—¡Hola, hola...! —Abigail gritó—, pero no hubo respuesta del otro lado del teléfono.
Sus ojos se abrieron con shock y horror mientras observaba el teléfono.
—¿Cómo puedes ser tan insensible? Ellos no merecen tu ira. Esto no es amor, Britney. ¡Es crueldad y egoísmo!
Abigail estaba preocupada por la seguridad de toda la familia. Las lágrimas fluían incontrolablemente mientras el peso de la situación la abrumaba. Agarró firmemente su teléfono, sus manos temblaban. La gravedad de la amenaza que se cernía sobre Cristobal y su familia parecía sofocarla.
Su corazón dolía por las vidas inocentes atrapadas en el fuego cruzado de la obsesión de Britney. El amor y el cuidado que había presenciado de parte de los padres de Cristobal hacia Britney la habían conmovido profundamente, y la idea de que pudieran resultar heridos despertaba en ella un fuerte sentido de responsabilidad.
—¿Cómo iba a salvarlos de la locura de Britney?