Quinn procedió a explicar a los demás lo que había ocurrido cuando llegó por primera vez y su encuentro con el líder de la familia Fortuna. Era difícil para Layla sentirse molesta con él porque entendía en cierto modo el pánico que él pudo haber sentido en el momento en que ella entró.
No solo Quinn, sino que ella también había actuado precipitadamente al subirse al barco para detener a Jim Eno, que estaba a bordo. En esta situación, ella solo necesitaba tratar de ver el lado positivo.
—Probablemente solo te vio de cerca durante una fracción de segundo... ¿verdad? —preguntó Layla—. Hay una posibilidad de que no recuerde tu rostro.
Layla miró a Quinn y notó cómo él se veía diferente en comparación con los demás, con su cabello ligeramente rizado y su aspecto que iba más allá incluso de un vampiro. Sentía que tenía que estar bromeando consigo misma.
Con este sentimiento de pavor, se acostó en una de las camas.