—Tú...
Kate se quedó sin palabras y sintió que su día se había dado vuelta, como si el mundo quisiera jugarle una broma. Tuvo una sorpresa tras otra, desde el embarazo hasta el hecho de que su nuevo jefe era el mismo hombre con el que había pasado la noche más increíble, que además resultó ser el padre del bebé.
—Oye, ¿por qué sigues haciendo esa cara graciosa? —se rió el hombre— No me digas que en realidad no tenías idea de que yo sería tu nuevo jefe.
El hombre se levantó y caminó con arrogancia hacia su escritorio. Se apoyó en su escritorio y metió las manos en los bolsillos de sus pantalones. Levantó una ceja y se burló, —¿En serio? ¿Ni idea? ¿Ni la más mínima idea?
—¿Cómo podría haberlo sabido? —Kate se defendió— No actuaste como un verdadero CEO esa noche.