—¡Estás mintiendo! —Alicia lo llamó farsante, mirándolo como si estuviera más que segura de que lo que él decía era mentira—. Eras un médico, un poderoso líder antes de que fingieras tu muerte. Tus trabajos anteriores también requerían hablar mucho. Así que no me vengas con esas tonterías. Dime. ¿Es por...?
Ella no pudo terminar su última frase ya que la mano de él se deslizó detrás de ella y le acunó la cabeza. Al bajarle la cabeza, ella no tuvo más remedio que caer hacia adelante con el peso que él ejercía sobre ella. Pero ya sabía exactamente qué era lo que él iba a hacer, por lo que respondió rápidamente y también levantó sus manos rápidamente para cubrir su boca, terminando por darle un beso al dorso de su propia palma.