—Entiendo, pero no hay forma de que vaya a visitar a Mary y su hija. Esa pareja merece pudrirse donde sea que las hayas mantenido porque lo merecen —Erika argumentó sin preocuparse—. Salió de los brazos de Ethan y se colocó detrás de él para seguir masajeándolo. Si tan solo supiera que él no tenía ninguna molestia en primer lugar. Solo quería que toda su atención estuviera en él completamente.
—Edward se rindió al soltar un suspiro—. Ya he entregado mi mensaje y como crees que no vale nada, me aseguraré de darle una lección a esa mujer más tarde —dijo y Erika asintió comprendiendo—. Edward caminó hacia la puerta para salir, pero de repente se detuvo. Se giró hacia ellos y volvió a entrar.
—¿Tienen algún plan para ese bebé? —le preguntó a Erika y ella no necesitó que mencionaran su nombre para saber que Edward se dirigía a ella. Sus dedos que estaban sobre los hombros de Ethan se pusieron rápidamente rígidos. Ella levantó la mirada hacia Edward con los ojos muy abiertos.