Durante su interrogatorio con los Namriks, sus preocupaciones de antes no tenían mucho significado para la raza completamente nueva. Quinn siempre había supuesto que bien podría haber un celestial que estaba cuidando el planeta actual.
Al igual que el celestial que cuidaba la raza Memerial y Athos, quien cuidaba a los Amra. De alguna manera, la Tierra tenía a Sera y Bliss cuidándolos. Dependiendo de qué tan grande fuera la población, parecía que podría haber muchos celestiales cuidándola.
Por eso, como precaución, cuando Quinn viajaba, se había puesto la máscara que Minny le había dado, escondiendo su rostro. Si un celestial veía quién era, podrían entrar al espacio celestial e informar a Mundus que Quinn había escapado.
Cuanto más veía Quinn mientras viajaba por la zona residencial, más preocupado estaba de que fuera cierto. Los Namriks no parecían tener un poder especial, además de la transformación de un solo brazo y la tecnología y uso de los cristales de bestia que tenían.