay cosas que no las comprendo, pero no quiero preguntarlas tampoco.

- Gracias Gaia – Dije mirando a la habitación. Ella seguía roncando. Era muy temprano, y estaba amaneciendo. Su forma de dormir era grata, y era bello verla allí y cautivarme.

Es como un momento que me gustaría volver a repetir. Ese en el cual ella descansa durmiendo. Soy así de loco también, o lo que conocen como nostalgia. Un instante; momento insignificante.

 

La vida está lleno de esos momentos insignificantes que no se van a repetir quizás, y tal vez eso sea lo doloroso, y de alguna forma que me voy arrepentir de no volver a ellos como lo he hecho muchas veces.

El práctico de sumeria estaba listo. Desayuné y lo envíe por correo, tal como me indicó.


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