Jasper, al percibir algunos movimientos, detuvo su nado momentáneamente y miró hacia su habitación. Las cortinas ondeaban ligeramente. Entrecerrando los ojos contra los rayos del sol, se esforzó por captar algún signo de movimiento detrás de las cortinas, pero el vaso permanecía inmóvil, sin revelar ninguna figura clara.
Incómodo por si solo era el viento jugueteando con la tela o si realmente alguien había estado observando, Jasper afinó su concentración, intentando descifrar cualquier presencia oculta. Su mano se deslizó por su cabello húmedo, una chispa de duda nublaba sus pensamientos.
Descartando la idea de que hubiera ocurrido algo fuera de lo común, Jasper volvió su atención a su natación. Con un espíritu despreocupado, continuó deslizándose a través del agua, dejando que sus pensamientos se dispersaran con cada brazada.