Una vez que Tom abrió la puerta, se sorprendió al ver a Alicia allí parada,—¡Buenos días! —Saludó con una sonrisa amigable, mientras lo miraba de arriba abajo, preguntándose por qué estaba vestido así tan temprano en una mañana de sábado.
—Buenos días. ¿En qué puedo ayudarte? —Preguntó sin devolverle la sonrisa ni molestarse en invitarla a entrar. Aunque Lucy todavía estaba en su dormitorio y tanto Sonia como Bryan habían entrado al dormitorio contiguo cuando escucharon el sonido del timbre, no quería que Alicia entrara en su casa.
Algo en la forma en que Alicia siempre lo seguía con la mirada, como si estuviera vigilándolo, lo hacía desconfiar de ella, y aún no había perdonado a ella y a Jasmine por lo que hicieron durante la cena.
—Esperaba poder hablar contigo por un momento —dijo, y Tom levantó una ceja.
—¿Hablar conmigo? —Preguntó, y cuando ella asintió, a regañadientes sostuvo la puerta abierta para que ella entrara.