—La hierba principal de esta píldora es rara y cara. ¿Cómo lograste conseguir tanto?
Oriana respondió dudosa:
— De la farmacia real…del Maestro Erich
—¡¿Erich sabe de esto?! —Martha dijo incrédula, su tono impregnado de ira.
—Sí, no, quiero decir, he estado consiguiéndola a través de la farmacia real, y el Maestro solo lo descubrió cuando estaba a punto de irme con la delegación. Me advirtió pero también entendió mi situación, y le prometí que esta sería la última vez.
Martha continuó frunciendo el ceño:
— ¿Cómo puede él permitirte...? ¿Está perdiendo la cabeza con la vejez?
Oriana observó la reacción de la mujer mayor que siempre se comportaba con calma, pero de repente perdió la compostura. Se dio cuenta de que Erich y Martha podrían estar más cerca de lo que ella pensaba.
—No volverás a tomar esta medicina después de esto —Martha la advirtió.