Los efectos de las llamas de Noah fueron devastadores para las criaturas más débiles. Su habilidad innata superaba el nivel de poder de las criaturas de nivel medio normal incluso sin la ayuda de su ambición.
Noah había fusionado dos órganos diferentes en uno. Eso no solo añadió otra característica a sus llamas. También las potenció.
La fusión no duplicó el poder de las llamas ya que las glándulas de la Serpiente Eterna no eran tan fuertes como sus pulmones. Sin embargo, los muchos metales preciosos y las voluntades que había utilizado durante el procedimiento elevaron mucho el nivel general de su producto final.
Sus pulmones eran ahora un arma inscrita. Era normal que su poder superara sus límites estructurales. Las voluntades que Noah había forjado junto con el otro material las hicieron superar lo que una simple fusión podría producir.