"Cuando cayó la tarde, distinguidas carrozas comenzaron a llegar frente al salón de baile real. Los delegados de los diez reinos y los miembros de alta nobleza comenzaron a congregarse en el elegante y adornado gran salón del Palacio Real de Othinia, los señores y damas vestidos con diversos atuendos extravagantes que simbolizaban la cultura y herencia de sus respectivos reinos.
Risas y conversaciones animadas llenaban el aire mientras los invitados se saludaban unos a otros con cálidas sonrisas e intercambiaban palabras corteses. El tintineo de los vasos y el suave choque de la cubertería resonaban desde las mesas donde se disponían artísticamente los refrigerios.
En este punto, Arlan y Cian se quedaron solos después de recibir los saludos de algún noble y su esposa.
—Tu cuñado aún no está aquí —comentó Arlan.