��Realmente... ��Cristina acababa de decir algo, vio que Gonzalo estaba a punto de ser m��s enojado.
Cristina se apresur�� a decir:
��Fue Jorge quien cogi�� la tetera de cristal para golpearme. Le di una patada, la tetera cay�� al suelo y los cristales rotos salpicaron, eso me hiri�� la pierna. Realmente no es grave y no me duele.
Despu��s de decir eso, cubri�� los ojos de Gonzalo para evitar que mirara y dijo:
��Est�� bien, no te enojes.
Despu��s de todo, matar��a a alguien cuando Gonzalo estaba fuera de control.
No quer��a que le volviera a estrangular el cuello.
Con ella cubriendo sus ojos, Gonzalo no pod��a ver nada y se volvi�� a��n m��s sensible al olor a sangre.
Solo sus delgadas manos con su tenue fragancia medicinal calmaron su violento factor.
Gonzalo tambi��n sab��a que su aparici��n daba miedo. Recogi�� el aliento y dijo:
��Bi��n.
En ese momento, Marcos tambi��n encontr�� una plaza de aparcamiento, se detuvo y luego sac�� el botiqu��n del maletero: