—¿Qué está pasando? —preguntó Maverick de manera pasiva.
—Mav—
—Hermano, ella es mi mujer ahora —sonrió Rex con los ojos entrecerrados. Maverick podía sentir la felicidad que irradiaba.
—¡Rex! —Celestine apretó el puño mientras esperaba escuchar lo que Maverick diría.
—¿Qué? Todavía se va a enterar, después de todo, ahora eres mi prometida... ¿nos comprometimos, verdad?
Celestine casi lloró de vergüenza. Rex siempre había sido un bocazas, pero esta vez, obviamente lo estaba haciendo para obligarla a no tener otra opción que aceptarlo.
Los ojos de Maverick bajaron a la mano de Celestine y vio el anillo de diamantes brillante que le sonreía.
El anillo era grande y hermoso, llamaba la atención de la gente y les anunciaba que Celestine estaba comprometida.
Celestine escondió lentamente la mano detrás de ella y esperó con el corazón latiendo fuerte la decisión de Maverick.