Mirim Distar golpeó con el puño el reposabrazos de su silla.
—Bien. Si quieren guerra, entonces guerra será. Basta de sutilezas y maquinaciones. Voy a hacer todos los preparativos necesarios para detener y poner en cuarentena a todo el personal de la academia hasta que se encuentre a los traidores.
—¡Esto... esto tendrá terribles consecuencias para la reputación de la academia y para los estudiantes! —Linjos balbuceó desconcertado—. Las clases serán suspendidas, los exámenes retrasados. ¡Sin mencionar que aún tenemos que prepararnos para el ataque inminente de Balkor!
—No tan terrible como más estudiantes muertos lo harían, Linjos. —La marquesa entendía sus preocupaciones, pero podía ver el panorama completo—.
—Una reputación puede ser reconstruida, lo mismo se aplica a una academia. Los muertos, en cambio, no tienen ese lujo. No quiero que más estudiantes sean puestos en peligro por jugadas políticas, ni que el Grifo Blanco sufra de sabotajes como el año pasado.