Kai dejó escapar un suspiro de alivio una vez que Alex se fue.
—¿Estás bien? —preguntó a la aún muda Kelly que se escondía detrás de él.
—S-sí —respondió. Kai se giró para ver que había empezado a sudar, a pesar del viento frío. Sabía que Alex la aterrorizaba.
—No te preocupes. La encontraremos. Quédate aquí y espera
—No, iré contigo —Kelly se aferró al brazo del hombre con fuerza mientras lo miraba con una expresión que decía que no lo soltaría—. Quiero ir a buscar a Abi también. Por favor.
Kai vio una mezcla de preocupación y determinación en el rostro de la Señorita Vándala, así que al final, Kai solo pudo ceder.