Download App
65.74% Cultivación prohibida (+18) / Chapter 167: Cita en el mercado (I)

Chapter 167: Cita en el mercado (I)

Cuando vuelvo a visitar a Guo Xua, me recibe ella. Nos besamos apasionadamente. La llevo arriba en brazos. Allí me encuentro a Lin Tao, desnuda sobre la cama, amordazada. Sus manos y sus piernas hacia atrás. Atadas sus muñecas a sus tobillos. Miro a Guo Xua.

–Quería practicar unos nudos– bromea ella.

–Oh. Yo también– la miro amenazante.

–Espera… ¿Qué vas a hacer…?– intenta alejarse hacia atrás.

Pero se encuentra con la cama. Le saco la banda de tela que hace de cinturón. La desnudo. Le ato las manos entre ellas. Por detrás. No muy fuerte. De hecho, podría desatarse si quisiera.

No lo hace. Me mira. Excitada. La cojo de las piernas y la atraigo hacia mí. Hacia el borde de la cama. Ella da un gritito.

Aún no está suficientemente mojada. Así que saboreo sus partes más secretas con mi lengua. Con los dedos. Mientras ella gime. Mientras Lin Tao nos mira de lado. Sin poder moverse. Se está mojando.

Me levanto y la penetro. De golpe. Sus tobillos sobre mis hombros.

–¡¡Aaaahhh!!

La cojo de sus muslos para apoyarme en ella. Para impulsarme cada vez hasta el fondo. Sin olvidarme de acariciarlos. De aplicar qi.

Su vagina se aprieta cuando se corre. Ella gime y jadea. Sus pechos suben y bajan intentando recuperar el aliento.

–Atada y te corres… Que pervertida…– la acuso.

–Es culpa tuya… ¡¡¡Iiiiiiihhhhhh!!!

Le doy la vuelta por sorpresa. La hago ponerse de pie. Doblada hacia delante. Sus manos aún atadas. No puede apoyarse con ellas. Así que tiene que apoyarse con la cabeza en la cama.

–Es… Espera… Aún… ¡¡¡AaaaaaaahhhhhhHH!!!

Sin compasión, la vuelvo a penetrar. Agarrándola de las caderas. Estrujando sus nalgas. Empujando en su interior. Un poco bruscamente. Pero asegurándome de que no sea demasiado. De que lo disfrute. Suavizado con qi.

Es adictiva la sensación de dominarla. De ver sus pechos balancearse. Al menos un poco de ellos. De hacer lo que quiera con ella. Aunque es cierto que puede desatarse cuando quiera.

–¡¡¡AaaaaaaaahhhHHH!!! ¡Mássssss!

Bueno, no parece que le esté molestando. Así que sigo penetrándola hasta el fondo. Acelerando. Como se aceleran nuestras respiraciones. Noto como el placer me llena. Como no quiero resistir más. Como ella también está al límite.

Dejo que el roce de su vagina me haga correrme. La lleno en cada embestida. Ella también se corre. Gritando de placer.

La dejo caer sobre la cama. La desato con suavidad. Me mira mientras acaricio su mejilla. Mientras aparto el cabello de su rostro. Mientras la beso.

–Ha sido… intenso– sonríe, sensual.

Nos besamos un poco más. Luego voy hacia Lian Tao.

–¿Ya estás mojada?– la acuso.

–Mmmmm.

Separo sus piernas hasta el límite. Sus tobillos están atados a sus muñecas, pero no entre ellos. Su cuerpo levantado por tener las piernas y las manos detrás. Me mira. La agarro de sus nalgas. La penetro.

Me masturbo con su vagina. La dejo al borde del orgasmo antes de salir. Le quito la mordaza. Eyaculo dentro de su boca. Me quedo un rato más. Acariciando su vagina. Sin dejarle correrse. Mientras su lengua recorre mi miembro.

Salgo de su boca. La vuelvo a penetrar. Noto como me aprieta. Tiene un fuerte orgasmo en cuando entro en ella. Cuando aún se está recuperando, vuelvo a moverme. La uso para mi placer. Pero no me olvido de ella. Acaba temblando durante casi un minuto. Llena de mí. Totalmente rendida al placer.

Luego dejo que Guo Xua tome la iniciativa esta vez. Incluso la dejo atarme y vendarme los ojos. Es muy dulce. Muchos besos. Su cuerpo pegado al mío. Muy mimosa. Muy íntimo. Quizás se lo deje hacer a Lin Tao el próximo día.

Hoy no. Ya que está atada, así se queda. La pongo bocabajo y la violo analmente. Me acabo corriendo tres veces en ella. Después de la primera, empiezo a besarme con Guo Xua. Y la penetro con los dedos mientras penetro a Lin Tao. Guo Xua acaba del todo agotada. Se ha forzado. Demasiado excitada.

Lin Tao no está mucho mejor. Aunque se queda haciéndome una felación. La cojo del pelo. Mientras hablo con Guo Xua.

Al parecer, se han calmado un poco por el embarazo. Siguen habiendo luchas internas. Ahora que la preferida está arrestada y en desgracia, hay sutiles peleas por el poder. Por ser el heredero y la preferida. Aunque se ve que no son violentas. Al menos, de momento. No se atreve a predecir qué pasará.

Me voy satisfecho. Ellas también. A Lin Tao la hemos dejado atada. Le gusta estarlo. Ser dominada. Aunque no el dolor. Todas tienen sus perversiones.

—————

Al día siguiente, ayudo a subir a Hong y Shun a cuatro y seis. Parece mentira que hace nada no tuvieran ni cultivación. Hong incluso mueve el hacha con relativa facilidad. Aunque no con mucha habilidad. Casi se hace daño con ella.

Están aún intentando controlar su qi. Dominar los movimientos más básicos. Shun en realidad lo tiene fácil. Los de cetro son sencillos. Lo que cuesta más es usarlo con las técnicas. Las amplifica, así que resultan más difíciles de controlar. Necesitará tiempo y entrenamiento. Cuando Wei la deje. Aunque sus tías están más que dispuestas a entretenerla. Incluso su tío.

Las salamandras siguen creciendo y comiendo más. También su color es más rojizo cada vez. Y les van saliendo manchas negras. Hay una que es más bien anaranjada. Es Saltres. No tenemos ni idea por qué.

Terror aprende con bastante rapidez. Lo más curioso es su habilidad para pasar desapercibida. Muchas veces no se nota su cultivación. Las gemelas dicen que es una habilidad innata. Leyeron que algunos animales la tienen. Sobre todo pequeños. Su piel se ha ido oscureciendo.

Rayitas aprende, aunque no tan rápido. Y es más traviesa. Además de grande. Les cuesta entrenarla. Sobre todo, es Liang quien se encarga. Han logrado que ahora pueda controlar mejor sus rayos. Antes era más instintivo. Ahora puede hacerlo a voluntad. Son más potentes a medida que crece. Toma carne de nivel ocho. Pronto pasará a la de nueve. Allí se quedará. No puede hacerse más fuerte que yo. Si no, no podría dejarla dentro.

Lo más interesante es que una vez tiró un rayo doble. Hace una semana. No ha vuelto a repetirlo. No sabemos cómo o por qué. Las chicas seguirán en ello.

Oh, alguien llama. ¿Quién será a estas horas? Justo iba a traer a las chicas para comer. Ah. Es Jiao.

–Hola, ¿quieres pasar?– le ofrezco.

–Sí, pero no me dejan– saca ella la lengua –. ¿Te va bien mañana por la mañana? Sé que es un poco repentino. Si no, ¿pasado mañana?.

Casi pide disculpas. Me hace sonreír.

–Mañana está bien. ¿A qué hora y dónde?– pregunto.

Quedamos a la hora que tendría que hacer las copias. No pasa nada si un día no voy. O si voy por la tarde. Vendrá una de ellas a avisarme. Se despide, pero la agarro de la cintura por sorpresa. La atraigo hacia mí.

–Al menos un beso– le pido, mirándola a los ojos.

Por un momento, parece que quiera protestar. Luego sonríe. Pasa sus brazos alrededor de mi cuello.

–Solo uno. O me torturarán– accede, medio riendo.

Solo uno. Pero no ha dicho cómo de largo. Está jadeando cuando nos separamos. Me mira entre reprochando que haya durado tanto, y que no haya durado más. Me deja de abrazar despacio. Reticente. Mirándome a los ojos.

–Hasta mañana– se despide –¡Ah! ¡Casi haces que se me olvide! Me piden que traigas a esa tal Pen.

Tienen una sonrisa preciosa. Y más si está un poco roja.

—————

Cuando llego a la cabaña de Fen Huan, sale Pen.

–¡Hola Kong! ¡Pasa! La estaba disciplinando– me recibe.

Fen Huan está sobre la cama. Hay marcas de látigo en su espalda. Son más profundas que otras veces. Supongo que por haber subido Pen a dos. Ahora puede usar más qi. Y recuperarlo más rápido.

–Venía a decirte que mañana por la mañana es cuando vamos al mercado con Sai, hermanas y amigas. ¿Vendrás?– le pregunto.

–¡Claro!– responde ilusionada.

Aunque antes se ha mirado un momento con Huan. No sé si pidiendo permiso. O si asegurándose de que no tuviera otra cosa que hacer.

–¿Necesitas ayuda?– le ofrezco.

Ella sonríe, asintiendo. Así que torturamos un rato a Fen Huan. Quiero decir… Le ayudamos con su refinamiento del cuerpo. Quizás follarla no entra en esa definición. Pero no se podía evitar.

Además, así puedo comprobar que está bien. Al hacerlo, percibo que realmente su cuerpo se va volviendo más resistente. Aunque no tan rápido como el mío. También absorbo un poco de su qi de la etapa dos. Y, por supuesto, disfruto de ella.

Con Pen, es menos violento. La ayudo con su cultivación. Ya le eché una mano para estabilizarla. Como a las otras tres. Me aseguro de que acabe de estar todo bien. Y ayudarla a seguir mejorando.

Nos quedamos abrazados sobre la silla humana. Que es pellizcada de vez en cuanto. Y que cuenta con un consolador en cada uno de sus dos agujeros.

—————

Pen llega a mi cabaña relativamente pronto. Nos quedamos sentados y charlando. Abrazados. Mimosos. Con algunos besos y caricias. Aunque sin sexo. Tienen que venir a buscarnos en cualquier momento.

Me dice que Fen Huan intentará llegar a la etapa tres pronto. En unos dos meses, probablemente. Durante esos días, ella entrenará con el látigo. Fen Huan le va a conseguir los fundamentos básicos un día de estos. Se lo podría traer yo. Bueno, lo hablaré con Fen Huan. Ya se negó a que le diera la píldora para subir de nivel. Aunque me deja darle a Pen las otras. Se creyó la excusa de que eran especiales y se activaban con yang. Cuando la follaba. En realidad, son de mentira.

Al cabo de un rato, llega Meixiu. Nos pide entrar un momento. Nos da unas capas con capucha para ir de incógnito. Bueno, tengo otras. Pero me está bien.

Luego, nos lleva hasta la salida de la secta. Allí, nos esperan. Reconozco sus rostros cuando me miran y sonríen. A pesar del velo. Sai, An, Dandan y Jiao. Hay otra más. Me saluda pero baja la cabeza. Ya dijeron que igual venía alguien. ¿Quién será?

An y Dandan me cogen cada una de un brazo. Jiao y Meixiu se quejan. Al final, acuerdan que ellas me agarrarán a la vuelta. Me siento un objeto… Sai sonríe, pero sigue charlando con Pen. La otra guarda silencio. No sé su nombre. No se ha presentado. Supongo que quiere guardar su identidad en secreto.

Llegamos al mercado sin problemas. Somos un grupo relativamente grande y tapados. Aun así, no llamamos mucho la atención.

Las chicas me arrastran tras ellas. Y también a la desconocida. Al menos, An y Dandan. Jiao y Meixiu parecen más… ¿respetuosas?

Parece tímida. No consiguen hacerla entrar en los probadores. Se queda esperando conmigo. Resulta un tanto incómodo. Mmmm. Ese aroma me es familiar. Muy dulce. ¿Dónde lo he olido antes? No puede ser… Me la quedo mirando con los ojos muy abiertos. Ella mira el suelo.

–¿Da Ting?

Ella se vuelve y me mira. Sorprendida. Es ella. Su pelo anaranjado algo más claro que el de Song. Sus ojos verdes. Se vuelve otra vez al cruzarse nuestras miradas. Sin duda es ella. La discípula de la maestre ilusoria.

–¿Có… Cómo?– pregunta en un susurro.

–El olor– confieso sin pensar.

–¿Olor? ¿Huelo mal?– parece entrar en pánico.

–No, no. Es un olor muy suave. Parece algún tipo de flor. Solo lo había notado en tu habitación– aclaro.

–¡Ah! El incienso que me dio la maestra para concentrarme… No esperaba que me descubriera…– susurra, otra vez tímida.

–Lo siento. No quería molestarte. Haré ver que no lo sé si lo prefieres. Te agradezco todo lo que haces por ellas– le aseguro.

–Está bien… Ellas son mis… Bueno… Da igual si lo sabes. Yo no quería entrometerme entre vosotros. Solo dar una vuelta…– dice, dubitativa.

No se acaba de explicar. Parece nerviosa. Por lo que me han dicho unas y otras, Da Ting no tiene amigos. Sai y sus hermanas son lo más parecido a ello. Da la impresión de que se siente insegura. De que solo quería salir con ellas. Aunque no estoy del todo seguro de nada.

–¿Por qué no vas con ellas? El vestido verde que han elegido para ti seguro que te queda bien. Hará juego con tus ojos. Les alegrará que te lo pruebes– la intento animar.

–¿Me… quedará bien? ¿Se… alegrarán? ¿No os molestaré? No debería haber venido…– vuelve a dudar.

–Solo pruébatelo. Tengo curiosidad en ver cómo te queda– le aseguro.

–Yo… Bueno… Supongo que no pasa nada– accede finalmente, mirando al suelo. No le veo la cara.

Coge el vestido y va al probador. La verdad es que es muy joven. Creo que dijeron catorce o quince. Aunque actúa como una adulta a veces, por ser la discípula de la maestre. No debe de ser fácil para ella. Las demás le sacan algunos años.


Chapter 168: Cita en el mercado (II)

Las oigo reír. La han recibido muy cálidamente. Me ha parecido que protestaba por algo. Y que algunas reían. Espero que estén bien. Da Ting da la impresión que desea tener amigas. Pero se muestra nerviosa. Temerosa. A ellas les iría bien tener a alguien en su posición como amiga.

Tengo entendido que tiene algo en común con Sai y sus hermanas. Una constitución especial. Aunque no sé si es la misma. De hecho, su cultivación ha avanzado bastante desde la primera vez que la vi. Dos etapas en menos de un año. Está en la nueve de Génesis.

Finalmente, salen una tras otra. Estamos en uno de los probadores. Es una habitación, con una zona separada para probarse la ropa. Nadie puede vernos desde fuera. Y yo no puedo verlas mientras se cambian. Aquí no necesitan el velo.

Resulta un sistema muy conveniente. Mucha gente viene de incógnito. No quieren que les vean otros. Pero sí mostrar la ropa a sus parejas, amigos, o lo que sea. Mejor así. Cuando he venido con mis pervertidas, se han probado algunas prendas demasiado atrevidas. A veces incluso me dejaban ver cómo se cambiaban. O ponerles yo la ropa.

Para evitar que la gente abuse, hacen pagar por usarlos. Es gratis si compras suficiente para compensar el tiempo. Si no, pagas. Hay quien los emplea para tener encuentros secretos, sexo incluido. Aunque hay lugares más baratos y dedicados. El burdel, por ejemplo, alquila habitaciones por tiempo.

Por supuesto, registran toda la ropa que entras. Y la revisan a la salida si la devuelves. Si no, alguien se la podría llevar en los anillos de carga. O cambiarla.

La verdad es que no sé de qué se estaban riendo. Me parecía oír a Da Ting protestar. No estoy seguro. La voz era muy baja.

La primera en salir es An, arrastrando a Jiao. Luego Dandan arrastrando a Meixiu. Y Sai arrastrando a Di Tang. Pen sale la última. Parece divertida.

–Esto no está bien. Soy una esclava. No puedo ponerme esta ropa– protesta Jiao, avergonzada.

–Tiene razón, no podemos vestirnos así– asiente también Meixiu, también un poco roja.

–Claro que podéis. Ella os deja, ¿verdad Tang'er?– las contradice Dandan.

–No… No hay problema… Pero yo no puedo ponerme esto… No me queda bien. Mejor vuelvo y me cambio– quiere escaparse Da Ting.

–Espera. Preguntemos a alguien imparcial. ¿Qué opinas?– me pregunta Sai, sin dejarla marchar.

Lo cierto es que Da Ting es mucho más fuerte. Podría escaparse si quisiera. Se la ve indecisa y avergonzada. Está más roja que sus dos esclavas juntas. Yo me las quedo mirando.

–¿Kong? Di algo– me reclama Pen.

Me he quedado embobado por un momento. No me esperaba ese cambio. Siempre las he visto con ropa de esclavas, o vestimentas muy sencillas. O desnudas. Es curioso como la ropa puede hacer cambiar a alguien.

En cuanto a Di Tang, lleva siempre ropa muy diferente a la de ahora. Más austera. Esta realza sus rasgos. Sus ojos y cabello sobre todo. Es no obstante más conservadora que las de las demás. No se ciñe para mostrar sus curvas aún no del todo desarrolladas.

–Lo siento… Me habéis sorprendido. No me esperaba que estuvierais tan elegantes. Tan increíblemente preciosas. Os quedan realmente bien– confieso.

Todas me miran un instante en silencio. Da Ting enrojece más. Dandan, An, Sai y Pen no tardan en sonreír abiertamente. Dandan incluso salta sobre mí.

–¡Eres el mejor!– me alaba, besándome.

–Eh. Contente– la agarra Sai, sonriendo no obstante.

Jiao y Meixiu también me sonríen, más tímidamente. Da Ting mira de reojo.

–¡Vamos a probarnos los otros!– exclama An.

Se prueban cuatro vestidos cada una. Uno de ellos me lo han hecho elegir a mí. Los demás los han elegido ellas, o entre las demás.

Da Ting estaba preciosa en tres de ellos. El cuarto no me lo ha querido enseñar. Creo que era un tanto provocativo. Las demás no han tenido problemas en enseñarme el suyo. Estaban muy sexis.

–No sé cuáles elegir– se muestra An indecisa.

–Es difícil– está de acuerdo Dandan.

–¿Cuál es el problema?– les pregunto, extrañado.

–Da Ting se ofreció a comprarnos dos a cada una y ropa interior. Ha sido muy generosa con nosotras, y tampoco tiene muchos puntos. Lo que necesitamos para cultivar ya nos lo da la facción. Nosotros no tenemos ninguno– explica Sai.

–Lo siento. No esperaba…– empieza a disculparse Da Ting.

–No, no. Ya haces más de lo que podríamos pedir– se apresura a consolarla Sai, cogiéndola de las manos.

–A mí no me importa pagarlos. Sería una pena no comprarlos– me ofrezco.

–¡No podemos pedirte eso!– se niega An.

–¡Ya nos estás acompañando! ¡Y haces mucho por nosotras!– tampoco acepta Dandan.

–No hago nada que no quiera y que no disfrute– argumento.

–No lo digas así– me reprocha Jiao en un susurro.

Da Ting está totalmente roja. Ah. Bueno. No me refería a eso. Aunque también…

–Dejadme que os lo pague. Tengo muchos puntos. Me dan bastantes por copiar cuadernos de técnicas. Aceptadlo como un regalo. A cambio, llevadlos para mí alguna vez– sugiero.

–Pero…– quiere protestar Sai.

–Si tanto os molesta, me lo podéis devolver en un futuro. Tampoco es que sea tanto. ¿Vale? No me gustaría no poder veros nunca más en estos vestidos– casi les suplico.

Al final aceptan. La verdad es que es muy poco para mí. No me cuesta nada. Solo con verlas sonreír, ya vale la pena. Da Ting también es adorable, tan tímida. Normalmente, intenta parecer más madura. Sobre todo, me alegra verla reír con las demás.

A Pen no le hacía falta. Llevaba más puntos. Y solo se lleva uno. Ya había comprado en días anteriores. No me deja pagarle más. Se ha llevado el más provocador.

Con la ropa interior, Da Ting se niega a elegirla delante de mí. Y mucho menos que se la vea puesta. Hubiera sido incómodo. Las demás me la muestran. Incluso me prometen llevarla en unos días. Algunas prendas son muy reveladoras.

Esta vez, me ha costado menos convencerlas de que les pagaba algunas más. Sobre todo, las más atrevidas. Con la excusa de que sean para mí. Bueno, quizás no es una excusa. Tampoco es que haya mucha diferencia en que me deban unos pocos puntos más. Aunque no pienso reclamárselos. Me está bien si se les olvida.

Luego ojeamos algunas armas. Excepto Da Ting y Pen, ninguna sabe cuál es la suya. Ahora se centran solo en aumentar su cultivación. Pero tienen curiosidad. Cuando lleguen a Alma, les dejarán descubrirlo. Y empezarán con algunas técnicas.

A escondidas, saco a Shun y Shi. He visto un cetro que le podría ir bien. Ahora solo tiene el más básico. El que usamos para descubrirlo. Las recojo un rato después, escondidas tras una pared. Me enseñan que lo han comprado cuando están dentro. Shun parece ilusionada. Se lo deja coger a Wei. Un poco grande para ella. Aunque está graciosa.

Mientras, las sigo por todo el mercado. Creo que, aparte de Pen, ninguna de ellas había salido nunca a comprar por aquí. Ni siquiera Da Ting. Así que tenemos que ser yo y Pen quienes que las vigilemos. Hay bastantes artículos sospechosos. Es fácil timar a incautos. Aunque, por suerte, no llevan muchos puntos encima.

A pesar de eso, parecen estar divirtiéndose. Sai y sus hermanas han sido esclavas hasta hace poco. Lo siguen siendo, pero en una situación muy diferente y temporal. Nunca han tenido la oportunidad de simplemente dar un paseo por un mercado. De ver los estantes. De comprar.

Jiao y Meixiu algo parecido. Y Di Tang diría que ha estado siempre muy protegida en la facción.

Pen ha venido conmigo alguna vez. Pero se lo está pasando en grande. Se llevaba muy bien con Sai. También con sus hermanas, aunque tenía menos relación. Me ha preguntado a menudo por ellas. Poder hablar con sus amigas significa mucho para ella. Y también parece que se está llevando bien con Jiao y Meixiu. Puede que incluso con Da Ting. Aunque es un poco tímida.

–Hola chicas. ¿Queréis venir a tomar algo?– las abordan de repente cuatro estudiantes.

Ellas se tensan. Precisamente son de la facción del placer. No se llevan muy bien con la ilusoria. Además, la cultivación de ellas es baja. Y la identidad de Da Ting delicada. Si por lo que sea pierde el disfraz, podría ser problemático.

Veo acercarse discretamente a una figura. Ha estado siguiéndonos desde el principio. Sospecho que las está vigilando, protegiéndolas. En especial a Da Ting. Mejor si no lo saben.

–Están conmigo– me interpongo.

–Tú no te metas. Las hemos visto antes– me quiere apartar uno.

–Están conmigo desde el principio. Difícilmente las habrás visto antes. ¿Verdad, chicas?– me giro hacia ellas.

–Claro– reacciona Sai

–Estamos con él– se acerca a mí An y me coge del brazo.

–Dejadnos en paz– los quiere echar Dandan.

–¿Siempre tienen que venir a molestar unos putos pervertidos?– los insulta Pen.

–Zorras… Vais a venir con nosotros… ¿U os tenemos que obligar?– se enfada otro.

Eso las asusta. Bueno, a Pen no. Conoce la situación. Que son amenazas vacías.

–¿De verdad? Me gustaría ver cómo lo intentáis. Hace tiempo que no veo a los vigilantes echar a alguien a patadas– los provoco.

El que ha fanfarroneado tuerce el gesto. Quizás no esperaba que supiera que no puede haber peleas aquí. Debía de creer que éramos novatos aquí. Bueno, ellas los son casi todas. Quizás por su actitud lo han supuesto. Puede que su cultivación sea superior, pero eso no importa ahora.

–Vámonos. Son unas estrechas. Seguro que son unos cardos y por eso se esconden– los insta un tercero.

A regañadientes y amenazándonos, se acaban yendo. Yo miro por un momento al supuesto guardaespaldas. ¿O la supuesta? Me hace un gesto con la cabeza. Y se aleja. Pen les saca la lengua.

–Eso ha sido peligroso. No tendrías que arriesgarte tanto– me coge Jiao del brazo. Está temblando.

–Menos de lo que crees. Está prohibido pelear aquí. Si hubieran hecho algo, los vigilantes hubieran intervenido. Mira allí. Son vigilantes que se habían acercado por si acaso– les explico, señalando con la mirada a un hombre y una mujer que ya se alejan.

No les digo nada del guardaespaldas. Si no lo saben, está bien así. Puede que las pusiera nerviosas.

–Has sido muy valiente igualmente– me alaba Meixiu.

–No deberías decirle eso. Igual se lo cree– se ríe Dandan.

También estaba asustada. Aunque está más acostumbrada. Como esclava, ha visto y sufrido muchas situaciones.

–Sí, sí. No querrás que vaya presumiendo por ahí todo orgulloso y creído– se burla An.

–Estaría insoportable– añade Sai.

–Más de lo que imagináis– se suma Pen.

Todas se ríen. Incluida Da Ting. Mientras yo solo puedo encogerme de hombros y suspirar. Por lo que sea, eso también les hace gracia.

Puedo ver que esos cuatro nos miran con hostilidad. Quizás piensan que nos reímos de ellos. Da igual. No pueden hacer nada. Ni siquiera saben quiénes somos.

Los vigilo mientras seguimos explorando los diferentes puestos. Les acabo comprando unos dulces a instancias de Pen. Tengo unos cuantos de estos en el Almacén. A casi todas las chicas les gustan. Han comprado cuando hemos venido juntos. O se los han encargado a las gemelas.

—————

Charlan animadas mientras nos vamos. Sin duda, lo han disfrutado. Yo llevo las compras de Pen. Da Ting las del resto en un anillo de carga. Incluso ella parece un poco más animada y abierta. No habla mucho, pero al menos ya no se esconde.

Entramos en la secta y nos disponemos a separarnos. Es una pena. Ha sido divertido.

–Están esos cuatro vigilándonos. Puede que nos quieran seguir para ver quiénes somos– advierte Pen.

–¿Qué hacemos?– pregunta preocupada Da Ting.

–Intentemos perderlos. Si no, entramos todos en vuestra facción– propongo.

–¿Por la lavandería?– sugiere An.

–Mejor por la cocina– opina Dandan.

–Los dos me están bien– asume Sai.

Conocen tan bien como yo las entrañas de los diferentes lugares por donde trabajan los esclavos. No debería ser difícil perder a nuestros perseguidores.

–La lavandería está más cerca. Hay menos gente ahora. Será más difícil perderlos si entran, pero no creo que lo hagan. Siempre podemos pasar por la cocina si aún nos siguen– recomienda Pen.

Le hacemos caso. Dandan ligeramente enfurruñada. Aunque no le dura demasiado. Da Ting parece ¿excitada? Bueno, supongo que no tiene muchas emociones dentro de la facción.

La veo mirar a todos lados con curiosidad A las ropas extendidas. A los esclavos que nos miran extrañados. Una señal de Pen les da a entender que somos de los suyos. Más o menos.

Salimos por una puerta al otro extremo del edificio. Nuestros perseguidores al final nos han seguido por dentro. Pero han tropezado con algunos esclavos que se han cruzado casualmente. Incluso se han acabado volviendo. Ante la amenaza de que estaban interrumpiendo el trabajo. De que tendrían que pagar si había retrasos.

Nos han dado tiempo para salir y alejarnos. Nos separamos enseguida. Ellas se van a la facción ilusoria. Da Ting con los ojos brillantes. ¿Le ha gustado esto último?

Veo de reojo al guardaespaldas. Las sigue de lejos. No le hemos dado esquinazo como a los otros. Es bueno.

Yo me voy con Pen. Tengo que darle las compras. Y quizás algo más. Sería una buena forma de acabar nuestra cita.


Load failed, please RETRY

Weekly Power Status

Batch unlock chapters

Table of Contents

Display Options

Background

Font

Size

Chapter comments

Write a review Reading Status: C167
Fail to post. Please try again
  • Writing Quality
  • Stability of Updates
  • Story Development
  • Character Design
  • World Background

The total score 0.0

Review posted successfully! Read more reviews
Vote with Power Stone
Rank 200+ Power Ranking
Stone 17 Power Stone
Report inappropriate content
error Tip

Report abuse

Paragraph comments

Login

tip Paragraph comment

Paragraph comment feature is now on the Web! Move mouse over any paragraph and click the icon to add your comment.

Also, you can always turn it off/on in Settings.

GOT IT