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43.72% Cultivación prohibida (+18) / Chapter 108: Combates obligatorios

Chapter 108: Combates obligatorios

Solo Song me ha regañado por estar preocupado. No estoy seguro si sigue cayéndole mal Ning. Quizás quería quitarle importancia. Como sea, sus pechos apretados a mi espalda mientras me abrazaba eran demasiado estimulantes.

Lo hacía queriendo, por mucho que lo negara. Por mucho que dijera que era culpa mía por excitarme. Que era un pervertido. Esta noche me las pagará. Si me deja.

He ido tres veces más a echar un vistazo. En todas parecía estar bien. Aunque quizás actuaba. He estado tentado de pagar sus servicios para asegurarme. Aunque era imposible. Había cola.

Ahora la estoy esperando. Tarda un poco en llegar. Bueno, no podía saber cuánto tardaría en salir. Me impaciento.

–¡Amo!– exclama al verme.

–Luego hablamos.

Asiente. La envío a su habitación. Veo como se desnuda y deja el vestido aparte. Luego se sienta en la cama. Se levanta. Se vuelve a sentar. Parece nerviosa. Así que la llamo cuando llego a la cabaña.

–¿Cómo estás? ¿Cómo ha sido?– le pregunto.

–Peor de lo que pensaba– responde.

Parece un poco decaída al hacerlo. ¿Quizás ha sido duro para ella? ¿Quizás no debería haberla dejado ir?

–Pensaba que tendría un montón de sexo, pero no duran nada. Y su semen no está tan bueno como el de Amo. Van todos prepotentes, y a los dos minutos ya se han corrido. Es frustrante. Ni cuando han sido tres a la vez. Estaba ilusionada, y se han corrido uno tras otro. Encima tenía que decirles lo buenos que eran– se queja.

Bien, no es lo que esperaba. ¿Está frustrada porque no ha sido suficiente? No estoy seguro.

–Entonces, ¿no quieres volver más?– le pregunto.

–¡No! ¡Déjame volver! Se corren enseguida, pero es mejor que nada. Es divertido verles intentar aguantar y no poder. La mayoría solo podían dos veces. A la tercera no se les levantaba. Solo uno ha podido cuatro. Je, je. Tan torpes.

Estoy sin palabras.

–Sabes, ninguno sabía follar de verdad. Todos estaban centrados solo en su placer. En correrse. Ninguno ha intentado darme placer. Ya sé que son clientes y pagan por eso, pero tampoco les costaba tanto– vuelve a quejarse –. Las otras chicas decían lo mismo. Parecían un poco preocupadas por mí por ser mi primera vez allí. No sé por qué.

Bueno, puedo entenderlas. Para la mayoría debe de ser duro. No creo que haya muchas como Ning. Supongo que tengo parte de culpa. Bastante parte.

–Al menos, ninguno ha sido agresivo. Dicen que alguno a veces se ponen, aunque es raro. Tenemos un talismán para llamar a seguridad si hay algún problema. Se ve que los tratan sin contemplaciones. Amo, por favor, fóllame. Quiero sexo de verdad– me pide al final.

Me mira con ojos vidriosos. Yo estaba preocupado. Que me devuelva mi preocupación.

–Ah, espera, toma. Son muchos puntos para Amo. No siempre serán igual. Cobro más por ser nueva y porque hay demanda, luego bajará un poco.

Vuelca los puntos en mi tarjeta. Son poco más de un millón y medio. El burdel se lleva un porcentaje. Es bastante. Por tiempo dedicado, pagan mejor las copias. Aunque necesito una semana para reunirlo. No puedo hacer más de tres por día. Y se gasta mucho qi. Es mucho más de lo que consiguen la mayoría de estudiantes de su etapa. A no ser que arriesguen su vida. No me extraña que algunos se prostituyan. Los recursos que proporciona la secta apenas son suficientes.

–Bien. Empieza por servirme– le ordeno.

–¡Sí, Amo!– responde con entusiasmo.

Mete el miembro en su boca a la vez que se masturba. Su lengua acaricia las partes más sensibles. Incluso añade un poco de qi. Lo ha ido aprendiendo poco a poco. No me extraña que se corran enseguida. Si no me concentrara en aguantar, no tardaría mucho más. O sin las técnicas de la Residencia y mi Yang.

Ella no se impacienta. Nunca lo hace. Lo saca de la boca. Lo lame. Lo vuelve a meter. Lo hace entrar y salir. Su lengua siempre activa. Disfruta.

Me corro en su boca. Esta vez no en su garganta. Le gusta más. Así puede saborearlo. Hoy la consiento un poco. Mientras lo hace, me mira con expectación.

–Acuéstate. Piernas dobladas hacia arriba. Que toquen la cama. Cógelas con las manos– le ordeno de nuevo

–¡Sí, amo!

Obedece. Sus piernas abiertas. Hacia atrás. Haciendo gala de su flexibilidad. Su vagina totalmente expuesta. Chorreando. Esperándome. Sus ojos me miran suplicantes. Me acercó a ella. Pongo mi miembro en su entrada. Lo restriego. Hago un par de veces ver que entro. Se moja con sus jugos. Provocándola. Aumentando su deseo. Finalmente, la penetro.

–¡¡Aaaaaaaahhh!! ¡Amo está dentro por fin!

Empiezo a bombear. Sin tregua. Aprovecho su posición expuesta para entrar hasta el fondo. Con facilidad.

Su vagina me aprieta. Experta. Nos hace sentir placer a los dos. El qi que añado la hace gemir con fuerza. Ya sea en mi miembro o en las manos. Que juegan con sus pechos.

–¡Aaahh! ¡Amo es el mejor! ¡¡¡AAAAAAAaahhh!!! ¡Aaaassssí! ¡¡AaaaaaaahhHHH!! ¡No como esos novatos! ¡¡¡AAAAAAAAaaaaahhhHHH!!!

No dejo que sus elogios se me suban a la cabeza. Creo. No tarda en dejarse llevar por el placer. La hago correrse media docena de veces. Hasta que casi pide clemencia. Casi. Ella nunca la pediría. Aunque no pueda más.

Disfruto de ella. Dominándola. De su estrechez. Del resto de su cuerpo. Resulta reconfortante saber que es mía. Aunque sigue sin apasionarme que otros la toquen. Que otros la follen. Ella no opina lo mismo. A decir verdad, mis chicas podrían decir lo mismo de mí. Que me quieren para ella solas. No es exactamente lo mismo que lo haga por dinero. Aunque lo cierto es que ella lo disfruta. Supongo que no me queda más remedio que aceptarlo. Por ahora.

La dejo tumbada. Jadeando. Llena de mí. Su vagina reclamada de nuevo. Mientras, me follo a Rui, Hai y Bronceada. Decido hacerlo como a Ning. Hai tiene problemas. No es tan flexible. Tampoco me extraña. Tendré que ir entrenándola. A Bronceada le falta un poco para llegar al nivel de Ning. A Rui no.

Me las follo una tras otra. Luego pongo a Ning a cuatro patas. Reclamo también su culo. Aunque ninguno lo ha usado hoy. La envío de vuelta satisfecha. Puedo verlo en su expresión. Y su lealtad no ha cambiado.

Supongo que si a ella le está bien, es una buena forma de conseguir dinero. Cuando la suba a Alma, cobrará más. Por eso hemos esperado hasta ahora. Para tener la posibilidad de subirla. De lo contrario, si subiera demasiado rápido dos etapas, sería sospechoso.

Solo va una vez por semana. Es la regla para todos los estudiantes que se quieran prostituir. Es el único burdel que trabaja con puntos de contribución.

De todas formas, si fuera una de las chicas en lugar de Ning, no podría soportarlo. Solo de pensarlo, he sentido un fuerte dolor en el pecho. Incluso Rui. Creo que tampoco dejaría ir a Hai. A pesar de todo, al menos es leal. Sobre Bronceada y Rong, no lo tengo tan claro. En especial la última. Claro que no me podría fiar de ellas. 

—————

Tres días después, me encuentro con una situación un tanto peculiar. Hay un grupo de estudiantes apabullando a otro. El primero parece más fuertes. Son más musculosos. El segundo no solo parecen más débil. También su actitud. Temerosa.

–Mañana volveremos. Se os acaba el tiempo. O lucháis con nosotros o vais a la Arena. Si vais, estaremos esperándoos y no tendremos piedad– les amenaza uno de ellos.

El resto del grupo de matones se burla de los otros estudiantes. Todos están en Alma. En etapas uno y dos. Pero hay una diferencia de fuerza. Al menos de actitud. Como sea, no es mi problema.

De repente, uno del grupo de matones me señala. Debería haberme ido enseguida para evitar meterme en problemas. Demasiado tarde.

–Tú. ¿Has tenido alguna pelea de práctica esta semana? Si no, te reto– me pregunta uno.

–No me interesa– le respondo, ignorándolo.

–¿Eres estúpido? ¿Quieres no recibir recursos? ¡Te esperaremos en la Arena! ¡Será peor!

–Haced lo que queráis. Adiós.

Me voy. Los ignoro. El que me ha hablado está rojo.

–¡Cómo te atreves a hablarme así! ¡Te voy a…!

Los suyos lo cogen. Si empieza una pelea aquí, tendrá problemas serios. Podrían incluso expulsarlo. Espero que se olviden de mí y no me den problemas. Por si acaso, estaré atento. Hablaré con los esclavos

Las peleas de práctica no me afectan. Prácticamente todos los estudiantes en Alma tienen que hacerlas. Son las reglas. Cuatro peleas de entrenamiento al mes, o dos victorias. Si no las haces, tienes que ir a la arena a pelearlas. No hacerlas significa quedarte sin el reparto de recursos. Como píldoras. O cristales de cultivo.

Supongo que es la forma de asegurarse que todo el mundo tenga una mínima experiencia en combate. Aunque se hacen bastantes trampas.

Yo no necesito los recursos, pero me resultan útiles. Puedo venderlos. O dárselos a otros esclavos para ayudarles. La única forma de librarse de hacerlas es tener algún tipo de permiso especial. No es mi caso. Simplemente, la regla no se aplica a mí.

Lo que dice en realidad es que todos los estudiantes que lleven más de 10 años deben tomar parte. Eso suele incluir a los de Alma y algunos de Génesis. Por mi parte, apenas llevo un mes como estudiante. Estoy muy lejos de los 10 años. Pero ellos no lo saben. Y no tenía por qué explicarlo.

Aunque me iría bien practicar. Con las chicas, solo puedo hacerlo si vamos al bosque. Vigilando mucho. En la cabaña, no hay casi espacio. Mmm. Quizás…

Me doy media vuelta. Ya se han ido los matones. Sigue el otro grupo. Parecen deprimidos.

–Si queréis, no me importaría hacer algunas peleas. Solo quiero practicar, me da igual perder. Siempre y cuando sean realmente amistosas, nada de intentar hacer daño– les ofrezco.

En realidad no hay límite de combates. Pero hay un máximo al que puedes retar a otros. Si llevas más, no puedes obligar a pelear a nadie contigo. Tampoco si tu cultivación es mayor. Pero sí combates amistosos. Incluso yo puedo hacerlos. Simplemente, no estoy obligado.

–¿De verdad no te importa perder? ¿Y los recursos?– pregunta uno de ellos.

–No llevo ni un año aquí, así que no estoy obligado. Pero sí que me iría bien un poco de práctica. ¿Os interesa o no?– insisto.

–¡Yo sé quién eres! ¡Tú eres es esclavo que llegó a Alma!– exclama otro.

–Sí, lo soy. Ex-esclavo. ¿Supone algún problema?– les miro.

Si hay cualquier atisbo de problemas, me voy. Me iría bien, pero no lo necesito.

–¡No, no! ¡Ninguno!– exclama el mismo que me ha reconocido –Solo me había sorprendido.

–Bien, ¿entonces algún voluntario? Uso bastón, y conseguí uno hace poco. Necesito practicar con él.

Acceden encantados. Podrían combatir entre ellos. Probablemente ya lo han hecho. No se puede repetir un mismo combate en un año. 

Me dedico a practicar sobre todo la circulación del qi en el bastón nuevo. En el punto justo para bloquear sus ataques. Un par usan espada. Otro lanza. Hay uno con dagas que no se atreve a acercarse. Lo tiene mal si no cambia. El último va con una maza un poco grande para él. Es un poco torpe con ella. También la adquirió hace poco.

Acabo perdiendo cinco combates. Así, ellos completan su cupo. O les falta uno menos. Y yo practico.

Si bien no son muy fuertes, tampoco son completamente negados. Lo que pasa es que les falta mucha práctica. Incluso yo tengo más experiencia que ellos. También actitud y confianza.

Sus esfuerzos están destinados a convertirse en alquimistas, creadores de talismanes, grabados, formaciones… Esos matones son bastante estúpidos. Dado que tienen una cultivación similar, es probable que les interesen sus servicios en el futuro. Resulta habitual que los artesanos practiquen y vendan a bajo precio. A ellos les será un poco más difícil comprarlo. O caro.

Estoy un rato hablando con ellos. Me resulta un tanto extraño. Hablar con otros estudiantes masculinos. Como amigos. Aparte de Tai Feng, es la primera vez. Resulta agradable. Incluso parecen interesados en cómo conseguí llegar a estudiante. No me discriminan por haber sido un esclavo. Quizás porque ellos también sufren. O quizás porque les he echado una mano.

También me han preguntado sobre los rumores de "mi éxito con las chicas". No he podido negarlo del todo. Me parece que ellos son bastante tímidos. Sin experiencia. Como mucho alguno habrá ido a un burdel. Probablemente la mayoría no.

La verdad es que no puedo darles muchos consejos. Lo básico. Que hablen con ellas. Que se conozcan. Se miran un tanto deprimidos. Parece que, por alguna razón, es difícil para ellos.

Ha sido interesante enfrentarse a otros adversarios. Sin querer matarlos. Solo comparando técnicas. Sin ir mucho más allá.

Me han dicho que hay otros en el grupo. Me han pedido que pierda con ellos el mes que viene. Me está bien.


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