La armadura divina no desapareció después de que la Serpiente Eterna, casi rango 7, creara esa capa gigante de protección. Noah podía sentir el aura divina fluyendo de esa inmensa cantidad de hielo, así que podía suponer que la criatura estaba en algún lugar dentro de esa carcasa plateada.
El ya grande líder de las Serpientes se había transformado en una masa gigante de hielo que tenía su forma. Esa vista normalmente ahuyentaría a la mayoría de sus oponentes, pero Noah no dejaba que la visión de esa nueva habilidad lo desanimara.
«Todavía puedo matarla», pensó Noah mientras miraba a la criatura.
Él había preparado sus ataques mientras esperaba a que la transformación terminara. Quería estar listo para cualquier habilidad que la Serpiente decidiera desplegar, pero no esperaba que la criatura lo ayudara.