Han pasado cuatro días desde que desvirgué por segunda vez a Rui. Desde entonces, Ning ha estado trabajando muy duro, más que nunca. Me pregunto cómo debería estimularla cuando lo logre para que siga trabajando así. Por lo que se ve, incluso estuvo practicando en el prostíbulo. Entre cliente y cliente. Cuando no estaba con las otras chicas. Al parecer, ha hecho algunas amigas allí.
El otro día se le declaró uno de sus clientes. Lo rechazó sin pensárselo. Dice que es solo mía. Sus clientes solo son una diversión pasajera. Para pasar el rato y ganar dinero para mí. Lo confesó entre orgasmo y orgasmo. Entre gritos de "Amo".
Salgo de hacer las copias cuando me encuentro a Jiao. Me está esperando.
–¿Vendrás esta noche? Te estaremos esperando– me susurra, sugerente.
Esta vez ni siquiera ha traído una nota. Lo único que lamento es que el lugar es concurrido. No puedo estrujar su culo o besarla.
–Claro. ¿Cómo podría no ir?– le aseguro.
Ella sonríe. Quizás se sonroja levemente. Lo disimula. Es preciosa. Asiente y se va. Apenas han sido unos segundos. No me ha dicho quién. Supongo que Sai. Con Jiao y Meixiu.
Solo de pensarlo me excito. Así que saco a Rong en cuanto llego a la cabaña. A Rui y Hai las he usado antes para recargar qi.
–Sírveme con tu boca y tus tetas– le ordeno.
–Sí Amo– obedece.
Le guste o no, no se queja. Se arrodilla. Mete mi miembro en la boca. Hasta el fondo. Lubricándolo con su saliva. Entonces usa sus enormes pechos para envolverlo. Mientras su lengua y sus labios trabajan con la punta.
El tacto suave de sus pechos es delicioso. Pero prefiero en el de su interior. Así que me tumbo en la cama. La hago ponerse sobre mí. Cabalgarme. Sus gigantes pechos botando. Todo un espectáculo.
–Tus tetas me han quedado bastante bien, ¿no crees?
–¡Aaah! Sí, Amo. ¡Aaaaaah!– responde ella.
No es muy apasionada en su respuesta. Me gustaría que sacaran leche. He intentado seguir el ejemplo de Shun. Pero hay algo más que no puedo controlar. Dejarla embarazada no es una opción. No sé si podría mantenerla dentro. Y el niño sería un problema.
Me incorporo y pongo uno de sus enormes pechos en la boca. Apenas un pequeño bocado comparado con su tamaño. Clavo ligeramente los dientes. Ataco con la lengua sus prominentes pezones.
Con una mano ataco el otro pecho. Es inmenso y blandito. Puedo estrujarlo y cambiar su forma. Es erótico hacerlo. Y ver como vuelve a su posición y forma original cuando lo suelto.
La otra mano juega con una de sus enormes y redondeadas nalgas. Las hice crecer mucho más firmes que sus pechos. Aunque también pueden estrujarse. Es una sensación diferente, pero también muy sensual.
Ella gime. Ya no trata de reprimirse. Creo que le molesta no poder controlar el placer. Estar a mi merced. Sigue teniendo ese parte de rebelde. De no ser mía del todo. De no poder confiar en ella.
Le clavo los dientes cuando se corre. También estrujo más fuerte con mis manos. Inmediatamente, la empujo contra la cama. La cojo de los tobillos y le abro más las piernas. Empiezo a embestir sin compasión. Sin dejarla recuperarse. Disfrutando de ella. Del espectáculo de sus masivos pechos botando sin parar. De toda la extensión de su estrecha vagina. De su rostro y gemidos rendidos al placer. De llenarla.
La devuelvo aún jadeando. Llamo a Ning. La hago cabalgarme de espaldas. Mientras practico con el bastón. El instructor aconsejó no solo practicar a solas. Mejor si algo nos distraía. En un combate, cuando realmente hace falta, estamos llenos de distracciones.
Tener a Ning follándome apasionadamente es una buena distracción. Reconozco que el primer día apenas pude practicar. Ahora lo hago mejor, aunque no es fácil. Tiene la ventaja adicional de que puedo ir absorbiéndole qi a medida que lo gasto.
Tengo que concentrarme en hacer el control de qi más pequeño. A la vez que uso qi para que ella se corra. Mientras intento que el placer no me haga perder la concentración. Creo que en unos días más podré empezar a practicar con más de un punto en el bastón.
Las chicas también están practicando algo parecido. Después de que les expliqué lo que me había dicho el instructor, las gemelas empezaron a investigar. Y yo pregunté a Fen Huan y Tai Feng. Al final, conseguimos averiguar los fundamentos básicos a practicar. Tampoco es que sea ningún secreto. Solo hay que ser consciente de ellos para poder buscarlo.
Los principios son similares, aunque con diferencias. Los que tienen armas de filo, como Shi o las gemelas, se concentran más en dicho filo. A veces para cortar. Otras para que sea más resistente. Song tiene filo en la punta casi solo para atacar. Y la defensa en el asta. Un poco como mezcla de bastón y daga. A Liang aún le falta un poco de cultivación. Necesitará añadir qi sobre todo en la punta de las flechas. Además, ha de ser un qi que persista una vez pierde el contacto. También en el arco
No obstante, lo primero es controlar un qi cada vez más pequeño. Luego poder usar varios o darles formas. Y en eso estamos todos. Yo a la vez que follo a Ning. Sigo después de devolverla.
Me tomo un pequeño descansando llamando a Lang. Ella también estaba descansando. Ataco sus labios con los míos, sin dejarla reaccionar. Tarda unos segundos en responder. En abrazarme. Me sonríe tímida. Nos volvemos a besar. Aprovecho para sobar su cuerpo. Con especial atención a sus pechos.
–Es un adelanto. Luego continuamos– le aseguro cuando nos volvemos a separar.
Ella sonríe. La devuelvo. Prometí no molestarlas mucho entre horas. También prometí hacerlo un poco. La verdad es que me gustaría molestarlas más. Pero han sido muy firmes en ello. Tanto que Shi me confesó después que lo hacían también por ellas. Me suplicó que no insistiera. Si no, no podrían resistirse. También dijo que tampoco pasa nada si lo hacía de vez en cuando.
Quieren hacerse más fuertes. Que yo me haga. El objetivo más inmediato es la venganza de las gemelas. Defenderme del estudiante Fen. La posible amenaza de algunos de los que me han mostrado hostilidad. A largo plazo, poder defender nuestra recién adquirida libertad. Felicidad. No sabemos que peligros nos deparará el futuro. Debemos prepararnos.
—————
Para mi sorpresa, están las cinco esperándome. Sai, An, Dandan, Meixiu y Jiao. Sai ha esperado un poco más para estar todas juntas. Para compartirme con sus hermanas. Creo que también para "molestarme" menos. No dudo en respetar sus deseos.
Sai ha subido a tres y sus hermanas a dos. Meixiu y Jiao están cerca de la uno. Las ayudaré un poco.
Tener a sus cinco culos formando uno junto al otro es de lo más sugestivo. Que todas me ataquen a la vez es divertido y erótico. Follarlas una a una es más íntimo. Aunque también resulta interesante hacerlo con dos, tres, cuatro o todas ellas.
A ratos disfruto de un par de pechos. A ratos de varios pares. A ratos una disfruta jugando con mi cuerpo. A ratos varias de ellas o todas. Mi cuerpo tiene marcas de sus labios en cada rincón. De sus chupetones. Tengo complejo de caramelo.
En uno de los descansos me aseguran que Da Ting las trata muy bien. Creo que se ha chivado de que dije que las cuidara. No lo confiesan, así que no puedo estar seguro. Se ve que siempre había sido una estudiante un tanto solitaria. Al ser la discípula directa de la maestre, tiene un rango superior. Eso crea distancia. Además que no le gusta que le hagan la pelota.
La llegada de las tres hermanas cambió eso. Como eran esclavas, el rango no tenía importancia para ellas. Todos estaban por encima. Pero tenían una situación especial por su constitución. Así que cuando Da Ting tuvo que instruirlas por orden de su maestra, los rangos resultaron difusos. Eso, unido al carácter extrovertido de alguna de ellas, las hizo sorprendentemente intimar bastante. Se convirtieron en buenas amigas. En confidentes. Las primeras que Da Ting ha tenido.
A eso hay que añadir que Meixiu y Jiao son las asistentes personales de Da Ting. Hasta entonces, la relación era jerárquica. Por mucho que se apreciaran, no era fácil de cambiar. Sin embargo, con las tres hermanas, las otras dos hermanas tenían el mismo rango. Así que acabaron haciendo de puente para cambiar la relación. Aunque no lo muestren puertas a fuera, parece que Meixiu y Jiao son ahora amigas muy íntimas de Da Ting.
Lo único que me preocupa es qué le habrán contado todas ellas de mí. Me cae bien. Espero que no me coja manía. Al menos, no impide que sus asistentas estén aquí con nosotros. Durmiendo. Apoyadas una en mí y la otra en su hermana.
Me despido por la mañana con la única pega que tendré que esperar un mes para volver a verlas. Aunque ha sido intenso. Me he asegurado de llenarlas bien. De disfrutar mucho de ellas. De hacerlas disfrutar conmigo. Ojalá pudiera quedármelas para siempre. Quizás soy un poco codicioso.
—————
Una semana después de visitar a Sai y sus hermanas, las echo de menos. Me consuela el haber avanzado con mi dominio de qi. Ya puedo imbuir dos puntos del bastón. De hecho, puedo hacerlo desde hace dos días. Aunque entonces apenas lo conseguía unos segundos. Ahora ya es casi estable.
No es fácil moverlos independientemente. Ni reducir el tamaño de los dos a la vez a la anchura de un dedo. De todas formas, no me preocupa mucho. Puedo notar cada día como mejoro un poco. De hecho, sé como reducir el tamaño. Solo que me cuesta hacerlo controlando dos puntos.
Las chicas no han mejorado tanto como yo. Aunque Shi casi. Si pudieran entrenar con la misma cantidad de qi que yo, me sobrepasarían con creces. Lo más curioso son las gemelas. Oyeron una forma especial de hacerlo con dos personas muy compenetradas. Y quisieron intentarlo. Sin duda, ver pasar el qi de una daga a otra resulta impactante.
También van probando a colisionar sus armas con qi de diferentes formas. No solo es el tamaño de la zona de qi, sino su concentración, su densidad. Si es qi más ofensivo o defensivo. Les divierte. Claro que luego me toca a mí. Eso les divierte más.
En el último entrenamiento, tuve que experimentar todos sus descubrimientos. Mis quejas no sirvieron para nada. Excepto para que se burlaran de mí. Aunque luego me vengué cuando nos bañamos juntos. Se dejaron.
También me quedó claro que debo mejorar mi técnica de movimiento. La había dejado un poco de lado. Ellas no. Me destrozaron. Ahora la estoy practicando cuando camino. Es un gasto de qi, pero lo recupero con facilidad. Simplemente practicaré otras cosas con más cuidado.
De hecho, últimamente, por la noche estoy casi sin qi. Recargo con las esclavas. Practico un poco más. Acabo de recargar con las chicas. Quería absorberles menos, pero no me dejaron.
Quizás la peor noticia es que Chun Hua ha salido de su reclusión. Ha logrado alcanzar la etapa cinco, como mis pervertidas. Por suerte, parece que está tan llena de sí misma que las deja en paz. Ha presumido un poco y jactado que las superará. Creo que se sintió humillada cuando la sobrepasaron.
No sé qué pensará cuando lo vuelvan a hacer. No pienso dejar de ayudarlas solo porque esa presuntuosa se sienta ofendida. Además, no puedo estar seguro de que no actúe contra ellas igualmente.
Aún no estoy seguro de si el asunto con Zhi Mu y su hermano se ha solucionado. Creo que no. Y todo es culpa de Chun Hua. Es una víbora que se hace pasar por una inocente flor.
Me preocupa conseguir carne. Todavía nos queda para Terror y Rayitas. Aunque va bajando. Además, les convendría de bestias más fuertes. Han ganado poco poder últimamente.
La que más nos falta es de bajo nivel para las salamandras. Las de alto nivel es demasiado para ellas. El problema está en que van ganando tamaño. Comen cada vez más. Carne de bestias de la etapa uno y dos por ahora. De la tres es demasiado para ellas. Por suerte, sus instintos impiden que coman más allá de lo que son capaces. Si no, quizás hubiéramos tenido algún accidente.
–¡Aaah! ¿Por qué no vas a ver a mamá? ¡¡Aaaaaahh!! Eres su tipo. Si te la follas, te hará un buen precio. ¡¡¡HHHHHAAAAaaaahhhHH!!!– sugiere Hai.
Le estoy perforando su culo. Su rostro contra una almohada. A cuatro patas. Mientras me aseguro de que sus pechos hayan quedado bien. Tengo que comprobarlo cuantas veces sea necesario.
–¿Puedo fiarme de ella? ¿Dijiste que compraría leche?
–Sí… ¡¡Aaaaaaahh!! La gente confía en ella… ¡Aaah! No engaña como padre… ¡¡Aaaaaahh!! Pero está frustrada. Padre casi no la folla… ¡¡¡Aaaaah!!! Desde que se trajo su tercera mujer. Esa mujer es una puta traicionera… ¡¡¡Aaaaaaaaahhhh!!! Comprará la leche. Solo trátala bien. Hazla correrse y te tratará aún mejor. ¡¡Aaaaaahhh!! Lo mejor es ir antes de que cierre. Déjala que ella se insinúe y… ¡¡¡Aaaaaaaahh!!! Síguele la corriente… ¡¡¡¡¡HHHHHAAAAAAaaaaaaAAHHHHH!!!!!
Que mientras se corre me sugiera tirarme a su madre resulta un tanto insólito. Supongo que puedo ir a verla. Al menos comprarle. Lo del sexo tampoco me fío mucho de lo que dice Hai. Probablemente exagera. O esté obsesionada.
A Shun hace unos días que la subí a la etapa dos. Ahora tengo algo de leche de mejor calidad. Wei se ha adaptado bastante bien. Ayuda que la leche no sube de nivel de golpe. Lo va haciendo progresivamente.
Creo que iré mañana a ver a la madre de Hai. Las chicas estuvieron probando ayer por la noche lo que compraron y modificaron. Mi "traje de incógnito". Parezco uno de los muchos cultivadores errantes que a veces pasan por la ciudad. Algunos vienen a la secta a hacer intercambios. Las telas algo gastadas, el rostro tapado y un sombrero que parece un cuenco. Lo llaman Kasa.
El disfraz es completado con un par de espadas y una daga. No de gran calidad. No hay que llamar mucho la atención. Debo parecer ni muy rico ni muy pobre.
Me han hecho dar varias vueltas sobre mí mismo. Andar. Correr. Saltar. Desenvainar las espadas. Posar en diferentes posturas. De hecho, han estado jugando conmigo más de lo necesario. Se han divertido bastante. Incluso Wang estaba. No estoy seguro de si por propia voluntad o si ha sido arrastrada.
Wei ha estado despierta la mayoría del tiempo. Parecía disfrutar. Sin saber qué pasaba. Las chicas la han cogido. Tirado por los aires. Hecho aplaudirme. Abrazado. Jugado con ella.
Shun no se ha quejado ni un momento. Sonreía. Está claro que confía en ellas. Bueno, son las autoproclamadas tías de la niña. A mí se refieren como tío Kong cuando hablan con la niña. Evidentemente, no las entiende.
Lo que sí es evidente es que el aura de la niña se ha intensificado. Debido a la subida de la calidad de la leche de su madre. Se ve que los niños pueden abrir los meridianos naturalmente. Y fomentar el crecimiento de su mar de qi.
En parte, eso es gracias al pequeño tamaño. O a que se forman a la vez que se abren. Quizás los forman abiertos. A medida que crecen, se van consolidando. Lo mismo para el mar de qi. A más calidad de la leche, más se abren. El problema es que la calidad no puede ser muy alta al principio. Debe aumentar poco a poco.
Eso es un problema para madres de nivel alto de cultivación. Por ello, compran leche de menor nivel. También compran quienes no tienen cultivación pero sí dinero. Y quieren dar un futuro con qi a sus hijos. Luego están las que simplemente no quieren dar de mamar. Por todo ello, la demanda suele ser alta.
Ahora tengo unos noventa litros de la etapa uno. Shun genera unos tres litros extra por día. Quizás porque la ordeñamos continuamente. De la dos, tengo unos diez por ahora.
–Hola. Tú debes ser Kong, ¿verdad?– me interpela una voz femenina
–Sí, soy yo– respondo, intentando no mostrar mi disgusto.
Es Chun Hua. ¿Qué querrá? No creo que nada bueno. No nos conocemos de nada. Esperaba no tener que lidiar con ella directamente. La única razón que se me ocurre es que quiera fastidiar de alguna forma a mis pervertidas. Por suerte, no aparecerán. Si no, podrían pelearse.
Las he dejado durmiendo. He pasado la noche con ellas. Las he despertado muy sensualmente. Luego hemos tenido una larga sesión matinal. Se han vuelto a dormir. No saldrán hasta el mediodía.
–He oído hablar de ti. Del esclavo que ingresó en la secta como estudiante. Muchos siguen pensando en ti como un esclavo, me parece injusto. Así que he pensado que podría echarte una mano. Únete a nuestro grupo, así tendrás nuestro apoyo. El resto verán que eres uno de los nuestros y te tratarán con respeto. Mejor si dejas de ver a esas dos brujas. Lastran tu reputación– me ofrece.
Ya veo. Esa víbora pretende que deje a Liu y Lang. Todo lo demás es un pretexto. Incluso se acerca a mí medio seductoramente. Puedo ver un ligero atisbo de su escote. Oler la fragancia de su perfume. Es dulce y suave. Quizás le haya funcionado con otros. Con algunos de los que la están siguiendo. Que la miran con adoración.
Quiere aparentar ser magnánima. Tener buen corazón. Claro que yo conozco su verdadera naturaleza. Me gustaría abofetearla aquí mismo. Estoy tentado.
–Digno de lady Chun. Tiene tan gran corazón…– la elogia uno.
–Date prisa y arrodíllate para aceptar su generosa oferta– me apremia otro idiota.
–Tanta benevolencia… Nuestra lady Shu es una santa– sigue un tercero.
Me dan escalofríos. Supongo que se creen lo que dicen. O creen que pueden seducirla si actúan así. Lo que sea. No me interesa.
–Gracias por la generosa oferta, pero no puedo aceptar. Prefiero seguir mi propio camino, por duro que sea. Saluda a Zhi Mu de mi parte– la rechazo
Por unos instantes, se queda rígida. De sus ojos puedo percibir un brillo claramente hostil. Aunque rápidamente desaparece. Fuerza de nuevo una sonrisa.
–Es una lástima. No podremos protegerte así de posibles accidentes. Si cambias de opinión, ven a verme– ofrece, con una amenaza velada.
–Vaya un estúpido, rechazar una oferta tan generosa. Sigue siendo un sucio esclavo– me insulta uno de sus seguidores.
Me giro. Ignoro lo que sea que escupan por la boca. Mi última frase quizás era innecesaria. He mostrado claramente mi enemistad. Lo ha entendido perfectamente. Da igual. Prefiero que intente ir contra mí que contra mis chicas.
–Calmaros. Él no tiene la culpa de ser así. Me rompe el corazón que sea tan desagradecido– la oigo decir.
Diría que más que defenderme intenta agitarlos contra mí. Las repuestas de sus lameculos refuerzan mi teoría. Al menos son todos de nivel bajo. Aunque siempre pueden tener hermanos más poderosos. O esa víbora puede pedir ayuda a su hermana. Estaba en la etapa tres de Alma si no recuerdo mal. También tenía su corte de aduladores. Tendré que ir con cuidado. Pedirles que las vigilen. ¿Qué he hecho yo para ganarme tantos enemigos?
—————
La verdad es que el encuentro con Chun Hua me ha puesto de malhumor. Quizás por eso Hai está contra la pared. Con sus piernas y brazos a mi alrededor. Sus pechos apretados a mí. Mientras la empujo contra la pared a cada embestida. Dejándome llevar. Soy más bien brusco. Aunque añado qi para que lo disfrute.
–¡¡Aaaaah!! ¡Amo! ¡Tan duro!
La penetro de golpe hasta el fondo y me quedo unos segundos mirándola. Totalmente dentro de ella. Empotrándola contra la pared. Apretando mis dedos en sus nalgas. Ella con la boca abierta.
Cuando se recupera. Salgo y vuelvo a entrar. Volviéndome a quedar dentro unos segundos. Lo repito embestida a embestida. Reafirmo mi dominio sobre ella. Forzándola a mirarme. A mostrarme su rostro lleno de placer. A veces fuerzo un beso cuando estoy dentro. Lágrimas de placer le resbalan cuando se corre. No puede controlarse la última vez, cuando la lleno de mí.
Cuando la devuelvo, puede verse las marcas de mis dedos en sus nalgas. Se queda un rato estirada sin moverse. Con una sonrisa en los labios.
Tras practicar un poco. Empotro también a Rong contra la pared. Dándome la espalda. Puedo así contemplar su turgente culo. Manosearlo. Incluso azotarlo. A cada embestida, todo su cuerpo se aprieta contra la madera. Sus pechos hacen de amortiguadores. Enormes amortiguadores.
La follo igual que a Hai. Embestida a embestida. Disfrutando de su interior. Analmente. Dominándola. Reclamándola otra vez. Aunque ella se niegue a ser mía del todo. Y eso que es la única de mis esclavas que aceptó voluntariamente. Claro que era yo o las hienas. Eso no quita que le salvé la vida.
La lleno de mí. Varias veces. La cojo del pelo. La obligo a girarse. A besarme. No la suelto sino que ahora penetro su vagina. Bombeo rápidamente. A la vez que estrujo uno de sus pechos. No tardo mucho en volverme a correr. Ella también.
La suelto. La dejo caer. Llena de mí en los dos agujeros. Jadeando. ¿Quizás me he pasado un poco con ella? Aunque lo ha disfrutado…
–¿Estás bien?– le pregunto.
–Sí… Amo…– responde indecisa. Quizás sorprendida por la pregunta. O por la reacción de su cuerpo.
La devuelvo poco después. La dejo descansar un rato.
Yo tengo que practicar. Después comer con las chicas. Charlar con ellas. Jugar con ellas. Aunque no me dejan tener sexo. Casi nunca a esta hora. Aunque entiendo por qué. Las veces que nos hemos dejado llevar, hemos acabado perdiendo toda la tarde. Aunque ha sido divertido.
Me encanta estar con ellas. Wei me ha cogido del pelo. Terror me ha robado una nuez. Rayitas quizás encuentra mi cabaña un poco pequeña. Se la ve más animada cuando la saco por el bosque. Aunque no rechaza nuestras caricias.
–Ja, ja. Parecemos sus esclavos– ríe Liang.
Ella, Yu, Lang y yo la estamos acariciando. Está estirada sobre o junto a los cuatro. Wei juega con la cola. Song está recostada en mi hombro. Yi me da de comer entre risas. Varias veces me ha tirado la comida encima. No estoy seguro cuántas ha sido queriendo. La lame de mi cuerpo eróticamente.
Wang no nos hace mucho caso. Aunque no lo necesita, le encanta comer. Shi está jugando con Terror. Creo que le está enseñando algo. A ratos, me dice que le haga señales. Nuestra ratita obedece. Creo.
Luego hacemos una prueba con una de las salamandras. La traigo. No puedo devolverla. Parece asustarse de mí. Hasta que le ofrezco comida. Es la que más le gusta. No le han dado de comer para que estuviera hambrienta. Cuesta un rato, pero acaba comiendo de mi mano. Dejándose tocar. Es resbaladiza. Viscosa. Puedo devolverla de nuevo.
Haremos lo mismo con las otras. Para que se acostumbren a mí. Les han puesto nombre.
–Es Saluno– me la ha presentado Song, riendo.
Las otras son Saldos, Saltres, Salcuatro… No es muy original. El mayor problema es distinguirlas unas de otras. Ellas me aseguran de que es fácil. Quizás cuando las tenga juntas.
—————
Por la tarde, salgo para el mercado. Después de compartir una preciosa hora con Shu. Últimamente se lavan la cara al entrar. Se la vuelven a ensuciar al salir. Incluso los dientes. Dicen que soy el único que las ve así. Son adorables.
Me disfrazo y voy al mercado. Aprovechamos para comprar algunas cosas. Incluidas más hierbas para Wan. Ha prometido una y otra vez que no es un gasto. Que es una inversión. Que cuando pueda hacer píldoras, recuperaremos lo gastado.
Seguro que es verdad. Aunque llevará un tiempo. Por lo visto, al principio estropean muchas. Por ahora, es un gasto, pero podemos afrontarlo.
Luego salgo del mercado por un lateral y me vuelvo a disfrazar. Me aseguro de que no me sigan. Llego a la ciudad por el bosque. Hay animales salvajes, pero no son peligrosos en mi cultivación. Entro por otra puerta de la ciudad. Disfrazado de cultivador errante. Las chicas me han puesto un poco de barro en cara y manos antes de dejarme ir. No estoy seguro si era necesario o lo hacían para divertirse.
Avanzo por la ciudad, mirando de reojo a todos lados. Aunque me encuentre a mi querido estudiante, no creo que me reconozca. Pero mejor ser precavido.
Al cabo de unos minutos, estoy frente a la tienda que me ha indicado Hai. La que lleva su madre. Una de las tiendas secundarias donde está exiliada. He estado esperando hasta que estuviera un poco vacía. Tenía bastantes clientes. La mayoría hombres.
Entro y me atiende una joven de pelo azabache. Es esbelta, de proporciones modestas. Lleva un vestido ajustado verde, con varias decoraciones. Abierto por las piernas a los lados. Cerca hay una mujer de mediana edad. Con curvas mucho más pronunciadas y un vestido similar. Rojo. Supongo que es Guo Xua, la madre de Hai.
Tiene el pelo morado, recogido en un moño. Su vestido es más atrevido que el de la asistente. La abertura de las piernas empieza antes, casi a la altura de su cintura. Una tira roja sugerente parece pertenecer a sus bragas. Quizás su tanga. Más abajo empiezan unas largas medias. La piel del lateral de sus nalgas expuesta. Si se está de lado como yo.
Sobre sus pechos, el vestido también tiene una abertura. Deja visible algo de su escote. No demasiado. Solo sugiere. Es erótico.
Lleva bastante maquillaje. Sus pechos son más voluminosos que los de su hija. También lo es su culo. Tentador. El vestido no lleva mangas. Deja ver la piel blanca de sus hombros. La parte superior de sus brazos. El resto va cubierto de unos largos guantes negros.
Me mira. Nuestras miradas se encuentran. Me sonríe. Vuelve a atender a su cliente.
–Tengo leche materna para vender de etapas uno y dos. Estas son las muestras– informo a quien me atiende.
–Ahora lo compruebo. Espere un momento, por favor.
Se va a la parte de atrás de la tienda.
–Ahora vuelvo– oigo decir a Guo Xua.
También se va a la parte de atrás. Vuelve en apenas unos segundos. Su cliente se queda mirándole el culo, yo también. Su forma de caminar es bastante seductora. Sus caderas se mueven de lado a lado. Sin duda, tiene un gran atractivo.
Paragraph comment
Paragraph comment feature is now on the Web! Move mouse over any paragraph and click the icon to add your comment.
Also, you can always turn it off/on in Settings.
GOT IT