—Jorge no pudo evitar acariciar su barba y luego dijo suavemente: Solo te tengo a ti como mi discípulo, así que eres el único que puede heredar esta posición.
—¿No puedes buscar a otro discípulo? —preguntó Connor con una expresión algo exasperada.
—Nunca tuve la intención de tomar más discípulos desde el principio. Después de todo, si mis discípulos son todos tan tontos como tú, ¡se convertiría en un chiste en el mundo de las artes marciales antiguas! —Jorge despreció los sentimientos de Connor y respondió con calma.
La expresión de Connor se volvió aún más incrédula al escuchar esto. Jorge se estaba burlando abiertamente de él, y no podía encontrar ninguna razón para refutarlo.
—No necesitas preocuparte demasiado por esto. Aunque serás el futuro líder de la Secta de la Nube Púrpura, no significa que tengas que gestionar la secta. ¡Al igual que yo, puedes delegar esas responsabilidades a otros! —Jorge lo miró y sugirió con calma.
—¿Esa es una opción? —Pareció sorprendido.