Download App
93.28% Cultivación prohibida (+18) / Chapter 236: Mercado de estudiantes

Chapter 236: Mercado de estudiantes

[Hubo un problema con "Torneo preliminares V" y no se publicó. Está puesto ahora en su sitio, tres capítulos atrás]

A diferencia del día anterior, el evento está mucho más lleno. Sigue sobrando espacio, por no hablar del piso de arriba. Se supone que será para los de los reinos superiores. Ni siquiera sé si me dejarán entrar.

Me muevo entre los puestos. Hay armas usadas de todo tipo. La mayoría en no muy buenas condiciones. Algunas parecen casi nuevas. Pero al intentar circular qi en ellas, su condición es patente. Quizás por ello, algunos no dejan tocarlas. No me fio de esos puestos.

Hubiera querido comprar algunas para las chicas. Las que tienen son sobre todo de la expedición a la que fui como esclavo. Así que las armas son de Génesis. Salvo unas pocas excepciones. El problema es que o son muy caras, o no están bien. Quizás bajen el precio en los próximos días. Si nos las venden.

Tengo más esperanzas con los calderos. Las armas normalmente no dejan de necesitarse, pero sí los calderos. Están entre un 50% y un 200% más caro que su precio en la secta. Por desgracia, no tengo ninguna excusa para comprarlos allí.

–¿Puedo probarlo?– pido a una estudiante.

Tiene el pelo rizado. Es un poco pecosa. Sus pechos son generosos, aunque no enormes. Lástima que vista unas ropas que dejan traslucir muy poco.

–Claro– sonríe.

Es mona. Me observa mientras cojo el caldero. Hago circular el qi por él tal y como me enseñó Wan'er. Noto varios lugares donde hay obstáculos. No insuperables. Pero rompen la fluidez.

–Tiene algunos defectos– me quejo.

–Claro. Si no, no lo vendería tan barato– se encoge ella de hombros. –Aún se puede utilizar unos meses.

–Ya veo. Quizás vuelva luego. ¿Puedo ver las recetas? ¿Cuánto valen?

–Tú mismo. 50.000 puntos por receta.

Una estudiante de alquimia no puede vender las recetas que recibe de la secta. Se enfrentaría a severos castigos. Incluso a la expulsión de la facción de alquimia. O de la secta si es grave.

Sin embargo, hay una pequeña laguna en la norma. Si alguien deja la facción, no tiene que devolver lo que ha obtenido. Y ya no está sujeto a las normas. Aunque solo con recetas sencillas. Las más avanzadas solo pueden obtenerse con condiciones mucho más severas.

Nuestra alquimista ya consigue hacer las píldoras de qi con soltura. Incluso las hace directamente más pequeñas para los esclavos. Necesita otras para practicar.

Solo hay cuatro. Una de ellas está incompleta. Supongo que le dieron solo la primera parte antes de que la echaran o se fuera. De las otras tres, una requiere reactivos que proporciona la secta. No le será útil. Sería un problema obtenerlos. Y es pronto para crearlos.

El precio no es barato. De hecho, estas recetas se consiguen gratis en la facción. Podría tratar que algún esclavo las copiara. Pero eso los podría poner en peligro. Así que prefiero no pedírselo.

He preguntado en un par de puestos más antes. El precio es el mismo en todos. Sospecho que se han puesto de acuerdo. Bueno, más o menos era lo esperado. Y no es que me falten puntos. Tengo bastantes millones. Y le hacen falta las recetas.

–Estas dos– elijo las que no he eliminado.

–Aquí las tienes. !00.000 puntos– responde ella, con una sonrisa más radiante. Está claro que necesita los puntos. Y que no deben vender muchas.

Me da una copia. No es la misma que estaba expuesta. Pero el contenido es idéntico. Yo le traspaso el precio requerido. Y guardo las recetas. De hecho, se las envío directamente a Wan'er.

Ella estaba descansando después de practicar. Las ve caer. Inmediatamente, se abalanza sobre ellas. Puedo verla sonreír. Y que va sacando ingredientes del Almacén. Parece que está deseando empezar.

Espero que tenga suficiente qi. Si no, recibirá bronca por ser demasiado impulsiva. Podemos aceptar que falle. Que necesite practicar. Pero no que tire los ingredientes por empezar sin estar preparada.

Por suerte, no es la primera vez. La conocemos. Así que hemos puesto a Yi'er de guardia. Quien la mira y la empieza a interrogar. Nuestra alquimista infla sus mejillas. Como una niña pequeña enfadada. Pero guarda de nuevo los ingredientes. Y se sienta para recuperar qi.

Yi mira al cielo. Suspira y se encoge de hombros. Sonríe y guiña un ojo. ¿Acaso sabe que la estoy mirando? Bueno, seguramente es una suposición. Acertada.

Sigo recorriendo los puestos. Encuentro más calderos. Pero no en mejores condiciones. También una receta útil más.

Lia Qin también está por aquí. Mirando si hay fórmulas o ingredientes para formaciones. Sobre todo, cristales de qi. Estaba entusiasmada por tener la oportunidad. Hong está con ella. Es mejor no dejarla sola. Es un tanto tímida e insegura. Hong tiene más experiencia. Las dos van disfrazadas.

Shi y Song también se han apuntado. Y me miran cuando entra alguien. Es Dai Fen. Entiendo. Asiento. Una de ellas se acerca. Lo suficiente para oír lo que quiera que diga. La otra no se queda muy lejos.

Vamos todos con máscaras y tapados. No somos los únicos. Así que no destacamos. Espero.

Al final, acabo comprando el caldero "barato" de antes. Un 60% más caro que uno nuevo. Y estando defectuoso. He comprado otro más. Tampoco en perfectas condiciones. Pero deberían ser suficientes para mi alquimista por una temporada. Si no los rompe antes.

Vendremos en los siguientes días. A ver si hay algo más interesante cuando se unan los de cultivaciones mayores.

Nos acabamos quedamos más de lo esperado. Hasta que Dai Fen se va.

Hubiera querido seguirlo y acabar con él. Solucionar el problema de raíz de una vez por todas. Pero no va solo. Varios herederos locales lo acompañan. Ricos consentidos de cultivación más bien baja. Ninguno llega a Alma. Con sus respectivos guardaespaldas. Algunos han comprado las armas más llamativas que han encontrado. No importa si estaban dañadas o no. Sin duda, algunos estudiantes han hecho un buen negocio a costa de ellos.

Al poco de que se van, vamos saliendo. Recojo a las chicas fuera. Vuelvo a la secta. Alerta. Aunque hay estudiantes yendo y viniendo, no sería la primera vez que me encuentro con problemas. Me relajo en cuando paso por debajo del letrero con las palabras "Semilla celestial". El nombre de nuestra secta.

—————

Las chicas han oído quejarse a Dai Fen. Al parecer, alguien no le quiere devolver la mitad pagada. Y se ve que no ha completado el trabajo. Ese alguien asegura que ha hecho lo que ha podido. Y que es compensación por los problemas. Estaba furioso. No lo tenemos claro, pero sospechamos que podría ser Qin Zixuan.

También está fuera de sí con un grupo de subordinados que han desaparecido. Cree que lo han traicionado y huido. Aunque no sabe si todos. O si algunos han sido eliminados por los otros. ¿Se refiere a los que me emboscaron y matamos? Bueno, no dejamos rastro. Solo puede especular.

Sin duda, Dai Fen es un problema que debemos solucionar. Lia Qin nos dio una pista. Al parecer, capturó y torturó a alguien que sabía algo. Y la quiere vender como esclava para acabar de humillarla. No sé en qué estado estará. Pero si puedo curarla para que hable, podríamos tener un arma contra él.

Si no fuera porque es imposible pillarlo sin escolta o entrar en su mansión, lo mataría yo mismo.

Hoy el sexo es rápido pero intenso. De dos en dos. No tenemos mucho tiempo. Tengo una cita a la que acudir.

Aunque no faltan besos, abrazos y gemidos. Les he prometido que mañana será más intenso.

—————

Entro en la cabaña de mis pervertidas sin llamar. Al fin y al cabo, me han dado acceso. Iluso de mí, creía que podría sorprenderlas. Pero me encuentro tirado sobre la cama. ¿Desde cuándo está tan cerca de la puerta?

–Llegas tarde– me acusa Bi Lang.

–Nos has hecho esperar– se queja Bei Liu.

–Mereces un castigo– amenaza Pen.

Ha dejado a Fen Huan sola para que medite. Para que se prepare. Mañana, les toca a los de la etapa dos y tres. A ella.

Las tres están ropa interior. Iguales. Roja. Con bonitos bordados. Semitransparente. Atrevidas. Seductoras.

Me tienen atrapado. No es que me agarren muy fuerte. Pero jamás escaparía de sus manos. De sus pechos. De sus piernas.

–Aceptaré vuestro castigo– aseguro. Mirándolas.

Sonrío inconscientemente. Respondiendo a sus preciosas sonrisas. Dejándome desnudar poco a poco. Con caricias. Con besos por todo el cuerpo. Incluido mi pene. Aunque son más intensas con mis labios.

No sé quién está lamiendo mi ombligo. Pen no me deja ver. Ocupa ahora mi boca. Otros labios está en unos de mis pezones. Estimulándolo. Una mano pellizca el otro. No tengo ni opción de quejarme

La misma que lame mi ombligo tiene agarrado mi miembro. Mueve su mano de arriba abajo. Al cabo de un rato, se detiene por un momento. Me suelta. Y pronto una húmeda calidez lo envuelve. Poco a poco aumentando la extensión envuelta.

–¡Mmmmm!– se le escapa un gemido ahogado. Es Bei Liu.

Mientras las otras dos juegan conmigo, ella me cabalga. Sus caderas moviéndose a veces de arriba abajo. A veces en círculo. Incluso los dos movimientos a la vez. Sus manos en mi cintura. O acariciando mi estómago. Puedo sentir el roce de las paredes de su vagina. Estimulándome.

–Sabes… Aaahh… Tienes unas bonitas abdominales… ¡¡Aaaaaah!!~ me provoca mientras se mueve. Y mientras yo añado un poco de qi de vez en cuando.

–No están mal. Aunque también su pecho está curtido. Y a pesar de eso, tan suave. Aahh… ¿Cuál es tu secreto? Yo también quiero. Aunque mi parte preferida es la que esa zorra se ha metido dentro… ¡¡Aaaahhh!! ¡Kong!~ protesta Bi Lang. ¿Debería contarles lo de la cultivación Yin Yang?

–Envidiosa. ¡Ahhhh! No haber perdido… ¡¡¡AAAAAAaaahhHH!!!~ le responde su amiga.

Yo no digo nada. Pen mantiene mi boca ocupada. Aunque la libera por unos instantes.

–Aaah. No seas impaciente. Tenemos toda la noche. ¡¡Aaaaahhh!! ¡Malo!– responde sensual.

Vuelve a atacar mi lengua con la suya como represalia. Mientras su mano agarra mi pelo. Las mías están ocupadas con las vaginas de Pen y Bi Lang. Y he añadido un poco más de qi hace un momento.

Un rato después, es Bi Lang la que me cabalga. Y Luego Pen. Han ido rotando en sus posiciones. 

Me incorporo después de llenar a Pen. Las tres se han quedado tumbadas sobre la cama. Sudadas. Preciosas. Como agotadas. Sé que no es cierto. Bueno, Pen aún está jadeando. También sé qué quieren de mí.

–Ya he pagado por mis crímenes por llegar tarde. Y vosotras os habéis aprovechado demasiado. Ahora vais a ser mías.

–Noooo. ¡No lo haremos más!– pide piedad y miente descaradamente Bi Lang. Lo volverán a hacer en cuando tenga la mínima oportunidad. No es que me queje, claro

–¡Seremos buenas! ¡Ten piedad!– suplica Bei Liu. Casi parece sincera.

–¡Demasiado tarde! ¡Estamos perdidas!– quiere parecer asustada Pen.

Así que hago con ellas lo que quiero. Es decir. Follarlas dulcemente. Sacudiendo sus nalgas con suavidad. Jugando. Más acariciando que golpeando. Mientras las penetro por detrás. Sus culos alzados. A cuatro patas a veces. Con su cabeza y pechos contra el colchón o las almohadas en otras ocasiones.

Sus bragas hace rato que han desaparecido. Siguen llevando sus sujetadores, aunque ya no sujetan nada. Solo mis manos hacen la función de vez en cuando. Jugando con sus pechos. Sus pezones. Comprobando que no hayan perdido su suavidad. Su elasticidad. Añadiendo qi en ellos. En sus vaginas. Penetrándolas cada vez con más intensidad. Saliendo de una y entrando en la otra. Hasta las tres acaban llenas de nuevo. Y satisfechas. Aunque solo por un rato.

Hablamos mientras se recuperan. Me entero de que han invitado a Yan Xiulan a venir. Otra vez. Les encanta provocarla. No sé qué debe de pensar de mí. De que tenga tantas amantes. Ellas se ríen cuando expreso mis pensamientos en voz alta. Pero no dicen nada al respecto.

Nuestra conversación acaba cuando Bei Liu se incorpora. Me mira. Me besa. No hace falta que diga nada. Los dos sabemos qué quiere.

Esta vez, es más calmado. Más intimo. Con muchos besos. Ella sentada sobre mí. Muy cariñosa. Totalmente adorable y sensual. Los que critican a mi preciosa pervertida por frívola no tienen ni idea lo equivocados que están. Quizás lo pueda parecer. Pero tanto ella como Bi Lang son más. Mucho más.

Su amiga le toma el relevo al cabo de un rato. También quiere mimos. Aunque prefiere estar acostada. Boca arriba. Conmigo encima. Recibiéndome con sus brazos, piernas y labios abiertos. Toda mía. Su suave piel a mi disposición. Yo todo suyo. Estando los dos solos durante un rato. O al menos, como si así fuera. Ninguna de las otras dos intenten interrumpir.

–Yo también quiero mimos– pide Pen adorable cuando le llega su turno.

–Envidiosa– la critica Bei Lang, riendo.

–No tardes mucho– ríe también Bei Liu.

–No menos que vosotras– les saca la lengua Pen.

–¿¡Tanto!?

–¡Eso no vale!

Las otras dos se quejan. Riendo. A veces me sorprende que se lleven tan bien.

Pen me mira. Sonríe. Abre los brazos.

Yo me pierdo en sus deliciosos abrazos. En la calidez de su cuerpo desnudo. En la suavidad de sus mullidos pechos. En la estrechez de su lubricada vagina. Entre sus esbeltas piernas que se cierran tras de mí. En sus estimulantes gemidos de placer, que vuelven a llenar la habitación. Y que la llenarán durante horas. La noche es joven.


Chapter 237: Torneo: preliminares de etapas dos y tres (I)

Por la mañana, me despido de ellas con un beso en la frente. Bueno, al menos era mi intención. Sin abrir los ojos, cada una de ellas me abraza. Y me fuerza a un largo y húmedo beso. Luego me sueltan. Y se quedan en la cama como si estuvieran completamente dormidas.

–Nos vemos luego– me despido.

–—¡Hasta luego!––– exclaman las tres a la vez.

Las oigo reír. Me giro. Pero ya se han callado. Y vuelven a parecer dormidas. Suspiro. Sonrío.

–Os quiero– les confieso antes de salir. Sin darles tiempo a responder.

—————

Tras una sesión matinal con mis chicas, estoy sentado después de acabar con las últimas dos. Mis dos yo están sentados sobre la cama, abrazando a Liang y Ma Lang respectivamente. Ellas sentadas sobre mí. De espaldas

 Acaricio con suavidad el pelo negro de la primera con una mano. La otra está en su estómago. Su cabeza apoyada en mi hombro. Sus manos en mis piernas.

–Ya ha crecido bastante. Dentro de poco podremos hacer otra peluca– bromeo.

–Tonto– se queja, dándome una palmada en la mano que acaricia su pelo. Jugando. Sonriendo.

Agarro su mano al vuelo. Con suavidad. La llevo a mi boca. La beso.

–Gracias por todo lo que has hecho por mí– le susurro al oído.

–Tonto– vuelve a acusarme.

Aunque esta vez su voz es más débil. Con un tinte de pasión. Que corrobora al girar su cabeza y pedirme un beso.

Al lado, jugueteo con las castañas trenzas de Ma Lang. También está apoyada en mí. En mi otro yo.

–Contigo no sé si hacer una peluca o cuerdas– también bromeo con ella.

–Si te sirve, haz lo que quieras con mi pelo– ella se ofrece. Su voz es cansada, aunque dulce. Sincera.

–Creo que prefiero tenerte entera. Toda mía– le susurro, apretándola un poco más contra mí.

Su rostro toma un ligero colorado. No hace la más mínima intención de resistirse. De hecho, incluso colabora con mis labios.

Me encanta estar con ellas. Mimarlas o ser mimado. Charlar. Jugar. Por no hablar del sexo. Viniendo de donde vengo, resulta un tanto avaricioso pedir más. Aunque aun así, lo hago. Deseo que llegue el día en que pueda dividirme lo suficiente. Para estar no solo con dos, sino con todas. Cada una merece mucho más de lo que les puedo dar ahora.

—————

Como no tengo que luchar hoy, he ido a hacer tres páginas. Muchos de los de la etapa uno también han venido.

–¡Kong! ¡He visto que te clasificaste! ¡Enhorabuena!– me felicita Su Tian.

Nos llevamos bien. Quizás fue el primero en no discriminarme por ser un esclavo. Y en comprar los brazaletes.

–Vi el último combate. ¡Fue genial! ¡Felicidades!– me felicita otra.

Normalmente no habla mucho. Su novio la vigila. Incluso diría que la intimida. En mi opinión, debería dejarlo. Claro que no es asunto mío. Y apenas conozco su situación superficialmente. Somos poco más que conocidos.

Hoy su novio no está. Está en la etapa dos. Debe de estar en el torneo.

–¿De verdad? ¿Cómo fue? No lo habrás grabado, ¿verdad?– le pregunta otra. Son bastante amigas.

–No, no. Pero podrás verlo cuando acabe el torneo, si quieres. Ya sabes– contesta la primera.

Se pueden ver todos los combates durante medio año. Hay una planta de la librería que los almacena durante ese tiempo. Después, solo conservan unos pocos. Por desgracia, no es posible hacer copias. Al menos, no para estudiantes como nosotros.

–Ah, que envidia. Yo quedé quinto. Me falta bastante– se lamenta otro.

–¿Quinto? Pues mejor no digo como quedé yo…

–Ja, ja. ¿Y cómo querías quedar? Si no estuvieras todo el día…

–¡Calla! ¡Ni que fueras mejor!

Estos dos también son muy amigos. Siempre se están peleando.

–¿Qué pasó en el combate de la mañana? Parecía que quería matarte. Por un momento, pensé que sería grave– me pregunta otro.

–No lo sé muy bien. Pero sí que creo que lo intentó, o al menos herirme de gravedad. Todavía no lo entiendo– respondo.

–¿Cómo fue?

–Cuenta, cuenta.

La verdad es que hoy ha costado más hacer las copias. Hemos estado demasiado tiempo hablando del torneo, no solo de mi participación. Aunque quizás sí he sido el centro de atención. He sido el único de los que están aquí que ha pasado. Aunque dicen que otro también lo ha logrado. Y puede que un tercero. Quizás vengan luego.

Los que tenemos la suerte de poder hacer copias, ganamos bastantes puntos. Eso nos da tiempo y recursos. Que cada cual utiliza como quiere. Algunos practican y aprenden técnicas. O invierten en recursos para cultivar. Los hay que están interesados en alguna profesión más. Otros… Bueno, digamos que disfrutan demasiado de lo que ganan.

—————

–¿No estáis muy pegadas a mí?– protesto.

–¡Lo de antes ha sido un acto de traición! ¡Ahora asume las consecuencias!– sentencia Bei Liu, apretando más sus pechos contra mi brazo.

–Eso. ¡No vale decir eso e irse!– protesta Bi Lang, apretando el otro brazo.

–Estaban tan avergonzadas como emocionadas. Se han puesto totalmente rojas– me susurra Pen.

Sus brazos envuelven mi cuello desde atrás. Noto la suavidad de sus pechos contra mi espalda. Lo hace queriendo. Sus labios susurran en mi oreja. Además de mordisquearla.

–¡Chivata!

–¡Traidora! ¡Tú también estabas roja!

–Es cierto. Yo también te quiero– me confiesa Pen.

–¡Eh! ¡No te adelantes! Te quiero el doble– me besa Bi Lang.

–¡Ah! ¡Ahora soy la última! Te quiero el triple– me besa Bei Liu.

Les cuesta un poco calmarse. Dejarme al menos caminar. Son adorables. Supongo que no ha ayudado que les volviera a decir que las quiero a todas x10.

Un rato después, llegamos a recoger a nuestra joyera. Ella las mira extrañadas. Ya no están encima de mí, pero debe notar que actúan un poco raro. Aunque no tanto para que le dé más importancia que una mirada.

Ye Bi ha dicho que igual vendrá más tarde. Tai Fen y Yawen igual se pasan mañana.

Estamos para ver el torneo. Y para animar a Fen Huan. Como los de la etapa tres empiezan un poco más tarde, me ha dado tiempo a hacer las páginas.

Quién sí está es Di Tao. Veo que ha ganado uno. Su grupo no está muy lejos de donde combatirá nuestra masoquista. Y le toca antes de que empiece Fen Huan.

Se la ve que tiene soltura con el martillo. Sé que ha ido a misiones más de una vez. Aunque creo que le falta un poco de habilidad para poder clasificarse.

Está igualada con su contrincante. El martillo es más lento que las armas de este, pero de mayor alcance. Si su rival logra acercarse, tendrá ventaja. Si comete un error, tendrá problemas.

Tras unos minutos, Di Tao lanza un ataque demasiado largo. Tarda en recuperar la postura. En mover el martillo a una posición defensiva. Su rival aprovecha para abalanzarse sobre ella. Empuñando sus armas. No sé muy bien qué son. Su uso es similar a dagas cortas. Tienen forma de media luna. Parece que va a ganar el combate.

¿Oh? Algún tipo de técnica aparece frente a Di Tao. Tiene una forma borrosa. ¿Es algún tipo de pájaro? Impacta de frente contra el rival.

El impacto lo frena. Y da tiempo al martillo a llegar y atacar. ¿Ya tenía qi? El golpe también usa algún tipo de técnica.

Me da la impresión de que ha sido una trampa. No creo que pueda condensar las dos técnicas tan rápido. Ya le preguntaré. Lo que está claro es que ha sido suficiente para ganar el combate. Lo ha destrozado con esa combinación. Lo malo es que le será difícil volverla a utilizar. Los demás estarán sobre aviso. ¿Quizás tiene más? Nunca le he preguntado.

No veo a su novio entre los espectadores. No es que me sorprenda con todo lo que me ha contado de él. Que ha intentado matarla.

Por supuesto, he grabado el combate. Aunque ninguna use martillo. Es parte de mis deberes. De hecho, las gemelas también están grabando. Cada una un combate diferente. Se han puesto cerca de la zona de los combates dobles. Dos contra dos. Están muy interesadas en estos.

–¡Mira! ¡Empieza el de Huan'er!– me coge de la manga Bi Lang, excitada.

Estoy entre ella y Pen. Bei Liu está junta a su amiga. Han acordado turnarse. Me siento como un objeto…

Yan Xiulan no ha participado. Por mucho que las otras la han provocado. Está al lado de Pen.

–He oído que acabas de subir a dos. Sería mejor que te retiraras, no te vayas a hacer daño– le advierte su rival cuando ella sube. No se ha molestado en bajar el tono. Más bien, lo ha subido para que todos lo oigan.

–Pobre. Acaba de pifiarla– suspira Pen.

–Huan'er ha levantado una ceja. Está un poco enfadada. Lo va a destrozar– parece preocuparse Bi Lang. Aunque más bien, diría que expectante.

–Je, je. Se lo merece– añade Bei Liu.

No me he fijado en la ceja. Pero sí en su cuerpo. Aparte de ser precioso, puedo más o menos entender su lenguaje. Hemos pasado mucho tiempo juntos. Ahora, está esperando que el árbitro de la orden para destrozarlo. No se molesta en responder a la provocación con palabras. Sin duda, las tres tienen razón. Responderá con sus actos.

–¡Empezad!– anuncia la árbitra unos segundos después.

Apenas ha pronunciado las palabras, que ella se abalanza sobre su adversario. Este usa una especie de doble lanza. Una lanza con dos puntas. Y la empuña contra ella. Con algún tipo de técnica. Sin duda, creyendo que ha logrado provocarla. Y que puede obtener clara ventaja.

Pero Huan'er es una guerrera experta. En el último momento, cambia de dirección. Esquivando. Y bloqueando el residuo del ataque con su arma. Inmediatamente, cambia de nuevo dirección hacia él. Su técnica de movimiento es tan fluida como siempre.

Él no se lo esperaba. Creo que estaba demasiado confiado. Creyendo que estaba furiosa y atacaría de frente. Parece nervioso y un tanto desorientado. Mueve su arma para bloquear precipitadamente. Quizás para su sorpresa, lo logra sin muchos problemas. Porque ella ha dividido el arma en dos. Y movido casi todo el qi que ha ido acumulando a la otra mitad.

El ataque de qi llega antes que el del arma. Es una especie de hoja cortante. A duras penas logra pararlo con un escudo de qi. Creado con prisa. Invirtiendo por ello mucho qi.

Al arma que sigue un instante después logra amortiguarla un poco. Lo que hace que el dolor y el daño en el escudo no sea excesivo. Claro que no ha hecho más que empezar.

Lo siguiente es una patada, que lo empuja hacia atrás. Cuando apenas se está recuperando, Fen Huan ya lo ha vuelto a alcanzar. Un ataque tras otro. Con cada arma. O las une para más contundencia. Hay técnicas mezcladas entre los ataques. Incluye patadas, e incluso codazos.

Su rival se defiende como puede. Pero es evidente que está en clara desventaja. En un instante de furia, intenta utilizar qi de la etapa cuatro.

Claro que es un tanto lento usarlo con una cultivación inferior. Y ella está muy atenta. No como yo contra Qin Zixuan. Claro que en aquel combate, era yo el que estaba en desventaja. No tenía tiempo para vigilar que no lo usara. Ni tenía sentido que lo hiciera.

Ella no necesita más que esquivarlo. Aprovecha para llegar hasta su espalda. Lo remata. Ha quedado totalmente indefenso al forzar el uso del qi de la etapa cuatro cuando estaba acorralado. Ha sido un error táctico. Aunque solo ha acelerado lo inevitable.

La verdad es que, después de su provocación inicial, ha quedado un tanto ridículo. No sé si lo intentará de nuevo con otros. Ya veremos.

–Ganadora, Fen Huan– anuncia de nuevo la árbitra.

–¡Bien hecho!– exclama Bei Liu.

–¡Huan'er es la mejor!– le sigue Bi Lang.

–Guau. Has estado increíble– alaba Yan Xiulan, sin gritar como las otras dos.

–Je, je. Mírala cómo se esfuerza en no mirarnos. Qué mona– se burla Pen.

Sin duda, tiene razón. Nos ignora, pero sabe que estamos aquí. Sin duda, se alegra. Buen combate.

Mientras, echo una ojeada al resto de sus rivales. La están mirando con cara seria. Los que no lo sabían, han descubierto que es una rival peligrosa. Los que tienen opciones de clasificarse estarán preocupados. En especial, me fijo cierto estudiante. Estoy deseando ver la pelea.

Yo, por mi parte, intento hacer lo mismo que ella. Es decir, ignorar a las animadoras ruidosas que tengo al lado. Nuestra joyera también. Claro que no tengo tanta suerte. Me acaban zarandeando. Aunque también apretando sus seductores cuerpos contra mí. Puedo ver las caras de envidia en algunos de nuestros vecinos.


Load failed, please RETRY

Weekly Power Status

Batch unlock chapters

Table of Contents

Display Options

Background

Font

Size

Chapter comments

Write a review Reading Status: C236
Fail to post. Please try again
  • Writing Quality
  • Stability of Updates
  • Story Development
  • Character Design
  • World Background

The total score 0.0

Review posted successfully! Read more reviews
Vote with Power Stone
Rank 200+ Power Ranking
Stone 24 Power Stone
Report inappropriate content
error Tip

Report abuse

Paragraph comments

Login

tip Paragraph comment

Paragraph comment feature is now on the Web! Move mouse over any paragraph and click the icon to add your comment.

Also, you can always turn it off/on in Settings.

GOT IT