—Reír todo lo que quieras, perra.— Orpal se levantó ileso pero furioso.
Había sido rechazado una vez más por una mujer hermosa lo suficientemente digna de su atención y acosado por un monstruo escamoso como su hermano. Sin embargo, lo que más le enfurecía era la risita de Valeron que le recordaba a la de Lith cuando era bebé.
—Sólo lo hará más divertido cuando te vea ahogarte en tu propia sangre, igual que Manohar.—
***
Ciudad de Belius, a la mañana siguiente.
Al despertar, Lith tuvo la peor mañana de sus tres vidas.
Inmediatamente reconoció su habitación, pero parecía un campo de batalla. Sus garras todavía estaban afuera y al no ver a Kamila, temía haberla lastimado gravemente. Lith olfateó y buscó sangre para entender qué había pasado y sólo cuando no encontró ninguna pudo calmarse.
Luego, recordó los eventos de la noche anterior.