Después de llegar hasta aquí, lo que parecía ser el último obstáculo que les había detenido de avanzar... era una contraseña.
—Ese anciano senil, ¿simplemente olvidó, o está jugando con nosotros!? —Quinn pensó, pero eso no importaba porque tenían que prepararse para lo que estaba por ocurrirles a continuación.
Una luz roja se veía alrededor del borde del gigantesco platillo volador, lo que indicaba que esto no era ninguna broma.
—¡Estoy preparando defensas en la nave! —Logan colocó ambas manos en el centro de comando y se preparó para usar su habilidad para sacarlos de alguna manera de esta estación. Después de todo, él era el mejor en este tipo de cosas.
Quinn extrañamente tenía los ojos cerrados porque podía oír algo. Debido a que estaba amortiguado, no estaba seguro de qué era. Siguiendo el extraño ruido, llevó sus ojos a los peculiares contenedores gigantes conectados a la nave principal, que se abrían lentamente.