Erika miró a su mejor amiga, completamente paralizada sin que ninguna palabra quisiera salir de sus labios. Puso sus manos en las frías manos de Mónica y luchó por decir una sola palabra.
—¿P-pero por qué no me lo dijiste? —le preguntó.
—No estaba segura, ¿está bien? Me enteré hace 2 días —respondió Mónica—. Y antes de que preguntes, aún no se lo he contado a nadie, ni siquiera a Félix. Eres la única que lo sabe. Pero dejemos eso de lado. Toma esto —le entregó a Erika el kit de prueba de embarazo—. No te preocupes, está limpio. Lo traje para ti porque ya sentía que estabas embarazada —agregó con una sonrisa tranquilizadora como si le estuviera diciendo a Erika con sus ojos que ya estaba embarazada.
La mano de Erika jugueteó mientras tomaba el kit de prueba de embarazo. Inspiró una gran cantidad de aire y calmó sus nervios. —Está bien, lo haré —. Entró en uno de los cubículos.