De todas formas, antes de que Alex pudiera llegar a la puerta, esta se abrió y Zeke salió. Se limitó a mirar a Alex, inexpresivo como de costumbre.
—¿Qué pasa? —preguntó, al ver la situación de Alex.
—¡Por favor, detenlo, Zeke! Leonor estuvo aquí y Abi y Alex pelearon. ¡Creo que él planea ir tras ellas! —Terminó la voz de Xavier.
—Muévete, Zeke —ordenó Alex, con voz dura y peligrosa.
—¿Así que vas a perseguirlos? ¿Con qué fin? ¿Para calmar tu ira mientras dejas a tu esposa aquí sola? —preguntó calmadamente Zeke, haciendo que Alex lo mirara, rechinando los dientes de nuevo—. Estás empeorando las cosas, Alex. Todo lo que tienes que hacer es hablar con tu esposa.
—¡Ella no quiere verme! ¡Me apartó!
—¿Y? ¿Desahogar tu ira en Leonor hará que ella vuelva a sonreírte?
Alex apretó los puños. Sabiendo cómo era Abigail, lo que estaba a punto de hacer no sería algo que la hiciera sonreír.