Aún Friya estaba equivocada acerca del Marqués. Seguían a Belin por toda su casa gracias a la magia dimensional del Espíritu, el binocular e incluso la Visión de Vida, pero nunca tomó su amuleto de comunicación.
Cuando finalmente uno de sus sirvientes salió de la casa, Quylla lo siguió solo para ver a uno de los mayordomos comprar los alimentos diarios.
Dentro de su lujosa habitación de invitados, Jirni usó los objetos encantados que llevaba disfrazados de joyas para buscar dispositivos de vigilancia, no encontrando ninguno. Luego, revisó los cuadros en busca de agujeros y por último la chimenea, descubriendo que era idéntica a las de la casa Ernas.