Maverick, por otro lado, estaba mirando el documento que le había traído Yellow. En la parte inferior del documento había una firma en negrita.
—¿Quién le consiguió los papeles? —Sus ojos afilados y poco amistosos miraron a Yellow, quien tenía la cabeza baja.
—Lo siento, jefe, ella me obligó a hacerlo.
Maverick recogió un encendedor de la mesa central y lo encendió. Levantó los papeles de divorcio y prendió el borde. Lentamente, observó cómo el papel se quemaba y se convertía en cenizas.
—La próxima vez que vayas a hacer ese tipo de recados... —hizo clic en el encendedor y observó cómo la llama azul aparecía. Luego levantó lentamente los ojos y fijó su mirada en Yellow durante unos momentos antes de soltar el encendedor y hacer desaparecer la llama.
—Lo siento, jefe, no volverá a suceder —prometió Yellow.
—Vete —dijo Maverick.
Yellow se inclinó antes de salir.