La aparición de Clara apareció en la gran pantalla inmediatamente. Estaba sentada contra la cama del hospital. Su rostro era pálido y delicado.
Clara se enfrentó a la cámara y sonrió fríamente:
—Hola a todos, soy la dise?adora de joyas Clarita.
Gonzalo sintió el enfado de la persona que tenía entre sus brazos. Le agarraba con fuerza como si quisiera romperle la mano.
Incluso oyó su respiración acelerada.
—Era reacia a anunciar mi identidad. Pero mi mejor amiga Isabella falleció y me donó su corazón para que pudiera sobrevivir —Clara dijo.
—Y el dise?o de Clarita lo hicimos ella y yo juntos. No quiero que el mundo se olvide de ella, así que ahora dejo la identidad de Clarita como dise?adora a ella. Espero que todos recuerden que a partir de ahora esta identidad solo pertenece a Isabella. No dise?aré más joyas después.
—También dona este anillo en nombre de ella. Gracias a todos.
Los invitados sentados en el fondo vieron eso y sus ojos enrojecieron.