Cuando la Hidra abrió su tercera boca para hablar, usando las otras dos para mantener al oponente en su lugar, también lanzó una ráfaga de fuego azul-violeta que golpeó al Primogénito desde casi a quemarropa.
—¿Desde cuándo las Hidras pueden usar Llamas del Origen? —Vladion y los demás pensaron al unísono.
Lith desenvainó la Guerra para darlo todo desde el principio. Según Solus, entre su equipo y sus poderes inusuales, esas Bestias podrían igualar su fuerza.
La arpía, que tenía el pecho y el rostro de una mujer y el resto del cuerpo de un ave humanoide, blandía dos cimitarras con ambas manos y pies. La armadura de Orichalcum que llevaba no obstaculizaba sus movimientos ni los de las alas emplumadas en su espalda, permitiéndole volar con la gracia de una mariposa.