Download App
40% Cultivación prohibida (+18) / Chapter 102: Un gasto imprevisto

Chapter 102: Un gasto imprevisto

Me acerco mientras los otros discuten. No estamos dentro de la secta, así que una pelea es posible. Aunque no a muerte. Es un lugar demasiado público.

El grupo tendría ventaja por el número. Aunque difícilmente saldrían indemnes. Así que no parecen atreverse. Por su parte, Tai Feng está más dispuesto. Incluso ha llevado una mano a su espalda. Al mango de su enorme espada.

–¿Qué está pasando aquí?– interrumpo.

–Nada, solo queríamos dar una lección a la esclava por ser irrespetuosa. Él se ha metido donde no le llaman– me informa uno de ellos, ofendido.

Me siento extraño por el respeto que me dan. Supongo que es por estar en Alma mientras ellos están en Génesis. No hace mucho, me habrían incluso escupido.

–Oh, bien hecho. ¿Cómo te llamas?

–Soy Lu Bo– me saluda con un leve reverencia, más animado.

–¿Y vosotros?

Todos se presentan con una sonrisa y reverencia. Creen que han ganado un aliado. Tai Feng me mira con el ceño fruncido. Luego pone una cara rara. ¿Me habrá reconocido?

Cuando todos se han presentado, voy hacia la esclava. Supongo que piensan que le voy a dar una lección. Tai Feng duda en interponerse. Al final no lo hace. Aunque no saca la mano de la espada. Está tenso. ¿Tanto le importa una esclava?

Ella me mira. No veo miedo en sus ojos, más bien curiosidad. Sin duda, sabe quién soy.

–¿Cómo te llamas?– le pregunto. Le tiendo una mano para ayudarla a levantar.

–Yawen– dice ella, aceptando mi ayuda.

Como todos los esclavos, solo tienen un nombre. No tienen familia. Es una esclava bastante mona. Pelo azul que le llega hasta los hombros. Ojos azul oscuro. Unas facciones más bien dulces. Está algo sonrojada. No es por mí. Ya lo estaba antes. Y preocupada. ¿Por Tai Feng?

–Bien Yawen. Supongo que has oído sus nombres. Asegúrate de recordarlos cuando te pregunten por lo que se haya roto– le digo en voz alta, para que todos me oigan.

–¡Espera! ¡No te atreverás, esclava!– exclama uno de ellos.

–No tiene más remedio. Los esclavos no pueden mentir a los encargados, aunque quieran– le respondo.

–¿Por qué haces esto? No te hemos hecho nada. No iba contigo– se indigna Lu Bo.

Se debe de sentir traicionado. La verdad es que estaría bien darles una paliza. Pero no es conveniente. Aunque no estemos en la secta. Y siempre pueden tener amigos o familia poderosos.

–¿Seguro? ¿No decíais que tenían que haberme azotado en lugar de promocionarme?

Se han quedado pálidos. Se van casi corriendo. Huyendo. Tai Fang está casi riendo. Se acerca.

–Gracias por la ayuda. Ha sido divertido ver sus caras– me saluda con respeto. Luego se vuelve a la esclava –. Deja que te ayude.

Elle se sonroja un poco más. Ya veo. Una esclava enamorada de un estudiante. No es la primera vez. Pocas veces acaba bien. Quizás nunca. También está incómoda. Sabe que le puede traer problemas si otros los ven.

–No es conveniente que te vean ayudando a una esclava. Otros estudiantes la podrían tomar con ella cuando tú no estés. Déjame a mí. Soy un ex-esclavo. Nadie lo encontrará raro– me interpongo.

–Oh, no lo había pensado. ¿De verdad puede pasar eso? Lo siento, no lo sabía…– se disculpa a la esclava, nervioso.

Ella no sabe qué decir. Ser una esclava viene con este tipo de problemas.

–Está bien. Es normal que no lo supieras. Solo ves con cuidado la próxima vez– le intento consolar.

–Yo… Gracias de nuevo.

–No tienes que darla. No ha sido nada. Y tú me defendiste en su momento.

Sonríe, enseñando los dientes. Diría que da más bien miedo cuando lo hace. Tiene un aspecto más bien tosco. Aunque parece que Yawen no está de acuerdo. Se vuelve a poner roja.

Se despide y vuelve a la secta delante de nosotros. Yo ayudo a la esclava a recoger, a pesar de que ella se niegue.

–¿Te gusta él?– le pregunto de repente.

Ella se pone toda roja. Ahora ya es imposible negarlo. Aparecen lágrimas.

–Él se preocupa por mí. Me ayuda o me defiende. Pero es imposible. Deberías decirle que me olvide– me pide.

–Haré lo que pueda. Vamos. Si no, llegarás tarde.

—————

Después de volver a la cabaña, llamo a las chicas. A estas alturas, todas saben lo que ha pasado en la ciudad. Así que estaban charlando tranquilamente. Al final, han conseguido venderlos por dos mil oros. Aunque ya tenía una idea antes, no deja de sorprenderme que se vendan por tanto. Debería haber buscado más huevos.

Lo cierto es que cada uno de ellos individualmente podría valer eso. O más. Una vez sean adultos y entrenados. Pero aun así, me parece mucho. Es realmente mucho dinero para alguien como yo.

Se ven excitadas cuando hablan de los sucesos en la ciudad. Quizás algo asustadas por la posibilidad de verse atrapadas en la tienda, pero no mucho. Incluso Wan parece animada por algo que no son plantas o sexo. Sus primas dicen que ha sido muy emocionante para ella. Aunque solo haya ayudado a hacer bulto para esconder a Song y Shi.

Por lo que dice Liang, Rayitas y Terror también estaban bastante animadas. Aunque ahora están durmiendo.

Luego les explico lo que ha pasado con Yawen y Tai Feng. Parecen algo sorprendidas. No es raro que una esclava, o esclavo, se enamore. Pero siempre acaba mal. Ningún estudiante llega hasta donde lo ha hecho Tai Feng. A defenderla contra cinco.

Ellas eran las primeras que decían que no tenía que gastar en nada más que en mí. Que era ya suficiente con lo que había hecho por los esclavos. Pero han cambiado de idea. En especial Liang. La conoce.

Bueno, ahora solo me cuesta algo más de una semana conseguir los puntos. Realmente, copiar páginas paga muy bien. Supongo que debido a que no hay muchos capaces de hacerlo. Por lo que cuentan las gemelas, Bei Liu, Bi Lang o Fen Huan, cuesta bastante más reunirlos.

Así que dejo que Song se encargue de nuestra nueva "huésped". Creo una puerta para que entre. Yo me voy a dar un paseo. A recopilar algo de información. Mientras Guo Hai acaba de rodillas. Por suerte, consigo encontrar a Ken.

–Ya sabes. Lo de siempre. Esclava se enamora de estudiante. Estudiante lo aprovecha. Estudiante la olvida. O la desprecia cuando otros abusan de ella– dice, bastante pesimista –. Es cierto que él se ha portado bien, y que ella está coladita, pero no tienen futuro porque… Espera… ¿Por qué estás preguntando?

–Bueno… Me crucé con ellos. Y él se había portado bien conmigo en el pasado…– intento disimular.

Ella me mira, incrédula. Se encoge de hombros. Luego me sonríe.

–Haz lo que quieras. Pero intenta que el resto no entere de que has ayudado, o todos querrán pedirte algo. Eso sí, asegúrate de que él realmente es de fiar. Que realmente no la abandonará luego. Yo ya buscaré a mi príncipe cuando sea estudiante– me dice, mirándome fijamente por un instante.

La hubiera besado aquí mismo. Pero no es una buena idea. Me ha dicho lo mismo que las chicas. Que me asegure de que Tai Feng cumple su parte. Haré lo que pueda.

Me gustaría comprar a Ken. Y a Ai. Y a Shu. Pero el precio se ha multiplicado por cada etapa. Y todas están en la uno. Yawen no tiene cultivación.

—————

No es difícil encontrar la cabaña de mi objetivo. Llamo, pero no está. Bueno, supongo que puede esperar. Ya volveré en otro momento. Cuando me giro, me lo encuentro que está llegando.

–Hola Kong. ¿Qué haces aquí?– me pregunta, claramente sorprendido.

–Te estaba buscando. Quería hablar contigo. ¿Tienes un momento?– le pregunto.

–¡Claro! Pasa. Como si estuvieras en tu cabaña– me ofrece.

Su aspecto es algo tosco. Su actitud, amistosa. Me deja la única silla. Se sienta en la cama, mirándome, intrigado.

–He estado preguntando a los esclavos. Al parecer, sigues a Yawen bastante a menudo– empiezo.

–¿Me vas a decir que no lo haga más? Lo he estado pensando. Es posible que la esté perjudicando. E incluso que ella no sienta nada… Pero…

–¿La quieres?

Él asiente. Sin mirarme. Algo avergonzado. Y bastante deprimido.

–Si tanto la quieres, ¿por qué no la compras?– le sugiero.

–¿¡Crees que no quiero hacerlo!? ¡Son 1.000.000 puntos! Y eso si no consigue cultivar. Entonces no sería difícil, sería imposible. Solo estoy en la etapa siete. Es muy difícil conseguirlos– se queja.

–¿Cuántos tienes?

–Apenas unos pocos más de 200.000– responde apesadumbrado.

–Sabes que es una esclava. Más que probablemente hayan abusado de ella. Muchos la considerarían indigna. Sucia.

Quizás sea un poco duro. Pero es necesario. Necesito saber qué piensa.

–¡Son unos idiotas! ¡Cómo si ella tuviera la culpa! ¡Claro que lo sé! ¡Por eso quiero comprarla cuanto antes! Pero…

–¿Y qué harías cuando la compraras? Si ella no sube de nivel, envejecerá mientras tú sigues joven. Y no tienes recursos para los dos– sigo apuntando problemas.

–Yo… ¡Se los daré a ella! Al menos hasta que seamos iguales. ¡Envejeceremos juntos si hace falta…! Te aseguro que cuidaré de ella. Que nunca la abandonaré. Lo prometo por mi dao– asegura.

Acaba de hacer una promesa muy seria. No pedía tanto. Bueno, es más que una garantía.

–Hay otra forma. Si es tu compañera de dao, puede practicar cultivación dual con ella. Al principio, tú no ganarás nada. Pero tampoco te perjudicará mucho, mientras que ella subirá rápido– le propongo.

–¿Cultivación dual? ¿Quieres decir…?– me pregunta avergonzado.

Vaya, esto no lo esperaba. Las chicas se reirán.

–¿Eres virgen?– le pregunto algo incrédulo.

Él aparta la mirada. Más rojo.

–Pues tendrás que dejar de serlo, por su bien– sentencio.

–¿Ella… querrá? Bueno, no importa, tampoco tengo los puntos.

–Te prestaré lo que te falta. Devuélvemelos cuando puedas, no hay prisa. Para ella y el manual. No te preocupes, aceptará. Ella te quiere. De todas formas, hablarán con ella. Espérame delante del edificio de control de esclavos. Al alba.

Está un rato llorando y dándome las gracias. Nunca hubiera imaginado que estaría consolando a alguien como él. Físicamente es fuerte, musculoso. Mentalmente, un tanto vulnerable.

Estoy un buen rato de consejero sexual. Explicándole lo básico. Nunca imaginé que haría algo así. Además de cómo usar qi para dar placer. Cuando me voy, está practicando en su mano con el qi.

De hecho, me hubiera tenido más rato. Pero tengo prisa. Llego justo para encontrar a Ai a punto de llamar. No hay nadie cerca. La cojo por detrás, por sorpresa.

–¡Iiih! ¡Kong! ¡No seas malo!– me regaña.

Entramos. Nos besamos. Nos desnudamos. Nos acariciamos. No puedo dejar de jugar con sus preciosos y abundantes pechos. Le hago tragar un trozo de píldora. Idea de las chicas. Le digo que es para mejorar su cultivación. Aunque es mentira. Es para disimular. En realidad es inofensiva. La cultivación mejora cuando follamos.

–Pero Kong, no puedo aceptarlo. ¿Y tú?– se queja.

–Por eso no te lo he dicho antes– me río –. Tranquila, no me hacen falta. No son de mi reino. Pero conseguí unas cuantas. Si no las queréis, tendré que tirarlas.

Quiere protestar. Pero la penetro. Luego sello sus labios. Me mira entre enfadada y agradecida. Decide besarme. Dejarme que la folle. Bocarriba. Con las piernas abiertas. Sus pechos botando. Sus labios besándome o gimiendo.

Voy cambio la velocidad de mis embestidas. Así veo rebotarlas a velocidades diferentes. A cual más erótica. Más sensual.

–¡¡Aaaaaaah!! ¡¡Kong!! ¡Pervertido! ¡¡¡¡AAAAAAAAAAAAaaaaaaaahhhHH!!!!– me critica ella, que me conoce bien.

Lo dice sin dejar de gemir. De disfrutar. Sin querer realmente que deje de hacerlo. En realidad, me recibe cuando me acerco a besarla. A sujetar esos pechos salvajes. A sentirlos entre mis dedos. Espléndidos. Llenos. Lujuriosos.

Entro en su boca y en su vagina. Atacándola también en sus pechos. Con qi. Llevándola de nuevo al orgasmo. Disfrutando de su piel. De su interior. De su esponjosidad.

Aprovecho un poco de su yin para seguir practicando la técnica. Para contraer los músculos antes expandidos. Puedo notar algunas heridas y arañazos nuevos. Me aseguro de curarlos un poco, aunque sin que se note superficialmente. Ojalá pudiera conseguir que dejen pronto de sufrir. Ojalá pudiera comprarlas a todas. También aumento su contenedor. Debería poder subir en un año. Lo mínimo sin levantar sospechas.

Por ahora, solo puedo darles un paréntesis. De placer y sexo. Y ayudarlas a hacerse más fuertes.

Mientras descansa, le explico que Tai Feng comprará a Yawen. Que hable con ella. Que la prepare. Me temo que tendrá que tomar la iniciativa en la cama. Nadie diría que ese grandullón es tan tímido.

Dice que sí. Entre incredulidad y risas. Y me prohíbe comprarla. O a ninguna de ellas. Han decidido subir por sí solas. Acepto, aunque no consigue que se lo prometa. Si se diera la oportunidad, lo haría.


Chapter 103: Nueva esclava (I)

–Es envidiosa, arrogante, cobarde, consentida, prepotente, traicionera, presumida… Un encanto… Trátala sin contemplaciones– sentencia Song.

Ha estado interrogándola. Luego la ha enviado a Rui para que la desvistiera y la hiciera bañarse. Se había meado antes. De miedo.

Llevaba una espada muy ornamentada, que al parecer no sabe usar. También bastante dinero. Al menos bastante para gente normal. Algunas píldoras y joyas. Y un vestido elegante. Probablemente caro. De una pieza. Abierto en las piernas por los lados. Sin hombros y sin mangas.

Guo Hai es más bien delgada. Pechos pequeños algo caídos. Culo prominente. Pelo azul con muchos tirabuzones. Ojos también azules. Mucho maquillaje.

Al parecer, es ella la que decidió romper el trato. Perseguir a Shi y Song para robarles. Y esclavizarlas. Simplemente por avaricia. Para ganar más.

Su prometido es tan arrogante como ella. Lo sé bien. Al parecer, es hijo de otro mercader. No le cae especialmente bien, pero no tenía más remedio. Ahora ya no tiene que preocuparse por eso

–Pero antes…

Las palabras de Yi son en un tono un tanto escalofriante. No me da tiempo a reaccionar. Ella y su hermana me han agarrado de las manos. Shi se ha puesto sobre mi estómago. Song y Liang llegan poco después.

Se ríen. Me atan. Me ciegan con una venda en los ojos. Me desnudan. Juegan con mi miembro. Me ponen un pecho en mi mano.

–Song.

–Yi.

–Lang.

–Shi.

–Yu.

–¿Cómo puedes distinguirnos?– se sorprende Yu.

–Porque es un pervertido– me critica su hermana.

Quizás tenga razón. El tamaño y forma son idénticos. Pero puedo sentir la diferencia. Quizás por el qi. No estoy seguro. Supongo que gracias a haber jugado con ellos muchas veces. Por haber acariciado y lamido cada rincón.

También sé que es Liang la primera en meterme en su interior. Reconozco su vagina. Poco después también su voz. Su forma de cabalgarme. Aunque pronto me resulta difícil concentrarme en ella.

Las demás juegan con todo mi cuerpo. Prueban a acariciarme con qi. No siempre con éxito. Se turnan en besarme. En chupar mis pezones. Yu me muerde. Se ríe cuando me quejo.

Al final me han atado las manos. Y los pies. Se están divirtiendo demasiado a mi costa. Solo porque esta mañana las he atado un poquito. Rencorosas.

Me hacen correrme dentro de cada una. No sé cuántas veces se han corrido ellas. Debo tener el cuerpo lleno de marcas de sus labios y sus dientes. Suerte que se van con qi.

–Bueno. Desátate tú mismo– ríe Shi, sacándome la venda.

–¡Esperad, no podéis dejarme así!– protesto.

–Sí que podemos– ríe Yi.

–Devuélvenos ya o empezaremos a hacerte cosquillas– me amenaza Song.

No me queda más remedio que obedecerlas. Me han atado bien. Podría romper las cuerdas usando qi. Pero quizás también estropearía la cama. En fin…

–Desátame. No preguntes– le ordeno a Rui después de llamarla.

Me ha mirado sorprendida al encontrarme así. Se dirige a las cuerdas. Aunque algo reticente. ¿Quizás decepcionada? Suspiro. ¿Debería consentirla? La verdad es que es la más obediente de todas. No tengo ninguna queja. También lo es Ning. Pero Rui no se deja llevar por su perversión.

–Si quieres, puedes follarme primero– concedo.

–Sí, Amo– responde.

¿Soy yo o sus ojos brillan? Lo que está claro es que ha sonreído. Me hace una felación hasta que me corro en su boca. Saborea el resultado como si fuera un lujoso manjar.

Luego se lubrica el culo. Introduce mi miembro en él. Se mueve con lujuria. Me besa con voracidad. Aunque me ha pedido permiso antes de hacerlo. Sus manos acarician mi cabeza con casi desesperación.

Me hace entrar y salir continuamente de su apretado culo. Apenas se detiene cuando se corre. Como si no quisiera perder esta oportunidad única. De follarme. De servirme. De ser penetrada a su ritmo. Bastante intenso.

Se desploma sobre mí en su cuarto orgasmo. Su culo lleno de mi semen.

–Ya puedes desatarme.

–Sí amo.

Lo hace sin dilación. Obediente. Aún jadeando. Sudando. Lo que no espera es que me incorpora y la coja. La ponga bocabajo. Que penetre su húmeda vagina. Que vuelva a follarla de nuevo.

–¡AAaahhh! ¡Amooo! ¡¡¡HHHHAAAAAaaaaaah!!!

Gime mientras la penetro. Esta vez dominándola. Azotando su culo hasta que queda rojo. Aunque no con suficiente fuerza como para hacer daño a alguien de su cultivación.

–¿Te has divertido mucho antes? Tienes que comprender tu posición.

–Sí Amo. ¡¡AAAaaaaahhhh!! ¡Soy la mascota de Amo! ¡¡¡AAAAAAAAAaaaaaAAHHH!!!

Sin duda, está excitada. Sin duda, disfruta siendo follada de nuevo. Incluso siendo castigada. No es una masoquista como Fen Huan. Pero sí que le excita que golpee un poco sus nalgas. Que la penetre por todos sus agujeros. Que la lleve al límite hasta que se desmaye del placer.

A Ning hago que me sirva primero. Luego la pongo a cuatro patas. Quizás no como le gustaría. No tiene que ocultar que disfruta. Pero sí contenerse un poco. Dar la sensación de que no es una completa obsesa por el sexo. Practicar para cuando sus clientes la follen. Que se sientan satisfechos de sí mismos.

Tengo que reconocer que ahora la idea ya no me gusta tanto. Pero no hay vuelta atrás. Necesitamos los puntos, el dinero. Para mí. Para las chicas. Para Terror. Para Rayitas. Para las salamandras. Para ayudar a los esclavos. Para la alquimia de Wan. Sin duda, tengo muchos más gastos que un estudiante normal. Además, no sé cómo reaccionaría Ning si no le dejo ir.

Bronceada mira las cuerdas que hay atadas a la cama con algo de aprensión. Me planteo atarla. Pero al final la follo de pie. Por atrás. Sus manos contra la cama.

Desde que le di el manual de Golpe Celestial, y le dije que quizás le daría otros si era obediente, su lealtad ha ido mejorando. Aunque muy poco a poco. Me acepta. Aunque me podría traicionar si se diera la ocasión.

Eso no quita que me guste follarla. Dominarla. Acariciar sus líneas de bronceado. Su cuerpo atlético. Penetrarla. Hacerla sucumbir al placer. Que sea incapaz de controlar sus gemidos. Llenarla mientras convulsiona de placer.

La devuelvo y miro en la Residencia. Guo Hai está sobre una improvisada cama de paja. Desnuda. Inquieta. Es hora de llamarla.

—————

La invoco sobre la cama. Se sorprende. Me ve. Se intenta tapar con las manos. Asustada. Está desnuda.

–Aparta las manos. Quiero verte– le ordeno.

–¿Qué… Qué vas a hacer?– pregunta, arrastrándose hacia atrás.

–Eres mi esclava. Estás desnuda sobre la cama. Yo también estoy desnudo. ¿Qué creer que voy a hacer?– me burlo de ella.

–No… No hagas esto. Aún no es demasiado tarde– suplica.

–Aparta las manos y abre las piernas. Quiero verte. No me hagas repetirlo– insisto.

Ella no obedece. Se aprieta contra la pared. Me mira aterrada. Me acerco. La cojo de las muñecas. Fuerzo a sus brazos a abrirse. A mostrarme su cuerpo desnudo.

–¡Suéltame! ¡Déjame en paz!– exclama, revolviéndose desesperadamente.

Es curioso. Dado que está en la etapa siete, no esperaba que opusiera mucha resistencia. Pero es bastante más débil de lo que creía.

Sus pequeños pechos rebotan mientras intenta resistirse. Quiere arañarme, golpearme con las piernas.

–Parece que aún no has entendido que ahora eres mi esclava. Más te valdría obedecer.

–¡Suéltame! ¡Suéltame! ¡Suéltame! ¡¡Desátame!!

Aprovechando que están las cuerdas en la cama, le ato una muñeca. Luego la otra. Cojo sus piernas por las rodillas. Fuerzo a que se abran. A que me muestre su tesoro oculto entre ellas. Se sigue moviendo. Intentando revolverse. Magullando sus muñecas.

–¿¡Por qué haces esto!? ¡Eres un monstruo!– me acusa.

–¿Oh? ¿No querías tú que violaran a Shi y Song entre todos tus matones? ¿Solo porque no querían acceder a tu chantaje?– le recuerdo.

–¡Es diferente! ¡Ellas son esclavas! ¡Yo soy una ciudadana!– se niega.

De hecho, no podía saber seguro si eran esclavas en ese momento. ¿Quizás tenga que amenazarla con una daga? ¿O pegarle? Lo dejaremos como último recurso.

–Tú eres mi esclava ahora. Además, algo he oído sobre tu prima. ¿No mandaste que la violaran y se acabó suicidando? Y no ha sido la única.

Song le ha hecho confesar cada detalle de su vida. Me ha contado algunos. Estaba un tanto asqueada.

–No… Eso…

–Te voy a follar, quieras o no. Eres obediente y lo disfrutas, o será por las malas y dolerá– la amenazo.

–No, no lo hagas, por favor– suplica, con lágrimas en los ojos.

Al parecer, también sabe hacerse la víctima. Le funcionaba con sus padres. De todas formas, aunque fuera verdad, no me daría ninguna pena. Así que le sujeto fuerte las piernas. Me acerco. Mi miembro cerca de su entrepierna.

–¿Te vas a portar bien o tiene que ser por las malas?– le doy un ultimátum.

–¡No! ¡Déjame!– se sigue negando.

Intenta mover las caderas para no dejarme entrar. No está mojada. Podría usar lubricante. Pero no lo hago. Uso armadura interior para protegerme. La penetro de golpe.

Se calla. Se queda con la boca abierta. Queriendo gritar. He roto su himen. Era virgen. Ya lo suponía. Si no, podría tener problemas en su matrimonio concertado. Que nunca se llevará a cabo.

Le ha debido doler bastante. Aunque no debería ser mucho para alguien en la etapa siete. De hecho, mi penetración forzada ha desgarrado un poco su interior. Me aseguro de curarla. Luego salgo de ella y vuelvo a empujar.

–¡¡Aaaaargh!! ¡Duele! ¡Duele! ¡Sácalo! ¡Sácalo!

Vuelvo a salir a penetrarla una vez más. Hasta el fondo. Mirándola a los ojos. En la segunda, ha reaccionado, intentando revolverse. En la tercera, grita de nuevo. Abre los ojos con incredulidad. Me mira con odio.

–Para, por favor. Duele…– me suplica.

–Si te portas bien no te dolerá. ¿Serás obediente?

–S…Sí.

No tiene mucha tolerancia al dolor. Ya me lo había dicho Song. Salgo de ella. Uso mi mano para acariciar su entrepierna. La otra juega con uno de sus pequeños pechos. No se mueve. No se atreve. La excito a su pesar. La llevo al límite.

–¡¡Aaaaaahh!! ¡No! ¡Para! ¡Aaaaah! Si sigues… Yo voy a…. ¡¡¡¡HHHHHHAAAAAAaaaaaaahhHHH!!!!

Se corre. Colapsa en la cama. Mira hacia un lado. Jadeando.

–Voy a volver a penetrarte. Ahora debería doler menos.

–Aaaah. No… ¿Por qué haces esto? Déjame ir. Quiero volver a casa…– suplica de nuevo, llorando.

–Tú empezaste queriendo robar y violar a mis chicas. Ya no puedes volver. Además, ¿te querrían de vuelta? Ya no eres virgen. No les servirías para arreglar un matrimonio– le recuerdo, tal y como ha sugerido Yi.

–No… Yo… ¿Ya no puedo volver…? ¡¡AAAAAAAaaaaahhh!!

No le dejo pensar mucho en ello. Ya tendrá tiempo de sobras. La penetro. Empiezo a moverme en ella. Algo más suave que antes. Además, ahora está mojada. Lubricada. Entro y salgo con más facilidad. Aunque está apretada.

No me mira. Tampoco intenta revolverse. Parece que se ha rendido. Exploro su vagina hasta el fondo. Disfrutando de su roce. Exploro la forma y textura de sus pechos. De su culo. De su piel.

También compruebo su cuerpo por dentro. No es muy musculosa. No parece haber entrenado. Lo más sorprendente son sus meridianos. Son horribles. Están solo semiabiertos. Por eso es tan débil. A pesar de estar en la siete, debe ser equivalente a alguien en la cinco. Así de desastre es.

–Tu cultivación en su desastre. ¿Has subido solo a base de píldoras?– le pregunto.

–¡Aaaah! No es culpa mía… ¡¡Aaaaah!! Padre quería que subiera para… ¡Aaaaah! Para que tuviera más valor… ¡¡Aaaaaah!! Ni siquiera me dejó estudiar técnicas… ¡Aaaaah! Decían que era un desperdicio si me… ¡AAaaahhh! Si me iban a enviar a otra casa… ¡¡¡AAAAAAaaahhHHH!!!– confiesa justo antes de correrse.

Me la quedo mirando mientras se recupera. Sin salir de ella. Sin moverme. Supongo que tendré que arreglarlo poco a poco. Aunque no pueda usar su Yin temporalmente para practicar. Si es más fuerte, será más útil.

–Si eres obediente, te dejaré practicar lo que quieras. Y me encargaré de mejorar esos meridianos. ¿Cuál es tu arma?

–Aaah. ¿De verdad?– me mira por primera vez en mucho rato, aunque enseguida aparta los ojos –No sé cuál es. Nunca me dejaron buscarla.

–De verdad… Buscaremos tu arma. A ver si es alguna de las que tenemos. Pero te has de portar bien. Empieza por besarme.

Vaya. Es curioso. Su lealtad ha aumentado de repente. ¿Tanto lo deseaba? Aunque no puedo fiarme de ella por ahora.

–Yo… Nunca…

–Tampoco nunca habías follado. Aprenderás. Vamos– insisto.

Acerco mis labios. Ella abre los suyos. Sin saber muy bien qué hacer. No espera mi lengua. Intenta resistirse por un instante. Pero se lo piensa mejor. Se deja hacer. Mientras, también empiezo a moverme de nuevo. A penetrarla otra vez.

–Usa tu lengua. Vamos, otra vez.

–¡¡Aaaaaaah!! Sí… tú… ¡¡Aaaaah!!

–Llámame Amo. O amo Kong.

–¡Aaaah! Sí, amo Kong. ¡Aaah!

Obedece y mueve la lengua. Con más pasión de la que pensaba. Parece que ha despertado su interés.

Le desato las manos. Le digo que me abrace. Que puede acariciarme. Parece que después del la rebeldía del principio, ha claudicado pronto. Antes de lo que esperaba. Su lealtad no es ni mucho menos absoluta, pero es alta.

Toda ella se estremece cuando la lleno. Cuando la llevo de nuevo al orgasmo. Cuando es llenada por primera vez. Tarda un rato en recuperarse. Entonces, me mira algo preocupada.

–No te quedarás embarazada. De momento no– la tranquilizo –. Ahora, sigamos. Aprende a chuparla.

Aunque algo reticente, obedece. Pasa la lengua por mi miembro. Luego le ordeno que lo meta en la boca. No es muy hábil. Le diré a Rui o Ning que le den lecciones. Por ahora, voy a someterla del todo.


Load failed, please RETRY

Weekly Power Status

Batch unlock chapters

Table of Contents

Display Options

Background

Font

Size

Chapter comments

Write a review Reading Status: C102
Fail to post. Please try again
  • Writing Quality
  • Stability of Updates
  • Story Development
  • Character Design
  • World Background

The total score 0.0

Review posted successfully! Read more reviews
Vote with Power Stone
Rank 200+ Power Ranking
Stone 40 Power Stone
Report inappropriate content
error Tip

Report abuse

Paragraph comments

Login

tip Paragraph comment

Paragraph comment feature is now on the Web! Move mouse over any paragraph and click the icon to add your comment.

Also, you can always turn it off/on in Settings.

GOT IT