Cuando desperté, el sol acababa de ponerse. Parpadeo mis ojos para ajustarme a la oscuridad de mi habitación.
—¿León? —llamé suavemente, pero nadie respondió—. Parece que aún no ha regresado.
«Quizás todavía estaba hablando con mi padre sobre algunos asuntos importantes» —pensé.
Me levanto lentamente y salgo de mi habitación. Afuera las sirvientas están haciendo su rutina normal de la noche.
—Princesa —Tricia estaba caminando hacia mí—. Ya estás despierta.
—Sí —asentí—. ¿Cuánto tiempo estuve dormida? —pregunté.
—No mucho tiempo princesa. Al menos una hora —respondió Tricia.
—Oh —reaccioné—. Así que no dormí tanto. Pero la siesta hizo algo bueno, me siento refrescada.
—La cena está siendo preparada. Tomará aproximadamente una hora —dijo Tricia—. El príncipe Regaleon dijo que te acompañará a cenar, así que he preparado los platos habituales que le gustan.
—Gracias Tricia, eres la mejor —sonreí de todo corazón.