El segundo combate de Fen Huan es contra otro de los miembros de la facción de seducción. Sorprendentemente, este ha ganado el combate anterior contra otro estudiante también masculino.
Su técnica ha tenido un efecto extraño. A mí me ha producido escalofríos. A las chicas, más bien les ha divertido, aunque nuestra joyera parecía un poco aprensiva. Su rival, en cambio, parecía intimidado, no queriendo que se acercara. El seductor se ha aproximado lentamente, con una pose que se suponía sensual.
–Quizás deberías intentarlo– me ha sugerido Bei Liu en ese momento. Apenas se aguantaba la risa.
–¡Yo quiero verlo!– también se reía Bi Lang.
–Ja, ja. Pagaría por verte así– se ha unido Pen.
Lo peor es que Yan Xiulan me miraba con curiosidad. Aunque rápidamente ha apartado la mirada cuando se ha encontrado con la mía.
En cuanto al combate, el rival retrocedía. De alguna forma avergonzado. Blandiendo su arma. Claramente intimidado. Puedo entender que las acciones del seductor resulten extrañas. Pero la reacción de su rival me ha parecido exagerada. Quizás hay algo más que no sabemos.
En cierto momento, el seductor ha acelerado de repente. Ha cogido a su rival desprevenido. Y ha aprovechado la ocasión para sentenciar el combate. A pesar de su apariencia y actos, es más hábil de lo que parece.
Ahora, está lanzando un beso a Fen Huan. Le guiña un ojo. Muestra poses que se suponen sensuales. Incluso realza su entrepierna un tanto obscenamente.
Ella se muestra imperturbable. Solo asoma una sonrisa sarcástica con el último gesto de su rival.
–¿No la tienes un poco pequeña?– se burla.
Lo dice suficientemente alto para que todos lo oigamos. Las gradas estallan en carcajadas. Incluso la árbitra parece tener problemas para contenerse. Algo que no les pasa a quienes tengo al lado. No se contienen en lo más mínimo.
–¡Ja, ja! ¡Huan'er es la mejor! ¡Ja, ja!– estalla Bei Liu.
–¡Ja, ja! ¿Creía que podía intimidarla? ¡No sabe a quién se enfrenta! ¡Ja, ja, ja!– también ríe Bi Lang.
Están la una sobre la otra. Sosteniéndose. Incapaces de parar de reír. Incluso lágrimas caen por sus mejillas. Y no son las únicas. Por las gradas, hay varios ejemplos más. Aunque también algunos que miran incómodamente hacia otro lado.
Yan Xiulan está algo roja. Intentando parecer imperturbable. Pero su cuerpo tiembla un poco. Está haciendo esfuerzos para contenerse y no reír. Pen y yo nos miramos.
––¡Pffff!–– finalmente tampoco podemos contenernos. Lo que hace que Xiualen'er tampoco pueda resistir más. Aunque intenta sofocar su risa.
Sin duda, Fen Huan ha arrasado en la batalla de provocaciones. De hecho, él está bastante rojo. No sé si avergonzado o humillado, quizás furioso. O puede que un poco de cada.
–Empezad– anuncia la árbitra poco después. Su voz es un tanto forzada.
En ese preciso instante, la seriedad vuelve al rostro de mi masoquista. Avanza directamente hacia él a gran velocidad. Con el arma aún unida. Atenta a sus movimientos. No lo va a subestimar incluso sintiéndose superior. Ella es la que siempre insiste en que hay que darlo todo en cada combate.
Su adversario intenta bloquear. Contratacar. Salir de la presión con un par de fintas. Pero ella está siempre atenta. Además de superarlo claramente en habilidad. Ni siquiera necesita utilizar alguna de sus técnicas, más allá de las más básicas. Las reserva para sorprender a sus adversarios cuando sea necesario.
–Me rindo– acepta el seductor su derrota, tras unos pocos intercambios.
Su escudo ya ha sido dañado. Estaba siendo claramente superado. Sus técnicas de seducción no tienen ningún efecto en ella. Me pregunto si yo tendré algo que ver.
Supongo que él prefiere reservarse para los siguientes combates. Incluso sin clasificarse, hay una pequeña recompensa por cada victoria. Aunque puede que simplemente no quiera recibir una paliza.
Mientras, Di Tao ha ganado su tercer combate. Todavía no se ha enfrentado a los más fuertes. Su próximo combate será más complicado.
Nosotros, por nuestra parte, nos tenemos que ir. Es hora de la pausa. Podremos hablar y felicitar a Fen Huan.
Veo que un par de estudiantes abordan a las gemelas. ¿¡Quieren ligar con ellas!?
Yi les dice algo. Luego mira para otro lado. Yu deja hacer a su hermana. Ellos no se dan por vencidos, pero ellas simplemente los ignoran. Hasta que al final, se acaban yendo. Yu suspira aliviada.
–¿Qué pasa? No te habrás encaprichado de esas gemelas, ¿verdad?– me acusa Bi Lang con el ceño fruncido.
En general, no son muy celosas. Pero sé que les preocupa que aumente el número de amantes. Creo que temen que las deje atrás.
–Son monas– valora Pen.
–No, no. Solo estaba mirando a unos idiotas hacer el ridículo. ¿Nos vamos?– niego y cambio de tema. ¿Cómo les voy a decir que las gemelas ya son mías?
Así que me levanto. Tengo que ir con cuidado. Podrían descubrirnos. En realidad, me gustaría contárselo todo. Pero no es posible por ahora. Algún día.
Además, las gemelas tienen enemigos. Por ello, no quieren hacer amigas abiertamente. Hasta que solucionemos el problema.
—————
Estamos en la cabaña de mis pervertidas. Mientras felicitamos a Fen Huan, llega Ye Bi. Ha estado practicando con los talismanes. Ha venido para ver con nosotros el resto de los combates. Lo malo es que no servirá para contener a mis pervertidas. Más bien, suele animarlas. Se divierte bastante con ellas.
–Hay uno que es muy bueno. Si usa qi de la etapa cuatro, sería superior a mí– valora Fen Huan.
Ella apenas tiene qi de la cuatro, más comprimido. Ha subido hace demasiado poco. Además de que usarlo puede perjudicar la cultivación. Al menos, si no puede reponerse en breve. Espero que sea el caso de Qin Zixuan. Que se joda si le perjudica el haber intentado matarme.
–¿Y los demás?– inquiere Bi Lang.
–Hay algunos difíciles. Sobre todo el de las hachas y la espadachina. No será fácil, pero debería poder con ellos. Aunque no sé qué ases en la manga se reservan.
De hecho, ella también tiene algunos ases. Claro que, sin saber los de sus contrarios, es imposible llegar a una conclusión definitiva. Probablemente, los demás están en una situación similar.
Hasta ahora, sus combates han sido más bien fáciles. Aunque, sin duda, el nivel es más alto que en los grupos de la etapa uno, y no solo por la calidad del qi. De hecho, es lógico. Llevan practicando y puliendo sus técnicas mucho más tiempo.
–¡Estamos contigo!– la anima Be Liu.
–¡Tienes que ganar! ¡No podemos perdernos la celebración!– se une Bi Lang.
–Creemos en ti– también la anima Yan Xiulan, en voz más baja.
–Más te vale hacerlo bien– medio amenaza Pen, y me mira –¿Verdad?
–Claro, más te vale. Tenemos que celebrarlo cuando acabemos– intento animarla también. ¿Por qué se ha puesto un poco roja? Aunque enseguida se recompone.
Estamos un rato más hablando. Mientras comemos todos juntos. Aunque no es imprescindible comer todos los días, siempre es agradable. Sobre todo, en compañía.
Hasta que finalmente es el momento de marcharnos. Los combates han de continuar.
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Di Tao pierde el primero de la tarde. Lo ha intentado, pero su rival la superaba. Bueno, era lo esperado. Creo que tiene grandes posibilidades de quedar entre los cinco primeros. Quizás, incluso las cuatro. Pero difícilmente podrá clasificarse.
Fen Huan encara ahora su primer combate complicado. Su rival empuña dos hachas. Es bastante hábil con ellas.
No hay intercambio de palabras o provocaciones. Simplemente, se saludan y se miran fijamente. Preparados. Esperando.
–Empezad– anuncia la árbitra, que por cierto tiene bastantes admiradores entre el público.
Las chicas han dicho que el árbitro de mi grupo también tenía muchas admiradoras. En parte, porque son estudiantes de cultivaciones superiores. Lo cual siempre los hace deseables para algunos. El poder puede resultar atractivo. Además de que puede ayudar a realzar el aspecto físico. No pocos han remodelado su cuerpo con el tiempo.
El combate es sin duda intenso. Los dos empiezan atacando a la vez. Intercambiando golpes. Fen Huan en un poco mejor, así que su rival se separa cuando se acumula un poco de qi. Para evitar que ella puede controlarlo. Y cogerlo por sorpresa con alguna técnica.
Sus movimientos son rápidos. Se buscan continuamente la espalda. Sus armas han colisionado no menos de cien veces en unos pocos minutos. Es entonces cuando Fen Huan comete un error. Una brecha en su defensa permite atacar a su enemigo con una patada en el estómago.
El dolor producido por el golpe y el qi debería darle aún más ventaja. Pero es nuestra masoquista de quien estamos hablando. Puede que incluso le haya tendido una trampa. No es normal en ella cometer ese error.
En lugar de tratar amortiguar el golpe, se planta. Con ambos pies firmes en el suelo. Haciendo que el golpe sea más contundente. Pero que no consiga moverla.
El codo de Fen Huan golpea entonces la pierna estirada que la estaba golpeando. Hay mucho qi en ese codo. Es una de sus técnicas. La ha estado preparando. El resultado es una especie de choque eléctrico que se propaga desde la pierna al resto del cuerpo. Lo he sufrido en alguno de los entrenamientos con ella.
El dolor es evidente en el rostro del portador de las hachas. Se queda unos instantes paralizado. A diferencia de Fen Huan. A quien el dolor incluso la ha hecho sonreír. Espero que no se haya mojado.
La aparente ventaja se ha vuelto contra él. Ella lo coge de la pierna y lo lanza rápidamente fuera de la tarima. Antes de que se recupere. Sin duda, es el método más rápido.
–Ganadora, Fen Huan– anuncia por tercera vez la árbitra –. ¿Necesitas atención?
–No, estoy bien– asegura nuestra masoquista.
–¿Y tú?– pregunta al rival, mientras ciertas fans ruidosas corean el nombre de Huan'er. Ye Bi se ha unido a ellas, entre risas. Pen es un poco más comedida. Yan Xiulan hace como si no las conociera. No es de extrañar.
–No hace falta– responde, frustrado.
El ataque de Fen Huan lo ha aturdido por unos instantes. Pero no le ha causado daño. Más allá de a su orgullo. La mira, aparentemente no convencido de su derrota. Aunque acaba haciendo una leve reverencia. Ella le responde de la misma forma.
–Vamos Kong, anima también– me exige Bi Lang.
–Ja, Ja. No seas tímido– echa Ye Bi leña al fuego.
Malvada… Aunque me ha traído antes los talismanes para las gemelas. Dice que serán un poco más fuertes. Entre un 1% y un 5%. A medida que practica, le van saliendo mejor. Incluso quería que los gastaran rápido para hacer más.
Yan Xiulan es la única que no me provoca. Todas las demás se están divirtiendo a mi costa. Me las pagarán.
–Me reservo para animarte cuando te toque– amenazo a Ye Bi.
–¡Eh! ¡Rencoroso!– ríe ella.
Aunque sabe que no lo haré. Con su aborrecido prometido de por medio, podría traer problemas. Aunque sí puedo traer a las chicas. No creo que me cueste mucho convencerlas. Seguramente, irán por sí solas incluso si no digo nada.
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Di Tao gana el último encuentro de la tarde. Los de la etapa dos tienen tres por la mañana y dos por la tarde. Los de las tres, al revés.
Fen Huan ha ganado su cuarto combate con facilidad. Su adversario no ha puesto mucha resistencia. Prácticamente, ha subido derrotado a la tarima. No creía en sus posibilidades.
La última al menos lo intenta. Empuña espadas curvas. Y se enfrenta cara a cara a Fen Huan. Ninguna de las dos usa técnicas, como si se hubieran puesto de acuerdo. Conociéndola, no usará ninguna si su rival sigue sin usarlas. Le encanta luchar así.
El combate resulta espectacular. Muy llamativo el continuo intercambio de golpes. En el que Fen Huan tiene clara ventaja. Ocasionalmente, consigue impactar en su rival con la empuñadura, el codo, la rodilla… Incluso algún corte superficial. Además, se la ve fresca. Su rival tiene síntomas de cansancio. Hace más movimientos inútiles. Y no está en tan buena forma.
A pesar de ello, las dos no se detienen. Quizás se lo toman como un entrenamiento intenso.
El final no tiene sorpresa. Fen Huan acaba ganando. Su rival finalmente comete un error grave, quizás debido al cansancio. Abandona tras perder una de sus espadas.
El saludo de Fen Huan es más pronunciado y respetuoso que con cualquiera de sus anteriores rivales. Puede que haya sido claramente superior. Pero sin duda, aprecia la actitud de oponente. Esta parece sorprenderse un momento. Y le devuelve el saludo.
De hecho, se quedan un rato hablando. Sin duda, le ha caído bien.
Por la noche, volvemos a ir al evento. Ayer Lia Qin compró unas pocas gemas. Aunque necesitará muchas más para practicar. Puede que aún sea pronto, pero las vamos reuniendo. De hecho, ha vuelto a llorar varias veces. Agradecida. Sin acabar de creérselo. Una en mis brazos. Otra en los de Ma Lang.
Encuentro unos calderos más. Pero no mejores que los ya comprados. No vale la pena adquirirlos. También obtengo una receta más.
Esta vez viene Shun con Lia Qin. Además de Ma Lang y Liang. Las veo comprar unas pocas flechas. Y ninguna de las espadas que han estado mirando. No ha sido muy productivo.
Esta vez no aparece Dai Fen. Aunque sí otros niños ricos. Tal y como me comentaron las chicas ayer, los estudiantes que están vendiendo les suben el precio. Han visto hasta cinco veces más. Uno incluso me guiña un ojo. Cuando le da un precio tres veces mayor al que me acaba de dar. No digo nada. Aunque voy disfrazado, es mejor no hacer enemigos sin razón. Y no es que esos niños ricos me caigan bien. No tengo ninguna razón para ayudarles.
A la vuelta, recojo a Ning. Hay muchos estudiantes y familiares que han vuelto por el torneo. Así que en el prostíbulo tienen mucho trabajo. Y pagan mejor. Me suplicó que la dejara quedarse más días y hasta más tarde. A veces, resulta preocupante. Solo piensa en sexo. Incluso me prometió que entrenaría más cuando acabara.
—————
–Y bien, ¿qué pasó con esos admiradores?– interrogo a Yu.
–Aaaahhh… Kong… No pasó nada… ¡Aaaahhhh!– ella responde, entre gemidos.
La tengo contra la cama. De lado. Dándome la espalda. Al igual que Yi con mi otro yo. Aunque del otro lado. De cara a su hermana.
Mi mano derecha pasa bajo ella para juguetear con su pezón. La izquierda por arriba tantea su entrepierna. Sus manos sobre las mías. Como queriendo detenerme pero sin hacerlo. Mis dientes se clavan en su oreja. Con suavidad. Con qi. Tras apartar su cabello rubio. Las dos hermanas por igual.
–Aaaaahhh, aaahhh… Eran unos pesados… Aaahhh… Querían ligar con nosotras con la excusa de que eran hermanos como nosotras… ¡Aaaaahhh! ¡Ni siquiera eran gemelos! ¡¡Aaaaaaahhhh!!– explica Yi.
–Oh… Así que hubiera sido diferente si fueran gemelos– la acuso.
–Je, je. ¿Estás celoso?– ríe ella –¡¡¡Aaaaahh!!! ¡Abusón! ¡¡¡AAAAAAAAAAAaaaaahhhhHHH!!!
La hago correrse. Mi mano queda completamente empapada. Está realmente excitada. Las dos lo están. Quizás por estar frente a frente. A pesar de no mirarse. Yu se ha corrido un instante después. Ahora intenta recobrar la respiración.
–Aaah… Los únicos gemelos… Aahh… que nos interesan… Aaahh… son tú y tú– confiesa Yu dulcemente. Y también enrojeciendo.
La beso en el cuello. No se resiste cuando levando su pierna izquierda para abrir hueco. Cuando mi miembro se acerca a su entrada. Más bien, se la ve excitada. Expectante.
–¡¡Mmmmmmmm!! ¡¡Mmmmmmmmm!!– se estremece cuando la penetro. Con los labios apretados. No voy demasiado despacio. Ni demasiado rápido.
–¿Y yo qué?– protesta Yi –¡¡¡AAAAaaaaaaahhhhhh!! ¡Traidor!
A ella la penetro de golpe. Como "castigo". Y empieza a moverme en su interior. Hacia dentro. Hacia fuera. Tentando su clítoris con mis dedos y qi. Su cuerpo se estremece. Su pezón está bastante más rígido que cuando hemos empezado. Gira el cuello y sonríe. Me reclama un beso. Veo que Yu reclama también uno a mi otro yo.
La verdad es que al principio era extraño. Incluso tenía un incómodo sentimiento de celos hacia mi otro yo al verlo follarse a una de mis chicas. Pero las vivencias se unen cuando nos unimos. Y, con el tiempo, se ha solidificado la sensación de ser uno separado en dos.
Es un poco más complicado absorber su qi cuando estoy dividido. Mejorar mi cultivación. Al unirme, todo se entremezcla. Por suerte, es fácil sincronizarme conmigo mismo. Decidir cómo y dónde.
Así que, por ahora, disfruto de su apretada vagina. Del contacto de su piel. Del de su espalda contra mi cuerpo. De sus mullidos y modestos pechos masajeados por mis manos. Del cosquilleo de su cabello rubio al acariciarme. De su lengua húmeda contra la mía. O el de su cuello bajo mis besos, su oreja, sus hombros, su espalda. Son míos cuando se vuelve a girar y la puedo besar de nuevo.
Puedo notar como el placer se acumula en ella. Como se estremece a cada embestida. Cada vez con más intensidad. Hasta que no puede resistirlo más. Todo su cuerpo tiembla. Su vagina intenta ordeñarme. Pero me resisto. Aún no he acabado con ella. Con ninguna de las dos.
–¡Ay! ¡Me has vuelto a morder! ¡Aaahh!– se queja Yu.
También se ha corrido hace un momento. He sido más suave con ella que con su hermana. Aunque la he mordido bastantes veces más. Su cuello y hombro están cubiertos por las marcas de sus dientes.
–Je, je. Algún día tenía que vengarme. Mmmm. Sabes que te aprietas cada vez que te muerdo. Tan estrecha…– me burlo un poco de ella. Aunque es la verdad.
–¡¡Aaahhhh!! ¡Tonto! ¡Rencoroso! ¡¡Ay!! ¡Otra vez! ¡¡Aaaaaaaahhh!! Kong… Más… ¡¡Ay!! ¡Eso no! ¡¡¡¡AAAAAAAAaaaahhhhhh!!!!– gime y se queja por partes iguales.
Sé que mañana voy a tener más mordiscos de lo habitual. Pero vale la pena el sufrimiento. Me encanta jugar con ella mientras follamos. Mientras nuestros cuerpos se entrelazan. Mientras compruebo una vez más la estrechez de su lubricada vagina.
Finalmente, me miro. Mi otro yo asiente. Nos coordinamos para hacerlas correr una vez más. A la vez. Para llevarlas al éxtasis. Para llenarlas.
––¡¡¡¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAaaaaahhhhhhhhHHHH!!!!!!–– gritan de placer.
Luego nos quedamos un rato abrazados. Bueno. Yo abrazándolas a ellas por detrás. Ellas cogiéndome mis manos con suavidad. Acariciándolas. Y Yu aprovecha para morderlas a traición.
–¡¡¡AAAAaayyyy!!!– exagero –¡Rencorosa!
–Mmph– ella sopla como indignada. Es adorable.
–Ja, ja. Te has portado muy mal con mi hermana– ríe Yi.
–¿También quieres?– la amenazo, poniéndole los dientes sobre su hombro.
Ella se gira. Me mira con sus preciosos ojos verdes. Sus labios humedecidos sonríen, imposibles de resistir. Lo sabe. Me acerco a ellos. Nos besamos. Dulcemente. Y su hermana acaba haciendo lo mismo. Totalmente entregada. Si fuera posible, no las soltaría nunca.
—————
Al día siguiente, volvemos a las gradas. Para ver los combates de Fen Huan. En el primero, se enfrenta al que es su mayor rival. Al ser el primer combate del día, los dos tienen todo su qi a su disposición. Aunque, si gastan demasiado, pueden tener problemas después. Se ponen a hablar en cuando suben. En voz baja. No los oímos.
–Parece un poco alterada. No sé qué le habrá dicho– comenta Pen con el ceño fruncido.
La conoce mejor que yo. Incluso que mis dos pervertidas, que llevan más tiempo siendo sus amigas. Claro que no conviven con ella todos los días. Ni la torturan.
Al final, los dos miran a la árbitra. Esta asiente.
–Combate finalizado. Empate– anuncia.
Hay algunos abucheos. La gente quería ver el combate. Nosotros también. Puedo ver que Fen Huan se muerde el labio. Parece molesta.
–Ella quería luchar. Lo esperaba, le hacía ilusión. No sé qué habrá pasado para que acepte el empate– explica Pen.
–¿Eso se puede hacer?– pregunta Bei Liu.
–Sí, pero solo una vez– explica Yan Xiulan.
A todos los participantes nos explican las reglas antes de empezar. Así que es normal que nuestra joyera lo sepa y Bei Liu no.
–Es una pena. Hubiera sido un buen combate– se lamenta Yawen.
Ella y Tai Feng han venido hoy. Ye Bi no. Tenía que practicar ciertos talismanes. Los que usará para el torneo. Necesita hacerlos allí. No los puede llevar hechos. Así que el número es limitado.
En cierta parte, es justo. En cierta, injusto. En un combate real, un maestro de talismanes puede llevar cientos de talismanes. Aunque no pueda usarlos todos por falta de qi, sí tendría una gran variedad ellos. Por ello, son muy versátiles.
Puede que otros también puedan comprarlos. Pero aun así, no es exactamente lo mismo. Según Ye Bi, los creadores pueden extraer hasta un 10% más de poder de cada talismán.
Además, algunos pueden no estar a la venta. Siendo exclusivos. O ellos pueden hacerlos especialmente personalizados. No se hace habitualmente para otros, ya que requiere mucho trabajo en conocer al otro. De hecho, algo similar dijo Yan Xiulan respecto a las joyas.
Por su parte, Di Tao pierde su primer combate. Su rival era claramente superior a ella. Ha plantado cara durante un par de minutos. Pero ha sido poco a poco superada.
—————
–Pobre– suspira Bi Lang.
–La ha pillado en un mal momento. No le ha gustado lo del combate anterior– se compadece Pen.
–Da miedo cuando está enfadada– abre mucho los ojos Tai Feng.
–Y eso que se está conteniendo un poco. Si estuviera enfadada de verdad…– me estremezco de solo pensarlo.
–Huan'er es genial– comenta Yan Xiulan, admirada.
Sin duda, del grupo, soy yo quien mejor la conoce en cuanto a combate. Si bien Pen la ha visto siempre que ha peleado conmigo, no ha recibido directamente sus ataques. Si estuviera dándolo todo, su adversario habría entrado en pánico. No es que le falte mucho.
Queda claro que se está desahogando un poco. El empate del combate anterior la ha irritado. No sé exactamente qué se han dicho. Supongo que nos los contará.
En cuanto a su rival actual, ha cometido un grave error. Algo le ha dicho que ha hecho saltar la chispa. Ella no le ha respondido, solo sonreído. Mis pervertidas, Pen y yo nos hemos mirado en ese momento. Esa sonrisa ocultaba su clara irritación. Al menos, clara para nosotros.
Ahora, su rival se defiende como puede de los ataques de Fen Huan. Cada uno lo hace retroceder un par de metros. Ella no intenta cogerlo por sorpresa. O hacer fintas. Busca avasallarlo frontalmente. Si intenta esquivarla, es peor.
En un último, golpe añade más qi. Su adversario sale disparado fuera de la tarima. Tanto espada como escudo salen también disparados. Se la queda mirando asustado. Mientras ella lo mira por un momento desde arriba. Con desdén. Y se da la vuelta.
–Ganadora, Fen Huan– anuncia la árbitra.
A pesar de mirarlo con ferocidad, Fen Huan saluda a su rival cuando se levanta. Como es su educación como guerrera. O eso ha dicho alguna vez. Este le devuelve el saludo apresuradamente. Y rápidamente se da la vuelta. Se va sin mirar atrás. Todo lo rápido que puede sin llegar a correr. Su grupo solo tiene dos combates por la mañana.
–Ja, ja, ja. Lo ha asustado– ríe Pen.
–¡Fen Huan es la mejor!– la anima Bi Lang.
–¡Fen, Fen, Fen Huan!– también exclama Bei Liu.
Ella no nos mira. La comprendo perfectamente.
—————
–Yo quería luchar, pero el muy come píldoras me ha amenazado con forzarme a usar todo el qi. Incluso con usar el de la etapa cuatro. Maldito…– se queja Fen Huan.
Se llama "come píldoras" a cultivadores que se atiborran de píldoras en lugar de cultivar. Una cosa es tomar algunas, y otra atiborrarse. Son vistos con desdén por muchos.
Suelen ser ricos, pues no se puede hacer algo así sin tener medios. Además de que es peligroso. Las impurezas se acumulan, y más contra menor sea la calidad de las píldoras. Si bien eso puede solventarse, o al menos mitigar, con otras píldoras o elixires, los cimientos de la cultivación suelen ser un tanto inestables.
En cuanto a mi caso en particular, mi cultivación no parece tener problemas, a pesar de ser un tanto especial.
Entiendo que esté molesta. Prácticamente, la ha chantajeado. De hacerlo, ambos hubieran tenido problemas en los siguientes combates. Lo que pasa es que él ya ha luchado con los más fuertes. Así que se lo puede permitir. Fen Huan aún tiene un combate importante. Si estuviera falta de qi, tendría problemas. Correría el riesgo de quedar eliminada.
–No vale la pena enfurruñarse por lo que no puedes cambiar. Mejor mira el lado positivo– la consuela Pen.
–¿Qué lado positivo?– ella pregunta, no muy convencida.
Pen se acerca a ella. Algo le dice al oído. Fen Huan asiente. Me mira, ligeramente sonrojada. Y vuelve a apartar la mirada. Pen sonríe satisfecha. Mis pervertidas sonríen cómplices. Se imaginan sobre qué le ha dicho. Yo también. Yan Xiulan parece no haberse dado cuenta. Si no, estaría muy roja. Yawen disimula. Tai Feng hace lo mismo tras ser pellizcado.
Sea como sea, parece que está mucho más animada. Me siento utilizado. Bueno, no es que me importe ser utilizado para ciertos asuntos.
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