Download App
39.13% Cultivación prohibida (+18) / Chapter 99: Nuevas condiciones

Chapter 99: Nuevas condiciones

Pen salta sobre mí. La cojo en brazos. La llevo hasta la cama. Sin dejar de besarla. La dejo sobre el colchón. Le subo la túnica de esclava. Para mi sorpresa, lleva unas bragas de lencería negra debajo.

–¡Aaah! ¿Te gusta? Esa perra pervertida tiene muchos. Pero hoy no lleva. No le he dejado ponerse nada ¡Aaaah!

Le quito del todo la túnica. Lleva sujetador a juego. También negro. Con dibujos florales. Se transparenta donde no los tiene. Cojo su teta por encima. La beso. Restriego la otra mano sobre las bragas. Sin quitárselas. Pronto están empapadas. Las aparto hacia un lado, descubriendo su agujero, esperando ser llenado.

–Tú, perra, sirve a tu ama. Ocúpate de sus pezones– le ordeno a la estudiante que está por encima de mí en cultivación.

Obedece. Incluso sonríe. Temía haberme pasado. Mientras, yo pongo mi cabeza entre sus piernas. Mis labios y mi lengua buscando su interior.

–Espera, Kong. ¿Qué vas a hacer…? ¡¡AAaaaahh!!– protesta Pen.

Paso la lengua por sus labios inferiores. Muevo mis labios a su pequeña protuberancia. La chupo con suavidad. Con apenas qi. Ella se estremece. Arquea su cuerpo.

Mis dedos se introducen en su húmedo interior. Entran y salen. Mientras mi lengua y mis labios juguetean con sus zonas más sensibles.

–¡¡Aaaaah!! ¡Noo! ¡Kooong! ¡Aaaaah! ¡Tú, perra, no pares! ¡Plaf! ¡Aaaaah!

Gime. Se entrega al placer. Aunque tiene tiempo de degradar un poco más a la masoquista. Y de golpearla

Cuando se corre, me incorporo. La miro. Me devuelve la mirada. Jadeando. Expectante. Cojo sus piernas. Las abro. En forma de V. Me acerco. La penetro. Ella gime. Tirando la cabeza hacia atrás.

–Deja los pezones y chupa su coño– le ordeno.

Fen Huan obedece. Una de sus manos me acaricia el estómago. El culo. Las piernas. Sugerente. A menudo Pen la golpea. Entre gemido y gemido. Hace que se estremezca. Pero no de dolor. De placer.

Yo disfruto de Pen. De su interior. De sus piernas. Que a veces mordisqueo. De verla a mi merced. Disfrutando. Cuanto más excitada está, más fuerte pega a la pelirrosa. Y más disfruta también esta.

–¡Aaaah! ¡Maldita perra en celo pervertida! ¡¡¡HHHHAAAAaaahhh!!! Estás mojada de solo pegarte… ¡¡Aaaaaaahh!! ¡Mereces una lección!– amenaza Pen.

Fen Huan se estremece de placer y dolor. ¿Pen le ha pellizcado el clítoris? No tarda en volver a su "trabajo". Mientras yo me follo a su Ama. Que se agarra con fuerza a las piernas de su "esclava". Clavándole las uñas.

Cuando la lleno, al menos se ha corrido cinco veces. Está jadeando. Mirando al techo.

Saco mi miembro de ella y lo meto en la boca de Fen Huan. La cojo del pelo. Lo meto hasta el fondo de su garganta. Abusando de ella. Aunque con cuidado. No quiero hacerle daño de verdad. 

Reacciona moviendo ella misma la cabeza. Haciendo que entre y salga de su boca. Enrollándolo con la lengua. Pen se incorpora. La golpea en el culo.

–Maldita perra en celo– la insulta.

Aunque tengo la impresión de que no hay verdadera hostilidad en sus palabras. Quizás la hubiera la otra vez. Ahora parece más un juego.

Le aparto la cabeza. La hago mirarme. Cogiéndole de su pelo rosa. Está salivando. La boca abierta. La lengua ligeramente fuera. Su mirada anhelante. No se parece en nada a la que estaba combatiendo ayer.

Le hago darse la vuelta. La hago ponerse a cuatro patas. Pen la coge del pelo. Lleva su cabeza a su vagina.

–Vamos perra. Al menos sirve para algo. Chupa. ¡Aah! Así. ¡No pares solo porque te follan! ¡Vamos!

La cojo de la cintura. La penetro. Está empapada. Empujo en ella con fuerza. Dejándome llevar. Violando su agujero. Hasta el fondo una y otra vez. Sin descanso.

Aprovecho para absorber su qi. Con el de las chicas, puedo comprimir el mío. Pero es un proceso más lento que simplemente cogerlo comprimido. Observo también que tiene varias heridas. Superficiales. Muchas recientes. De hoy. Creo que Pen ha estado "jugando" con ella.

–Maldita perra. ¿Solo sabes gemir? ¿Estás contenta porque tienes una polla dentro? ¡Solo sirves para eso! ¡Mueve tu lengua, sucia perra! Lástima que no tenga a mano un palo para darte una lección– la sigue insultando, empujando la cabeza contra su entrepierna.

Se me ocurre que un látigo le iría bien. Tengo algunos. Los sacamos de los estudiantes que nos atacaron. De los que habían robado a otros. ¿Debería dárselo? No sé si es buena idea. Aunque, pensándolo bien, lo acabarán comprando. No hace falta que gasten cuando a mí me sobran.

–Tengo esto. Quizás te sirva– le ofrezco a Pen el látigo, sin dejar de empujar.

Ella lo coge al vuelo. Lo mira con curiosidad. Golpea al aire con él. Sonríe.

–¡Esto es justo lo que necesitaba! Vamos perra, te va a gustar.

Estoy un poco sorprendido. Apenas ha necesitado un par de movimientos para usarlo con cierta destreza. A las chicas y a mí nos costó bastante más cuando lo probamos. ¿Será su arma?

No tarda en estar flagelando a Fen Huan. Azote tras azote. Esta gime a cada latigazo. A cada embestida. Se corre de dolor y placer varias veces. Acaba exhausta cuando la lleno.

Tiene varias heridas en la espalda. Pero son superficiales. Se curan con un poco de qi.

Pen la coge del pelo. Le hace levantar la cabeza. Mirarme.

–Vamos, perra. Dale las gracias.

–Gracias amo Kong por follar a esta perra. Aunque no lo merezca. Por hacerme correrme tantas veces.

A pesar de la extraña situación, hay honestidad en su voz. Y pasión en su mirada. Aunque no por mucho. Pen la suelta y cae sobre la cama. Me las quedo mirando. Pensativo. ¿Quizás…?

–Pen, ¿has estado pegándola antes? ¿Piensas hacerlo todos los días?– le pregunto.

–Sí, claro. ¿Por qué? ¿Te parece mal? A ti te está bien, ¿verdad?– responde preocupada, preguntando a su "mascota".

¿Quizás cree que la estoy censurando? No era mi intención. No digo que no sea raro. Pero si a ellas les parece bien, no tengo nada que decir. Además, no le hace daño de verdad. Nada que un poco de qi no pueda reparar en poco tiempo. Y reconozco que resulta excitante.

–Ama Pen me pega porque lo merezco. No te parece mal, ¿verdad Amo Kong?– me mira de nuevo Fen Huan, casi suplicando.

–No es eso. El otro día, estaba ojeando manuales de cultivación del cuerpo. Vi uno que se basaba en ser golpeado una y otra vez. Y luego curar con qi, reparando el cuerpo y haciéndolo más fuerte. Quizás deberías mirarlo– sugiero.

–¡Claro! ¿¡Cómo no lo había pensado!? ¡Gracias Amo Kong!– responde Fen Huan, entusiasmada.

–Solo eres una perra en celo. Mañana ya está buscándolo. ¡Toma! ¡Por pervertida!– le responde y azota Pen.

Después las vuelvo a follar. A las dos. A Fen Huan analmente. Se había preparado. Pen la ha hecho ponerse en una posición un tanto rara. Con la cabeza sobre la cama mirando hacia arriba. Con su cuerpo girado hasta tener sus nalgas por encima de la cabeza. Sus pies sobre la cama, junto a la cabeza. Abiertas. Mostrando el culo.

Yo la penetro analmente desde atrás. Sujetándola de las nalgas. Mientras, Pen está de pie. Practicando con el látigo sobre su víctima. La hago correrse hasta que pierde el conocimiento. Luego voy a por Pen.

Esta vez lo hacemos suave. Aunque tengo que quitarle el látigo. Se ríe. Me besa. Parece más feliz que nunca. Sigue siendo una esclava. Pero a la vez no lo es. También parece que le gusta ser el "Ama".

No he podido decirles que no. Así que hoy se quedan conmigo. Por eso tengo que dormirlas un rato. Para follarme a mis esclavas. Probando como a Fen Huan. Aunque sin azotarlas con un látigo.

Las chicas me miran incrédulas cuando les cuento. Pero las pruebas están ahí. Durmiendo desnudas sobre la cama. Sin duda, se alegran por Pen. Aunque aún les cuesta creerse esa faceta de ella. O de Fen Huan. Y ninguna se anima a algo parecido. Quizás pueda atarlas, pero no les gusta el dolor. Algunas ya lo han sufrido suficiente. Otras no quieren saber nada.

Miro a las gemelas. Cuando las he ido a buscar, estaban bastante animadas.

–Hemos estado investigando como funcionan los meridianos. En realidad, resulta muy fácil sabotearlos un poco. Basta con alterar el qi. Aunque hace falta algo de práctica para conseguir bajarlos exactamente lo que quieres– explica Yu.

–¡Es una buena noticia! ¿Cómo se hace exactamente?

–La información tiene un precio– se niega a responder Yi, insinuante.

La cojo por sorpresa. La atraigo hacia mí. Nuestros labios casi tocándose. Nuestros ojos mirándose.

–¿Qué clase de precio?– le susurro.

–Empieza por besarme– responde, sin dejarse intimidar.

–Después tendrás que pagarme también a mí– interrumpe Yu.

–Shi y yo también nos merecemos un premio– interviene Song.

Wan y Lang miran a Liang, sin saber qué decir. Esta sonríe.

–No nos dejarás a nosotras de lado, ¿verdad?– dice esta, sugerente.

Evidentemente, no. Así que, una a una, reciben su premio. O yo el mío.

—————

Hoy era el último día del torneo. Han pasado tres días desde que Fen Huan compró a Pen. Parece estar bien. Si me la encuentro por la secta, Pen puede pararse a charlar sin problemas. Nadie la molesta. Es una esclava personal, no de la secta. Aunque sigue siendo una esclava. Tiene que ir con cuidado de no provocar a nadie. 

Parte del tiempo, lo dedica a disciplinar a la masoquista. Consiguió el manual de cultivación de cuerpo. Lo están poniendo en práctica. Además, le consiguió uno a Pen. De látigo. Así puede practicar y azotarla con más fuerza.

Otra parte del tiempo lo dedica a cultivar. Me gustaría decirle que no hace falta. Que yo ya la ayudo. Pero no puedo. Por ahora.

También hace algunos encargos para Fen Huan o para mí. Me han exigido que la mande cuando lo necesite. No puedo negarme. Pero tampoco hacerla trabajar demasiado. Excepto en la cama.

Sé que a veces también ayuda a las otras esclavas. Nada se lo prohíbe. Solo podría hacerlo su dueña, pero no está en condiciones de hacerlo.

En cuanto al torneo, todos hablan de un discípulo élite en cuerpo que ha ganado la competición. De su espada a dos manos. De no sé que técnica de fuego. Quizás debería haber ido a verlo. Pero estaba ocupado follando a un par de pervertidas. Han dicho que se quedarían durmiendo todo el día.

Era su recompensa por haber subido a la etapa seis. Sexo hasta que no han podido más. Han subido las dos el mismo día. Estaban diciendo que eran increíbles por haberlo logrado en apenas un año. No saben que han recibido algo de ayuda. Aunque son adorables. Pervertidamente adorables.

Lo mejor de todo ha sido el anuncio. Ahora, nadie podrá pedir un esclavo a no ser que esté tres veces por encima de su nivel. Ni siquiera molestarlo. Los castigos son severos. Las compensaciones por hacerles daño suben con el nivel. A nivel cuatro, me parecen totalmente exorbitantes. Incluso hay castigos más allá de puntos. Sobre todo, si el daño es irreparable. Con ello, debería acabarse con la principal fuente de problemas. La envidia de los estudiantes.

No estarán fuera de todo peligro, pero es un cambio sustancial. Puedo verlo en los ojos de muchos de ellos. Un atisbo de esperanza. Shu casi estaba llorando. Y dándome las gracias. Dice que soy un héroe para los esclavos. No sé si era mejor que no se supiera. Ya no puedo cambiarlo.

Luego, me ha follado con pasión. Sirviéndome. Intentando hacerme sentir bien. Y lo ha conseguido. Ojalá pudiera tenerla más tiempo. Lo curioso es que, cuando se va, se detiene un momento. Parece que está hablando con alguien. Y ese alguien resultan ser tres. Llaman a mi cabaña.

–¡Sai, An, Dandan! ¿Cómo habéis estado?– las recibo.

Estaba preocupado por ellas. Aunque siguen siendo esclavas, no van vestidas como tales. Es algo parecido al uniforme de estudiante, aunque de otro color. Se las ve sonrientes. ¿Quizás algo nerviosas? Dandan se está mordiendo una uña.

–Estamos bien. Gracias a ti. ¿Podemos pasar? Hay algo de lo que nos gustaría hablar– me pide Sai.

–Claro, pasad. Sentaros sobre la cama, no tengo muchas sillas– ofrezco.

Ellas se sientan. An y Dandan a mi izquierda. Sai a mi derecha. Noto su mirada penetrante. Quizás lo imagino. La verdad es que me gustaría besarlas.

Sai saca algo de la nada. Tiene un anillo de carga. ¿Una camisa? ¿Una malla?

–La maestre nos dio esto para ti. Como agradecimiento por la ayuda. Aunque no nos ha dicho el porqué. Puede llevarse debajo de la ropa. No se nota, y te protegerá– me explica.

Las tres me miran inquisitivas. Me gustaría contárselo. Pero cuanto menos personas lo sepan, mejor.

–¿Está bien aceptar esto? Debe ser muy caro.

–Ahora es tuyo. Nos ha prohibido traerlo de vuelta. Haz lo que quieras con él– sentencia An.

Parece que tengo que aceptarlo. Espero que no sea un problema.

–Hay una cosa más que nos gustaría pedirte. ¿Querrás… tener sexo con nosotras?– me pide Dandan.


Chapter 100: Propuesta irrechazable

Me las quedo mirando. Evidentemente estoy más que dispuesto a tener sexo con ellas. Pero hay algo más. Solo tenían que besarme si es lo que querían. Y lo saben.

–Jo, Dandan, no lo digas así– protesta An.

–Deja que te lo explique– interviene Sai, la hermana mayor, encogiéndose de hombros –. Hay una técnica que podemos practicar y subir bastante rápido hasta el reino de Alma. Requiere concentrarse en el Yin, y luego complementarlo con Yang. Con un hombre. Con sexo. Pero, al hacerlo, extraeremos mucho Yang de él, por lo que tardará en recuperarse. Estará varios días muy cansado, y normalmente no podrá hacerlo durante un tiempo.

Bueno, en mi caso no debería ser problema. Aunque mejor que no se sepa.

–¡Pero te daremos frutos con Yang para reponerlo!– interviene Dandan –. Queremos practicarla, ¡pero no queremos tener sexo con cualquiera!

–Ya ves, algunos se han ofrecido. Antes nos despreciaban. Incluso alguno había abusado de nosotras. ¿¡Y ahora quieren ser nuestras parejas!? Porque saben que tenemos la constitución ilusoria…

–Di que sí– me pide An.

–Los frutos pueden reponer el Yang. Pero pueden tener afectos adversos. Así que hay que ir con cuidado. Parar si se nota algo raro. Si no quieres, no pasa nada. O si solo quieres hacerlo con una…– propone Sai, pero sus ojos dicen lo contrario.

¿Cómo no voy a ayudarlas? Si me dan esos frutos, me servirán como excusa. Aunque no los necesite. Cojo a Sai y Dandan del culo. Beso el cuello de An.

–¿Cuándo empezamos? ¿Ahora?– acepto, queriendo provocarlas. Excitarlas.

–¡Aaah! ¡Kong! No podemos ahora… De verdad– se niega Sai, casi suplicante. Quizás frustrada.

–¿Ni un beso?

Me miran. Se miran. Sai se adelanta y sella mis labios. Su lengua penetra mi boca. Me aseguro de contratacar. Con mi lengua y mis manos.

–¡Eso no vale!– oigo quejarse a An.

–¡Tramposa!– protesta Dandan.

Nos separamos sin dejar de mirarnos. Ella sonríe. Se muerde el labio inferior. En lo que parece una promesa. Aunque no podemos estar así mucho tiempo.

An aparta a su hermana entre risas. Y toma mis labios por la fuerza. También me aseguro de acariciarla. De manosearla. Y lo mismo a Dandan poco después.

Por desgracia, se tienen que ir. Querría que se quedaran más. Diría por su mirada que no quieren marcharse ellas tampoco. Pero no es un adiós. Tan solo un hasta pronto. Un pronto que promete.

–¿Podrás venir a nuestras habitaciones cuando te llamemos? ¿No será un problema?– confirma Sai.

–Claro. Pero no tardéis mucho. Os he echado de menos– les aseguro.

Ellas sonríen. Lanzan un beso al aire. Las veo marchar. Me vuelvo a practicar.

Ya se me da bastante bien imbuir mis músculos con Yang. Aún no es perfecto. Podría ser más eficiente. Pero ya he podido completar el ciclo una vez en el brazo. En teoría, es un poco más resistente. Aunque debe hacerse muchas veces más para que se note de verdad.

Me duele decir que Shi es más diestra que yo. Me duele en el orgullo. Aunque también me alegro. Y es cierto que sus consejos me han ayudado. Las otras también han empezado a probar. Las gemelas y Song. Le he dejado el manual a Rui para que lo lea. Creo que será útil que ella también lo haga.

—————

Wan está entusiasmada. Al parecer, se pueden hacer varias píldoras con ese tipo de frutos. No son un material muy común. Bastante caros. Al menos para un mero discípulo en Alma. Del resto de la conversación, no sé si se ha enterado. Como dicen sus primas, estaba en su mundo.

Las exesclavas están aliviadas de saber que las tres hermanas están bien. En especial Liang. Es la que había tenido más contacto con ellas. Se han entusiasmado cuando se han enterado de las nuevas condiciones de los esclavos. Casi han llorado antes, cuando se lo he contado.

También han jugueteado y probado la malla que me han regalado. Song ha amenazado con quedársela. Bromeaba. Me han exigido que la lleve siempre. Por si acaso. Bueno, no pesa mucho. Quizás para un mortal. No para alguien en Alma.

No puedo dejar de reírme ante la desesperación de Yu. Le toca ser la encargada de Terror. Y la está persiguiendo por toda la habitación. Apostaría que la rata juega con ella.

Rayitas está en mi regazo. Dejando que la mime. Aquí no puede jugar. Es pequeño para ella. Y cada vez está más grande. Tendría que ir a jugar algún día al bosque con ella. Las chicas me dan envidia cuando lo hacen en la Residencia.

Al final, Liang, Song y Shi deciden darme un premio por las nuevas condiciones. Después de follarme a las gemelas, Wan y Lang. Que se han dejado hacer. Tumbadas boca arriba sin moverse. O casi. No podían evitarlo cuando se corrían. O cuando les hacía cosquillas. Yu me ha mordido.

No estoy seguro si ha sido un premio para mí o para ellas. Song también me ha mordido cuando se lo he dicho. Riéndose. Mientras Liang estaba sentada sobre mí. Subiendo y bajando. Frotando su cuerpo contra el mío. Noto sus pequeños pechos. Sus pezones erectos. Sus brazos alrededor de mi cuello. Sus manos acariciando mi pelo. Sus labios ocupados con los míos.

Es la que más retrasada está en cultivación. Aunque el resto la esperaran mientras yo no suba de etapa. Las gemelas subieron a nueve hace unos días, aunque oficialmente están en cuatro. Wan está en siete, y todas las demás en nueve. Bueno, Lang en unos días.

De las esclavas, solo Rui está en nueve. A Ning le faltan un par de semanas. A Rong la dejo una etapa por detrás, así que aún está en siete. Y Bronceada se quedará en ocho por un tiempo.

Pero eso no quita que su vagina esté apretada. Que sea deliciosa follarla. Besarla. Contemplar sus preciosos ojos marrones. Acariciar el cabello que, poco a poco, va creciendo de nuevo. Llenarla.

Song se sienta también sobre mí. De espaldas. Dejando que la coja de sus suculentos pechos. Se queja. Pero le gusta. Por mucho que lo niegue cuando las otras dos la provocan. Su interior aún se estrecha más cuando pellizco uno de sus pezones. Añadiendo qi.

Apenas tienen un par de orgasmos cada una antes de que las llene. Las otras dos juegan conmigo. Con qi. Están aprendiendo demasiado. Quizás si me esforzara podría evitarlo. Pero no hay motivo para no dejarse llevar.

Shi es la última. También sentada sobre mí. También de espaldas. Sus pechos son más pequeños. Muy lindos. Muy eróticos.

Acaban durmiendo las cinco conmigo. Shi, Song, Liang, Rayitas y Terror. Rayitas sobre nosotros cuatro. Terror sobre la cabeza de la tigresa. Curiosamente, el color de la piel de la rata se está ennegreciendo. Y el de su amiga peluda, aclarando. ¿Quizás acabará siendo blanca con rayas negras?

Ha mejorado su dominio sobre los rayos. Puede lanzar hasta diez en una hora si no son muy fuertes. Uno, si es de los más poderosos. Curiosamente, solo con dormir y comer están subiendo de nivel. Dan cierta envidia. Aunque quizás no debería quejarme. Mi método es bastante placentero.

El problema estará en conseguir carne de más nivel. Las chicas preguntaron. No es difícil, si tienes dinero. Es cara. Y una tigresa come grandes cantidades. Cuando acabe de crecer, no sé cuánto comerá. Es una suerte que tenga tanto almacenado. Pero en el futuro, tendremos que pensar como hacerlo. Además, las salamandras también crecerán. Tendremos un problema.

—————

Por la mañana, me despiertan los bigotes de Rayitas. Su lengua áspera. La devuelvo con a Terror, junto a algo de comida. Que devoran. Las chicas están durmiendo. Me ha despertado antes de lo normal.

Cojo un trozo de ropa y se lo pongo a Liang en la boca. Está bocabajo. Le ato las manos a la espalda. Creo que se ha despertado. Aunque no se mueve. Juego un poco con su entrepierna. Hasta que está mojada. Entonces la penetro.

Me lo pidió ella ayer. Así que la follo con fuerza. Aunque no demasiada. Sus gemidos son ahogados por su mordaza. Que pronto está empapada de saliva. Su culo vibra en cada embestida. Su interior me aprieta. Excitado. Lubricado.

Admiro su cuerpo desnudo. La cojo de la cintura. Entro y salgo de ella. Disfruto del placer de follarla. De dominarla. De verla disfrutar. De llenarla.

Cuando acabo, me doy cuenta de que las otras dos se han movido. Se hacen las dormidas. Ahora están bocabajo. Totalmente expuestas. Está claro qué quieren.

También las ato. Las amordazo. Y las follo desde atrás. Golpeando sus nalgas con mis caderas. Dejando que simplemente disfruten del sexo. Que disfrute yo.

–Sois unas envidiosas– les reprocha Liang entre risas.

–Las otras también querrán, si se enteran– sugiere Song.

–No tengo ninguna duda– está de acuerdo Shi.

Así que, una a una, las llamo, las ato mientras están dormidas, y la amordazo.

–Si quieres que continúe, abre las piernas un poco más– le doy a Yu un ultimátum.

Ella obedece. Quería asegurarme. Sufrieron cuando fueron violadas. Sé que aún no lo han superado del todo. No quiero hacerlo sin su consentimiento expreso. Y también les pregunto a Wan y Lang. Por si acaso.

Todas las abren. Esperándome. Anhelantes de que las penetre. De que las domine. De que las someta con placer.

Me temo que esta noche me va a tocar ser la víctima. No me extrañaría que ya lo estuvieran planeando. No voy a decir que no lo espere.

—————

Hoy por fin consigo tres hojas de nivel uno de Alma. Ya tengo suficientes puntos para comprar un arma. Tendré que ir a verlas un día de estos. Aunque no corre prisa.

Por ahora, recupero qi con Rui, Ning y Rong. Los retoques de Ning casi están acabados. Casi. Hoy me ha pedido la punta de la nariz un poco menos prominente. Apenas una uña.

Estoy un poco preocupado por hacerla prostituirse. Casi llora cuando le he insinuado de no hacerlo. Por un momento, he olvidado hasta que punto es pervertida. Hasta que punto lo está deseando. Se supone que con su nivel de lealtad nunca me traicionará. Pero me preocupa eso. Incluso hacerle daño.

Es curioso. No la he perdonado del todo. Pero tampoco quiero hacerla sufrir. ¿Quizás me he acostumbrado a tenerla como mascota sexual?

Es aparente el tamaño de las tetas de Rong. Han aumentado considerablemente. Alrededor de un centímetro al día. Ayer la vi tocándoselas. Parecía más curiosidad que otra cosa. Aunque casi acaba masturbándose. Se paró de golpe. No sé muy bien por qué. ¿Quizás debería follarla más?

De su culo, también se nota la diferencia. Como vibra cada vez que la embisto. Lo curioso es que su lealtad ni ha mejorado ni empeorado. Al menos sigue igual.

Además, se moja muy rápido. ¿Quizás lo espera con ansias? ¿O quizás simplemente es un acto reflejo? Lo cierto es que parece disfrutarlo. Sus gemidos no son fingidos. Ni sus orgasmos. Pero sigue algo hostil por dentro. Al menos, es obediente. Aunque no muestra pasión.

A Rui tendré que darle otra técnica. Quizás una de movimiento. Todos necesitaríamos una. Es una pena no poder tener las de grado alto. Solo las comunes.

Por ahora, la he llenado de Yang. Que practique con la técnica de cultivación del cuerpo. Ya le he explicado lo que necesitaba. A Ning y Rong de momento no les hace falta. Y necesito algunas que me den Yin. Quizás a Bronceada le iría bien, si fuera más leal.

—————

Hoy vamos a vender las salamandras macho. Han alcanzado el tamaño mínimo para ello. Las hembras están bastante activas. Tienen miedo a Terror y Rayitas. Cuando la tigresa ha puesto la pata en el agua, todas han desaparecido en el fondo. Supongo que pueden sentir la diferencia de nivel.

Llevo en la espalda una mochila. Oculto dentro, hay un recipiente con agua. Y las salamandras macho. Ni me miran cuando salgo de la secta. No es algo tan raro ver a alguien con una mochila. Y nadie se mete en los asuntos de otros.

Voy directo a un lugar apartado. Llamo a Shi y Song. Vestidas diferente a la otra vez. Para hacer más difícil que las reconozcan. Con su cultivación restringida a tres. Cambian la mochila. Para que no puedan relacionarnos. Tenemos una cuantas de la expedición.

Las sigo a cierta distancia. Miro alrededor. Por si alguien las vigila o actúa raro. Desde el otro lado de la calle, las veo entrar en la tienda elegida.

Tardan un rato. Empiezo a impacientarme. ¿Debería entrar a ver? Espera. Ya salen. Mmmm. Aún llevan la mochila. No es buena señal. Y hay movimiento. Han salido al menos tres de un callejón. Que da a la tienda en el lateral. Parecen estar entre las etapas cinco y seis. Otros dos salen un poco después que ellas. Y diría que hay al menos tres más detrás de estos.

Está claro que las cosas no han salido bien. El problema está en las salamandras. Puedo hacerlas desaparecer a ellas, pero no a los machos. Sería una pena perderlos. Aunque no sé si vale la pena meterse en problemas.


Load failed, please RETRY

Weekly Power Status

Batch unlock chapters

Table of Contents

Display Options

Background

Font

Size

Chapter comments

Write a review Reading Status: C99
Fail to post. Please try again
  • Writing Quality
  • Stability of Updates
  • Story Development
  • Character Design
  • World Background

The total score 0.0

Review posted successfully! Read more reviews
Vote with Power Stone
Rank 200+ Power Ranking
Stone 27 Power Stone
Report inappropriate content
error Tip

Report abuse

Paragraph comments

Login

tip Paragraph comment

Paragraph comment feature is now on the Web! Move mouse over any paragraph and click the icon to add your comment.

Also, you can always turn it off/on in Settings.

GOT IT