Download App
10.62% Cultivación prohibida (+18) / Chapter 27: Golpeado

Chapter 27: Golpeado

Han pasado cuatro días desde el encuentro en el río. No he vuelto a ver a Liu y Lang. Pero sé que han preguntado por mí. También sé que Liang ha abroncado a algunas esclavas por hablar de mí. Creo que Shu y Ai también. Espero que sirva de algo. No quiero más problemas.

Estoy en una de las salas de prácticas. Me ocupo, con otros esclavos, de mantenerla en funcionamiento. Limpiamos aquí y allá. Cambiamos los muñecos de entrenamiento cuando se rompen. Llevamos agua o lo que haga falta a los estudiantes. Mi objetivo es acercarme a un grupo de cuatro. Están un poco apartados.

Estoy recogiendo los trozos de un poste. Alguien ha usado una habilidad de demasiado nivel para el poste. Hay trocitos por todos lados. Incluso cerca del grupo.

–No han salido en el último mes. Es imposible pillarlas– oigo decir a Mao Xuo.

–¿Crees que fueron realmente ellas? Acaban de subir a cuatro, no sé si serían capaces– interviene Jin Shuo.

Parece asustado. Está en la etapa tres. Es el objetivo más asequible. Por eso nunca sale.

–¿Quién si no? Mejor que vayas con cuidado hasta que las cacemos. Van a desear haber muerto en su día– amenaza Jia Xu.

–Joder. Ni siquiera puedo follarme a una esclava. Es difícil pillarlas dentro, y casi no tengo puntos– se queja Jin Sho.

–Ja, ja, ja. Ya te enviaremos una un día de estos– ríe Jia Xia.

Está en el reino del Alma y debe tener bastante puntos de contribución. Es el objetivo más difícil. Pero le llegará su día. Lo hemos prometido.

–¿No podemos tenderles una trampa de alguna forma? ¿Quizás Xuan…?– pregunta Jin Shuo, pero Jia Xu le hace callar.

Yo disimulo y sigo recogiendo. Por suerte, nadie tiene en cuenta a un esclavo. Pero, por si acaso, me voy alejando. Mejor no tentar la suerte.

Sigo con mi trabajo hasta que un esclavo me habla.

–Parece que hay una estudiante mirándote. Ves con cuidado.

Me giro. Espero ver a Bei Lu o Bi Lang. Pero no. Es Pan Ning. Trago saliva. Me vuelvo a girar. Me concentro en mi trabajo. Prefiero no saber nada de ella. Ni siquiera me doy cuenta de que se acerca a mí. Hasta que está demasiado cerca.

–¡Maldita escoria! ¡Me estabas mirando con pensamientos pervertidos!

Solo puedo pensar que está loca. Obsesionada. Activo Armadura Interior. Justo a tiempo para recibir una patada en el estómago.

–¡Agh!

Duele. Si no es por la armadura hubiera sido grave. Y no puedo deshacer el sello aquí. Me da otra patada mientras estoy en el suelo. Y otra. No sé como voy a escapar.

–¡Pan Ning! ¿¡Qué estas haciendo!?– dice de pronto una voz.

–Ese esclavo… es… estaba…– tartamudea.

–No me importa. ¿Va a hacer tú su trabajo? Si hay algún problema, yo me encargo. Para algo soy el responsable del área. Tú, el esclavo de pelo verde, lleva al esclavo a la enfermería. Haz que manden a otro y vuelve rápido. Si alguien más vuelve a interrumpir, lo expulsaré. Pan Ning, tendrás que pagar puntos de contribución por el esclavo sustituto.

Entreveo que Ning está furiosa y aprieta los dientes. Pero solo puede obedecer. No es más que una estudiante en la etapa cuatro. Maldita sea. Duele. ¿Cómo ha podido pasar esto?

—————

–Nada roto. Varias contusiones. Descansa hoy. Durante una semana trabajos físicos menores. Puedes irte– me echa la enfermera, con indiferencia.

La verdad es que estoy mejor de lo que parece. La Armadura Interior me ha protegido. Hay varios moratones que me hacen parecer peor de lo que estoy. De hecho, estando en la etapa seis, podría curarme más rápido. Pero Liang sospecharía.

La verdad es que estoy frustrado y furioso. No tiene sentido. Debo de haberme metido en medio de algún problema de Pan Ning con Bei Liu y Bi Lang. Espero que acabe aquí.

Llego a la habitación, pasando por el almacén casi vacío. Es raro verlo así. Pero claro, están todos trabajando. Tengo unas horas de descanso. Aprovecho para llamarlas y hablar de lo que he escuchado. Aunque tiene que esperar. No he podido ocultarles mi estado. Mis moratones.

–Esa zorra lo va a pagar– masculla Shi.

–No le va a quedar ni un hueso entero– amenaza Yi.

–Dejádmela que la haga sufrir poco a poco– gruñe Song.

–No se lo perdonaré– se enfada tímidamente Yu.

Dan algo de miedo. Aunque también resulta reconfortante que se preocupen por mí. Que están enfadadas por mí. Me cuesta un rato calmarlas. Aunque sé que no se les ha olvidado. Al final acaban bromeando a mi costa. Soy su víctima favorita.

–Tendremos que posponer los planes para hoy. Habrá que tratarlo con suavidad. Como una delicada florecita. Ya lo torturaremos otro día– empieza Song.

–Es una pena. Yo que lo quería oír gritar– le sigue Shi.

–Oh vamos, dejad de meteros conmigo– me quejo.

Todas se ríen. Pero vuelven a ponerse serias cuando hablo de lo que he logrado escuchar. Bai Yi y Bai Yu están pálidas.

–¿Xuan…? ¿Será Bai Xuan?– tiembla Yu.

–No… creo… Espero… que no…– intenta negar Yi.

Pero no están muy convencidas. Bai Xuan es de su familia. Una prima cercana, algo mayor que ellas. Está en la etapa siete. Dicen que siempre las ha tratado bien. No sabemos si es ella. Ni qué relación tiene. Pero lo investigaremos. Han decidido torturar al próximo hasta que lo suelte todo. Cuando están enfadas dan miedo.

–Si reservan a una esclava para Jin Sho, podemos atacarlo– propone Yu.

–Solo tenemos que sustituirla. Cuando nos deje entrar, lo reducimos y torturamos– sigue Yi.

–Mejor que vosotras tengáis coartada. Yo me encargo– interviene Shi.

–Pero es nuestro problema. No os podemos poner en peligro– protesta Yi.

–Ahora es el de todos. Es la opción más segura– se niega Song.

–Kong podría estar cortando leña al otro lado. Así puede acercarse si hace falta– sigue Shi.

–Pero…– intenta protestar Yu, sin éxito.

–Sí, por si acaso tengo que huir y esconderme– sigue Shi, interrumpiéndola e ignorándola.

–Mierda de pierna. Si no, podría ayudarte– se queja Song –. Si hace falta, podemos usar a Rui.

Lo ha dicho sin ningún tipo de compasión. La sigue odiando por lo que le hizo. Yo no me opongo a nada de lo que dicen. Me preocupa que se expongan demasiado. Pero sé que no me van a dejar protegerlas. Luego pasamos unas horas hablando. Riendo. Planeando el futuro. Conversando sobre artes marciales.

No solemos tener tanto tiempo para simplemente estar juntos, sin nada más que hacer. Por la noche, normalmente no se quedan demasiado. Para que descanse. Y ahora no es buen momento para tener sexo. No ha pasado suficiente tiempo desde el último. No podría expandirles del todo los contenedores. Y estoy algo contusionado.

Resulta agradable poder perder el tiempo ociosamente con ellas. Acostado. Sintiendo sus cuerpos apoyados en el mío. En la parte sin moratones. Acariciando apaciblemente sus cabellos. La piel de sus brazos. Dejando que ellas me mimen también a mí. Sonriéndonos. Besándonos. Jugueteando. 

Supongo que esto es normal para los que son libres. Para un esclavo como yo, es un lujo. Aunque acaba cuando empiezan a llegar los esclavos. Las mando de vuelta. Al cabo de no mucho entra Liang. Está casi sin aliento. Parece asustada.

–¿Está bien? Me han dicho que te han llevado a la enfermería. ¿Qué ha pasado?

–Tranquila, estoy bien. No tengo nada roto.

–¿De… De verdad?

Me hace quitarme la ropa. Se asusta al ver los moratones. Son peores de lo normal. Es excepcional que no tenga nada roto. Claro que usaba Armadura Interior. Y en realidad estoy en la etapa seis. Aunque lo oculte, mi cuerpo es algo más resistente.

Hoy no tenemos sexo. Decide cuidarme. Casi llora varias veces. Ha estado muy preocupada desde que se ha enterado. Se duerme abrazada a mí.

Luego las cuatro me hacen acostarme. Me cabalgan con suavidad. Se ríen de mí. Pero sé que están preocupadas. Por mucho que se burlen, me lo hacen con mucha suavidad. Muy lentamente. Mimándome. Incluso los enormes pechos pecosos de Song apenas rebotan. Pero puedo disfrutar de ellos en mis manos. Los masajeo a conciencia. Y los de Shi. O los de las gemelas.

Recibo muchos besos. Entro y salgo de ellas con suavidad. Gimen también más suave. Sin jadear demasiado. Es un sexo más pausado. Relajante. Sensual. Y no deja de ser placentero. Para todos. Solo me duele cuando me pellizcan. Supongo que, aún convaleciente, es peligroso decir según que. A pesar de eso, hoy ha sido muy íntimo. De alguna forma, estamos todos un poco más cercanos.

Incluso dejo a Rui que me lo haga despacio. Que me sirva con la boca. Con la vagina. Aunque le pellizco sus pezones varias veces. No vaya a ser que se acomode. También me ha preguntado en más de una ocasión si quería que matara a Ning. O que la descuartizara a trocitos pequeñitos. Está furiosa. Al parecer su amo es sagrado para ello. Está totalmente adiestrada.

—————

Han pasado cuatro días desde que me golpeó. He acabado de abrir meridianos para llegar a seis.

–¡Haaaah! Felicidades. Aaahh– me felicita Yu, que está sentada sobre mí, siendo penetrada.

–Hay que celebrarlo

–¡Iiiih!–exclama cuando me tiro hacia ella y se queda tumbada en el suelo.

La beso y embisto. Mientras acaricio su suave piel. Sus senos. Disfruto de su lengua con la mía. De su cavidad a la que penetro una y otra vez. Que tiembla cada vez que tiene un orgasmo. Y más violentamente en el último.

–¡Haaaaah! No vale por sorpresa… ¡Haaa!– se queja mientras jadea en el suelo, recuperándose.

–Nosotras también queremos– se escucha una voz detrás. Es Song

Shi, Shong y Yi se han tumbado boca arriba. Las he follado hace un momento. Pero estaba concentrado en obtener su qi y abrir los meridianos. No están satisfechas.

–Exigimos el mismo trato que a Yu– demanda Yi.

–Y lo queremos ya– ríe Shi.

Me acerco a ellas. Las follo una a una. Besándolas. Disfrutando de su piel. De sus labios. De sus vaginas. De sus senos. De sus culos. De sus lenguas. De sus gemidos. De sus caricias. De dominarlas. De ser dominado. De amarlas. De ser amado. Nos quedamos los cinco tumbados un rato, mirando el cielo. Hasta que detecto una presencia.

–Alguien se acerca– les digo en voz baja.

Ellas vuelven. Se preparan por si acaso. También Rui. Me escondo entre los arbustos. Es Pan Ning. Parece estar buscando algo. Lleva una espada en el cinto. Se vuelve hacia mí. Maldita sea.

Traigo de vuelta a Yi y Yu. Ya se han vestido. Aunque están algo sudadas. Me aparto un poco. Ellas aparecen ante Ning.

–¡Ah! Hola. Solo eres tú. Nos habías asustado– miente Yi.

–Hola Yu. ¿O Yi?

–Soy Yi.

–Yo soy Yu

Las gemelas se presentan con una sonrisa traviesa. Esconden sus verdaderos sentimientos. Puedo ver como, por detrás, aprietan los puños.

–¿Habéis visto un es esclavo por aquí?

–¿Un esclavo? Puede. Igual era el que hemos visto hace un rato. Iba hacía allí– responde Yi, señalando en una dirección que la aleja de nosotros. –¿Para qué lo buscas?

–Eh… No, para nada. Es desagradable. No quiero verlo– responde Ning, algo indecisa –. Bueno, nos vemos.

Se marcha en otra dirección, no en la que han indicado. Supongo que es para disimular. Puede que, cuando se aleje lo suficiente, vaya en esa dirección.

–Maldita zorra. Deberíamos haberla cortado a trocitos aquí mismo– masculla Yi.

–No podemos. Kong está aquí y lo interrogarían– interviene Yu.

–Lo sé, lo sé

–Gracias– les digo a las dos, abrazándolas de la cintura y dándole un beso en la mejilla a cada una.

Ellas se sonrojan un poco. Pero pronto Yi se vuelve con el rostro serio.

–Eso no ha acabado, ¿sabes? Vamos a tener que tomar medidas.

Yu asiente, está de acuerdo. Yo suspiro. Es un problema grave. Dejaremos pasar unos días más. Pero si no se tranquiliza, tendremos que actuar. Supongo que ya no soy un esclavo pasivo que asume su suerte. Solo que la mayoría no lo saben. Aun así me siento frustrado. Lo pago con Rui. Acaba exhausta.

—————

Liang me ha dado de alta hace un par de días. Aunque solo tenemos sexo muy suave. Ayer se soltó un poco más. Pero tiene miedo de hacerme daño. Me gustaría decirle que no estoy tan mal. Con las otras cuatro no hay ese problema. Intenté hacerlas creer que estaba aún convaleciente el segundo día. No pude engañarlas. Y sufrí por haberlo intentado. Aunque, a pesar de ello, a día de hoy siguen siendo cuidadosas. Creo que hasta que no se vayan los morados, no las convenceré del todo de que estoy bien.

Esta noche, cuando llego a la habitación, me encuentro con que Liang con rostro preocupado. También están Shu y Ai. Parecen ansiosas

–La estudiante Pan Ning quiere matarte– me dice casi llorando, abrazándome.

–El maestro de copia está retrasando un manual que quería. Por haber herido a uno de sus esclavos ayudantes. Pero en lugar de calmarla, se ha enfurecido. La han visto ir hecha una furia hacia el bosque. Teníamos miedo que te encontrara y…– explica Shu.

–Ya veo. Tendré que intentar estar unos días en trabajos más seguros.

–¡Te ayudaremos!– exclama Ai, dando un pequeño saltito. Sus grandes pechos rebotan obscenamente.

–Sí, podemos intercambiar trabajos si hace falta. Sai y sus hermanas han dicho que ayudarían– asegura Shu.

–Y Ken. O…– añade Liang una larga lista.

La verdad es que su preocupación me llega al corazón. Y la de todos los esclavos. Nos solemos ayudar. Aun así, es reconfortante.

–Entonces, supongo que os tendré que agradecer adecuadamente– las provoco.

–Más te vale– dice Liang, enrojeciéndose un poco mientras le quito la túnica.

No tardan en oírse gemidos en la habitación. Aunque ninguna de las tres me deja ser demasiado brusco. De hecho, Shu y Ai se han asustado un poco al ver mis moratones. Por mucho que les haya asegurado que estoy bien.

Solo follo bruscamente a Rui, cuando he acabado con las siete. Con su cabeza hundida en los enormes pechos de la durmiente Ai. La penetro por detrás. Azotándola por haberse desmayado antes. Totalmente obsceno. Si Ai se entera, me mata.


Chapter 28: Solución radical

Han pasado dos semanas desde el incidente con Pan Ning. Shi, Song, las gemelas y Rui han subido a cinco. Aún estoy en peligro. Ha intentado encontrarme varias veces en las afueras. Más de un esclavo la ha oído murmurar que quiere matarme. Que si no me encuentra me pedirá. Aunque tenga que pagar por mí. Por suerte, parece que no tiene suficientes puntos de contribución. Puede que necesite un mes o dos para conseguirlos. Pero está obsesionada. No se va a detener. No queda más remedio que actuar.

Me he intercambiado con Shu. En teoría tenía que ir a recoger agua a un manantial. En su lugar, voy a ayudar con la ropa de los estudiantes. Lavarla y extenderla. El camino del agua es claro. Es un agua un tanto especial, para medicinas. Shi y las gemelas están escondidas, al acecho. Song algo frustrada por no poder ayudar. Debe estar tan nerviosa y preocupada como yo.

Por la noche, aparecen a la hora convenida. Pero no me cuentan nada. Ya quedamos así. Por si me interrogan. Cuando me las follo, me aseguro de que no están heridas. Ellas se ríen de mí cuando las examino. Aunque las noto algo extrañas. Les ha afectado lo que sea que han hecho.

—————

No es una sorpresa que me llamen al interrogatorio. Al parecer han descubierto la ropa de Ning, manchada con su sangre. Arrastrada por el río.

–Esclavo Kong. Ayer fuiste a buscar agua. ¿Viste algo o a alguien?

–Ayer intercambié el trabajo con la esclava Shu. Estuve en la lavandería.

Comprueban que no miento y me miran.

–Trae a la esclava Shu. Luego vuelve a tu trabajo.

Eso hago. No es que tenga otro remedio. Shu no vio nada. Eso es bueno. La dejo allí y vuelvo a la copistería de manuales. Luego voy a cortar leña. Ya no hace falta que me cambie por ellas. Aunque Shu y Ai insisten un poco. Por si acaso. Consigo convencerlas, aunque se muestran reacias. Prometo tratarlas bien esta noche.

—————

Cuando las invoco, me explican lo que pasó ayer. Pero solo después de follarlas. Esperaba que la mataran, pero parece ser que tenían otros planes. Shi me guía hasta el escondite. En las cuevas. Allí está Pan Ning. Sus manos atadas a una piedra en el techo. Sus piernas atadas entre ellas. Amordazada. Con una venda en los ojos. Inconsciente. Desnuda. Con varios moratones en su antes inmaculada piel blanca. Invoco a las otras tres.

Song la despierta tirándole agua y abofeteándola. Abre mucho los ojos cuando me ve. Solo había visto a Shi. Las gemelas habían actuado desde atrás y encapuchadas. Por si había algún problema. Que no las reconociera. Song le quita la mordaza sin muchas contemplaciones.

–¡Soltadme! ¡Maldito sucio esclavo! ¡Te voy a…!

–¡¡Plash!!

Song la abofetea haciéndola callar.

–No deberías haber intentado matarlo. Para ti ya no es un esclavo. Ahora es tu dueño– le anuncia fríamente.

–¡Él solo es…!

–¡¡Plash!!

–Habla cuando se te pregunte. Si no calla. Si te he quitado la mordaza es solo para oírte gemir– sigue Song.

–¿¡Qué quieres decir con…!?– pregunta asustada.

–¡¡Plash!!

Miro a Yi y Yu. Le están desatando los pies y la obligan a levantarse. A separar las piernas. Sus manos contra el techo. Su cuerpo encorvado. Mostrando su culo. Las miro. Me miran.

–Estamos bien.

Saben que estoy preocupado. Ellas vivieron un trauma siendo violadas. Ver esto podría ser duro para ellas. Pero han decidido hacerlo. Y verlo.

Shi no dice nada. Solo supervisa. Ya la "trató" ayer. Y sabe que Song quiere "colaborar". Yo me acerco. Le cojo un pecho. Aprieto.

–¡No te atre…!

–¡¡Plash!!

Lo masajeo. Aplico qi. Con la otra mano pellizco el pezón al otro lado. También con qi.

–¡Haaah!– se le escapa un gemido. Luego aprieta los dientes. Yo sigo jugando con sus pechos.

–Oh, vamos, no intentas disimularlo. Está claro que te gusta– la molesta Song.

–NNnnn. ¡Nnnnnn! ¡¡NNnnnnnnn!!

Sigo hasta que tiene un orgasmo. Solo con sus pechos. La suelto. Abre la boca, respirando.

–No ha estado mal, ¿verdad? Pero no te preocupes, solo acaba de empezar– se burla Song.

–Por aquí está mojada– señala Yi, humillándola

Pongo las dos manos en sus caderas. Ella se da cuenta de lo que viene ahora. Empieza a moverse. Intenta apretar las piernas. Yi y Yu las separan y la retienen. La penetro desde atrás.

–¡¡Aaaaaaaaaaargh!!– se queja.

–¿Duele? Lo deberías haber pensado antes de pegarle patadas en el suelo. O de intentar matarlo. Pero tienes suerte. Podrás disfrutarlo– sigue burlándose Song. Parece más enfadada que con Bang Rui.

La penetro una y otra vez. Cogiéndola fuertemente de las caderas. Aplicando qi en cada embestida. Se estremece en cada una. Aunque sigue intentando negarlo, apretando los dientes,

–¡¡NNnnnnn!! ¡¡MMmmmmh!! ¡Mmmn! ¡¡¡NNnnNNNN!!!

Tiene un orgasmo. Pero aún intenta apartar sus caderas. Apretar sus piernas. Así que acelero. Sin dejarle tiempo a recuperarse. Llevándole al placer más extremo. Cuando tiene el tercer orgasmo, paro un momento. Ha dejado de resistirse.

–Ah. Ah. Ah. Aah. Ah– jadea.

Llevo mis manos hasta sus pechos. Los aprieto con fuerza. Vuelvo a moverme en su interior.

–¡Iiiiih! ¡¡Hhhaaaaa!! ¡Argh! ¡Aaaaaaah! ¡¡¡HHHaaaaaaAH!!!

–Miradla. No quería que la miraran. Quería matar solo por eso. Decía que el sexo es pecado. Y ahora disfrutando mientras es violada. Con su primer sexo. ¿Se puede ser más pervertida?

–No… Yo…

Song la coge de la barbilla y la hace mirarla a los ojos.

–¿Vas a decir que no lo estás disfrutando?

–No lo estoy… ¡¡¡¡HHHHHAAAAAaaaaaaa!!!!

Tiene un orgasmo mientras intenta negarlo.

–Se siente bien, ¿verdad? Incluso sacas la lengua, como una perra. Como una perra en celo, que es lo que eres.

Ning no responde. Solo jadea.

–¡¡Plash!!

–No cierres los ojos. ¡Mírame!– exige Song, abofeteándola de nuevo.

Yo sigo penetrándola. Su vagina es estrecha. La sensación de dominación sobre ella resulta intoxicante. Sobre alguien que estaba por encima de mí. Sobre alguien que me ha golpeado. Que me miraba por encima del hombro. Que se creía superior. Que quería matarme. Que creía que podía hacerlo como si fuera un insecto.

–Ahora dime lo que sientes, quiero oírlo– sigue Song.

–Yo no…

–¡¡Plash!!

–¡¡Plash!!

–¡¡Plash!!

–¡¡Plash!!

–¡¡Plash!!

La abofetea y espera a otro orgasmo.

–¡Habla!

–Está dentro… ¡¡HaaaaaAAH!! Caliente… ¡HAaaaaaaaa! Todo el cuerpo… Mis… pechos… tocados por un… esclavo.

–¡¡Plash!!

–Lo llamas "Amo" a partir de ahora.

–No…

–¡¡Plash!!

–¡¡Plash!!

–¡¡Plash!!

–A… Amo

–Bien, vas aprendiendo. Sigue.

–No puedo resistirlo… ¡¡¡HhhaaaaAAAAAH!!! El placer… 

–Bien. Si quieres volver a correrte, suplícaselo a tu amo. Dile que eres suya y suplícalo– acaba Song. Antes de soltarle la barbilla.

Deja caer la cabeza. Mirando al suelo. Sigue gimiendo. La mantengo al borde del orgasmo. También le provoco dolor. Durante varios minutos gime y jadea. Yo me tengo que controlar para que no tenga un orgasmo. Para no correrme yo dentro de ella.

Su piel es blanca y suave. Su figura más rellena que las esclavas. Sus gemidos sensuales. Su vagina se aprieta a ratos. Su cuerpo se estremece, pero sin llegar al orgasmo. La penetro con furia una y otra vez. Marcándola. Pero no dejo que se corra. Durante varios minutos.

–No… puedo más… ¡Hah! ¡¡HHaaaH!! Quiero correrrme… ¡¡Aaaaah!! A…Amo… Por favor… ¡Haaaaaah! Yo… ¡¡¡HHHHAAAAAA!!! Yo… Soy tuya… Hazme… ¡¡¡HaaaHH!!! Correrme… ¡¡¡HaaAAH!!! ¡Haah! Te lo… ¡¡¡HHaaaaa!!! Suplico– se rinde finalmente.

Puede notar la conexión. De total sumisión. Parece que la hemos quebrado completamente. Quizás porque ya estaba obsesionada al principio. Con Rui costó mucho más. En cuanto lo dice, añado un poco más de qi. Se corre.

–¡¡¡¡HHHHHHHHHAAAAAAAAAaaaaaHHH!!!! ¡¡¡¡Siiiiiiií!!!! ¡HHHHHAAAAAAaaaaaaaaHHHHH! ¡¡¡¡¡¡HHHHAAAAAAAAAAAAAAAAaaaaaaAAAAAAAAHHH!!!!!!

–No le has dado las gracias– le reprocha Song.

–¡¡¡HHHHHAAAAAAAAH!!! ¡¡¡Gracias….AAaaa…mo!!! ¡¡¡HHHAAAAAAAAAAAaaaaaahhh!!!

La sigo violando. Dejando que tenga varios orgasmos seguidos. Dejándola al borde del colapso cuando la lleno de mí.

–Eres una buena perra. Tu primer sexo. Siendo violada. Y mira como estás– le dice Song, mientras la desata.

Ning se desploma. Se queda jadeando en el suelo. Yo las miro.

–¿Estáis bien?

Ellas asienten. Se acercan una a una y la patean una vez. Me besan. Luego las dejo marchar. Las veo hablando. Primero serias. Luego se relajan. Parecen aliviadas. Traigo a Rui.

–Ella es Ning. Ahora es mi mascota. Como tú. Enséñale. Puedes pegarle, pero nada de daños graves.

Rui la mira con odio. Pero después una sonrisa perversa asoma en sus labios. Le da un patada.

–Mira y aprende como servir al amo.

Se arrodilla y me hace una felación. Ning mira desde el suelo. Parece confundida. Y sigue mirando cuando hago que Rui se agarre a las cuerdas que aún cuelgan del techo. Y la penetro. En lugar de ser yo, hago que se mueva ella. Su culo se mueve hacia mí. Luego se aleja. Una y otra vez. Violentamente. Gime y jadea. Se mueve casi con desesperación.

–¡Hhhaaaaaaahhh!. ¡¡Amo está dentro de mí!! ¿Lo ves, perra? ¡¡Haaaaahh!! Tienes suerte de que el amo te haya domado. ¡¡¡¡HHHHHAAAAAAaahh!!!!

Al cabo de un rato, Ning se está frotando la entrepierna. Ni siquiera parece estar pensando en ello. Cuando nos corremos, nos mira con deseo. Las mando de vuelta. Dejo que Rui le enseñe a hacer una felación con un consolador doble. Luego la folla con él, cogiéndola del pelo. Metiéndoselo ella también. Parece que quiere dejar claro quién manda. Quién es la primera "mascota". Ning no opone resistencia. Se somete también a ella.

Mientras, he quitado las cuerdas y vuelto al bosque. Y a entregar la leña. Me entero que la han dado por muerta. Lo normal. Desaparecen varios estudiantes cada año. La mayoría por disputas internas entre ellos. Si los pillan, pueden sufrir fuertes castigos. Pero tampoco se pone mucho esfuerzo en ello. Se considera parte de su crecimiento. Se filtran a los demasiado débiles o incautos. Total, solo uno de cada cinco o diez debe de llegar al reino del Alma. El resto son expulsados cuando no pueden seguir mejorando. Solo unos pocos con padrino tienen una consideración especial.

Por la noche, Liang me mira un poco extraña. Tengo coartada y lo sabe. Pero creo que sospecha algo. Que intuye algo. Quizás me lo imagino. Como sea, no dice nada. Además, pronto llegan Ai y Shu. Hoy no les tocaba venir. Parecen contentas que Pan Ning haya desaparecido. 

–Es un suerte– comenta Ai.

–Le está bien merecido– gruñe Shu.

–Espero que no vuelva– añade Liang.

Me acerco por detrás y le cojo un pecho de cada uno. Acariciándolos.

–¡Aaaaah! Creía que hoy no tocaba– protesta Ai, aunque me deja que siga jugueteando con su enorme pecho.

–No, pero ya que habéis venido y que podemos celebrar que no me va a molestar más…

–Bueno, si no hay más remedio… ¡¡Hhaaahhh!! ¡Mi pezón…! No seas tan… ¡Aaaaah!– exclama Shu.

Liang se cuela entre las dos y me besa. Nuestras lenguas se entrelazan. Me hace soltarlas un momento para desnudarme. No sé cuándo se ha quitado ella también la ropa. Su cuerpo se frota contra el mío. Su calidez traspasa mi piel.

Pronto noto la presión de otros dos cuerpos desnudos a los lados. Entre las tres me tiran al suelo. Ríen. Juguetean con mi miembro hasta que está erecto. Liang lo lleva a su interior. Las otras secuestran mis manos. Entre sus pechos. Mientras sus labios juguetean con mis orejas.

Liang no deja de besarme mientras me cabalga. Las otras dos la provocan de vez en cuando. Pellizcan sus pezones. Palmean su culo. Se desploma sobre mí cuando la lleno. Se queda mirándome, entre beso y beso. Hasta que la echan de encima, riendo.

Ai ocupa su lugar. Sus masivos pechos se aplastan contra el mío. Liang se venga de ella. Shu también la molesta. Me besa de vez en cuando. Pero gime y jadea más que besa. Acaba con su rostro a un lado, sobre mi hombro. Ocultándolo. Gimiendo. Satisfecha.

Shu la empuja para tomar su lugar. Sonría con lujuria. Pero ha cometido dos errores. Primero que ha sido la que más me ha provocado. Segundo que mis manos están ahora libres. Me revuelvo sobre mí mismo. Ahora está debajo. Le hago doblar sus muslos, sus piernas. La cojo casi de las rodillas mientras penetro. También palmeo sus nalgas de vez en cuando.

–Así aprenderás.

–¡¡AAahh!! Kong… ¡¡¡Me vengaré…!!! ¡¡¡¡HHHHAAAAAAAaaaaahhhhhh!!!! ¡¡Parad vosotras dos!!.

Pero Liang y Ai no le hacen caso. Juguetean con sus pezones. Ella solo puede gemir. Y rendirse. Esta vez ha perdido. Aunque no parece que le importe mucho.

Cuando se duermen llamo a las cuatro. No me preguntan por Ning. Pero me hacen atarlas y violarlas. A veces me preocupan con sus fetiches. Pero cuando al acabar me besan y ríen, me tranquilizo. Querían probarlo. Y también desafiarse a sí mismas. Que no les pesara.

Por su parte, Ning está totalmente sumisa. Incluso cuando la desvirgo analmente. Rui la insulta y a veces la sacude. Se burla de sus abundantes pechos, que no dejan de rebotar. Pero ella sigue sorprendentemente obediente. Parece que al perder su orgullo se ha sometido del todo.

Luego tengo que "premiar" a Rui por su trabajo. La follo analmente. Hago que Ning le chupe el clítoris. Que la penetre con el consolador doble, que está también en ella. De vez en cuando las hago correrse a las dos. Las devuelvo cuando se desmayan.

Me duermo después de practicar otra vez Armadura interior. Después de llegar a la etapa seis y de ser golpeado, he comprendido algunas sutilezas. Se puede tener un control más fino. Más preciso. Finalmente me duermo. Ignorante de lo que me espera mañana. Aunque debería haber adivinado que Shu se iba a vengar.


Load failed, please RETRY

Weekly Power Status

Batch unlock chapters

Table of Contents

Display Options

Background

Font

Size

Chapter comments

Write a review Reading Status: C27
Fail to post. Please try again
  • Writing Quality
  • Stability of Updates
  • Story Development
  • Character Design
  • World Background

The total score 0.0

Review posted successfully! Read more reviews
Vote with Power Stone
Rank 200+ Power Ranking
Stone 56 Power Stone
Report inappropriate content
error Tip

Report abuse

Paragraph comments

Login

tip Paragraph comment

Paragraph comment feature is now on the Web! Move mouse over any paragraph and click the icon to add your comment.

Also, you can always turn it off/on in Settings.

GOT IT