Al salir de la gran pagoda, Sunny miró con cautela los huesos de Sevirax el Dragón de Marfil, a quien Kai había matado en la Pesadilla, y se dirigió lentamente hacia el lago.
Su superficie estaba tranquila y clara, como siempre. La luz del sol se reflejaba en las aguas tranquilas, haciéndolo parecer una piscina de plateado brillante. A pesar de la belleza del lago celestial, Sunny no pudo evitar sentir un toque de inquietud al acercarse a él. El recuerdo de la furiosa batalla naval todavía estaba fresco en su mente, por lo que ningún cuerpo de agua se sentía seguro.
En la orilla, un banco intrincado hecho de piedra blanca estaba de pie, invitando a la gente a descansar y disfrutar de la vista idílica. En ese momento, estaba ocupado por una figura familiar. Nephis estaba sentada con las piernas cruzadas, mirando el agua brillante con una expresión distante. Cuando la sombra de Sunny cayó sobre ella, se quedó un momento y luego levantó la mirada.
—Sunny.