El Vizconde despreciaba a los plebeyos, pero era un hombre lo suficientemente inteligente como para saber cuándo tragarse su orgullo y comportarse amablemente. Hace solo unas horas, estaba enojado con la Dama Ernas por traer un invitado no deseado a su casa.
Krame no se quejó con ella solo porque esperaba establecer lazos con la Casa Ernas. El repentino giro de los acontecimientos había convertido a Friya en una diosa de la victoria a sus ojos.
Tener al Regente de la ciudad bajo su techo aseguraría que todos sus planes se hicieran realidad una vez que se resolviera la crisis. El Vizconde estaba tan enojado consigo mismo por su falta de previsión que si hubiera podido viajar en el tiempo, se patearía el trasero.
'Las malas noticias corren rápido.' pensó Lith. El Alto Mando le había otorgado el control total sobre Zantia en medio de la noche, pero el Vizconde ya sabía sobre el cambio en el equilibrio de poder.