Ya han pasado varios minutos desde que los dos grupos fueron a excursionar los dos caminos que conducen al jefe final. Gerardo estaba más que serio respecto a ello que juntandose con su equipo de estrategas hablaron al respecto de ello alejados del ejercito.
—No han venido los dos grupos de excursión —comentó Jorge y luego comentara otra estratega—. Y lo peor es que ya han pasado como casi una media hora desde ello —no tenía la confianza como antes cuando entró a este mundo y luego Gerardo pensara sobre ello—. "Tenemos que avanzar, los cazadores ya se están dándose cuenta que lo que hice fue mandar a los aventureros al matadero o piensen que yo los usé como carne de cañón para que siguieramos adelante sin temor alguno."
Era claro, otra posibilidad era incitar a los muchachos que se relajaran un poco más pero la sed de venganza que tenía la mayoría de los cazadores, siendo del Gremio Olmeca era gigantesco que no podrían quedarse aquí por mucho tiempo.
—Hay que avanzar —concluyó—. No tenemos de otra más que seguir —ese era la conclusión hasta que uno mencionó sobre una opción novedosa—. ¿Porqué no enviamos drones a esos lugares? Tal vez y ellos se encuentren bien.
Era muy viable esa opción, era la más adecuada para esta situación en la que se encontraban ante la espada y la pared de que la posibilidad de que ambos grupos que están reunidos más de cincuenta cazadores estén sin vida y no haya posibilidad de que se encuentren sus cuerpos.
Pero Gerardo estuvo enojado por mencionar ello: —¿Qué no recuerdas que planearon eso con otro grupo y al final todos terminamos en una lucha que casi salimos perdiendo gracias a ello? ¿Solo porque enviamos drones y el enemigo fue tan inteligente como para desarrollar la tecnología que tiene nuestro mundo?
>¿Quieres meternos en más problemas gracias a esa opción?
No debían de cometer el error dos veces. Los rumores de que un grupo de aventureros que usaron la tecnología de este mundo para investigar lo que hay en el camino son ciertos, pues no creen que el enemigo es inferior sino lo contrario, ahora tratan a su enemigo como si fuera un ser superior que los instiga a estar al pendientes de todo, incluso de sus propios compañeros.
—Vamos a actuar de una vez —Gerardo finalizó esta reunión y fue a llamar al ejercito para que se prepararan—. ¡Todos prepárense! ¡Vamos a seguir avanzando!
Todos se preparaban, pues como hay aventureros que se cansan de llevar tanto tiempo sus armaduras siempre se lo quitan cuando tienen tiempo de descansar, en especial para los escuderos que siempre están al frente de la fila.
Cinco minutos despues dos grupos se habían divido para que cada quien vaya a una ruta en la que puedan no tardar mucho tiempo en estar buscando al jefe de esta mazmorra gigantesca.
Gerardo asintió a sus camaradas que están al frente y al grito con fervor que llamó a todos que avanzaran: —¡A caminar mis compadres! —todos los aventureros gritaron y avanzaron a paso firme.
Todos avanzaron con seriedad, todos estaban preparados mentalmente para lo que vendra despues. Estaban dispuestos a vengar a su gente luego de que estos hubieran salvado a miles de vidas o quizás millones sino fuera por su creación.
Darían todo para saciar ese sentimiento que una vez lo tuvieron el pasado, y eso era la mera libertad, ¿pero de qué? Esa respuesta sería ante el sufrimiento mental de perder a aquellos quienes sí hicieron cambiar a la sociedad.
El caminó era largo y angosto, era bueno como para que el ancho del grupo fuera aceptablemente grande. Los escuderos estaban al tanto de que un enemigo vendría hacia ellos, su altura midiendo en su mayoria superior a los uno noventa metros les favorecía.
Pues al ocupar una ocupación sus cuerpos de verían afectados, quienes tienen a ser de una ocupación relacionado con la protección tienden a ser altos en su mayoría, otros que tiene a usar mucho la destreza tienden a medir inferior a los uno noventa metros. No solo al querer ocupar por primera ve una ocupación cambian su físico, sí llegan a cambiar de ocupación que solo pueden hacerlo una sola vez su altura y poder cambian.
Al estar a una distancia más alejada a la salida de este todos guardaron silencio ante lo que vendría, hubo veces que pararon para escuchar sí el enemigo vendría pero nada, era extraño.
Gerardo estaba al tanto de todo ya no sentía la misma confianza que antes. Sino fuera porque ahora mismo estabab usando un hechizo de fuego creando una gran bola de fuego esto se complicaría las cosas. Más allá pudieron observar que a lo lejos hay alguien que estaba ahí quieto, parado.
"—Podrán ser el grupo de aventureros que enviamos."
Cuando estuvieron cerca, Unos escuderos se acercaron que al llamarlo este cayó inconsciente. Los escuderos vieron sangre en su cabeza concluyendo que murió por un golpe en la cabeza.
—Vamonos de regreso rápido.
—Córrele, cabrón.
En el otro lado un escudero estaba más que serio observando todo con tranquilidad. Pasaron varios minutos hasta que de pronto vió una luz que se iluminaba en el otro camino y saliera de ahí un orco.
Entonces fue el escudero que gritó alertando a todos sobre ello: —¡Enemigo a la vista! ¡Enemigo a la vista! —fue tal que los escuderos se pusieron en alerta ante el inminente ataque de los orcos. Desde un principio sabían bien que entraron a la boca del lobo, pero su esperanza de querer llegar tan rápido como pudieran contra el jefe final era alta que dejaron de lado la probabilidad de que nadie sobreviviría ante esta nueva emboscada.
Poco a poco los orcos salían de sus escondites y esperaban a que gran cantidad de orcos se reunieran para así atacar grupalmente contra los orcos.
Con Gerardo, él sabía bien que esto iba a pasar. Tendría que pasar, pues este era el único camino que esa esencia que ese orco había dejado.
Pero no previó lo que vendría despues que Gerardo se puso serio y luego se pusiera en un estado atónito: "—No me jodas —miró que los orcos, que llevaban sus antorchas lo habían tirado."
Gritos furia y rabia de aquellos orcos se escuchaban en todas partes, era tal como para decir que eran cientos o incluso eran miles de orcos que lo tenían rodeados por completo.
Y lo que no esperó es que con la luz que proyectaba sus antorchas y la orbe de luz estos cambiaran físicamente. Su piel se puso negra al igual que sus ojos, la magia hizo que sus iris se entornaran en blanco y se iluminarán ante la oscuridad formando una mirada mucho más tenebrosa y profunda.
Gerardo sintió que sus instintos se activaron de repente cuanto los miró cambiar de físico. Estaba atemorizado: "—Maldita seas... hehehe... Ya tiene tiempo que no sentí esto desde que de pequeño me golpearan mis padres."
Un orco se insinuó en ser el primero en ir tras ellos, luego otro y otro y así sucesivamente hasta que uno se armo de valor gritando con fervor y fuera corriendo sin temor alguno. Los otros corrieron motivados por aquel orco que se adelantó y mostró ser quien es.
Gerardo volvió despues de estar en ese estado que se puso en marcha y así ordenará a su grupo: —¡Escuderos, protegan todo lo posible a nuestra gente! ¡Arqueros, disparen! ¡Magos, lancen hechizos de fuego!
Cuando el enemigo estuvo cerca atacaron al unisono para que el impacto fuera poderoso. El grupo de apoyo hacía todo lo posible para drenar maná del suelo que era rico, pues la tierra aún estaba viva después de todo que usaron ello para drenar su maná.
Cuando el enemigo recibió aquel impacto, saliendo de aquellas llamas esos orcos no sintieron dolor que siguieron avanzando aún sí tenían heridas de quemaduras tan atroces y tuvieran flechas enterradas.
Lo extraño es que ni la punta atravesó algún punto vital donde impactaron, los orcos no se detuvieron y fueron directo a la linea de defensa que eran pocos y podían facilmente atravesar.
Donde estaba Gerardo, este llamó a todos que avanzaran hasta llegar en donde estaba el jefe: —¡Sigan avanzando rápido! ¡No se detengan! —pero detrás de ese comportamiento su mente era todo lo contrario: "—Vamos, ¡sigan avanzando para que pueda tomar el control del Gremio Olmeca!"
El enemigo que lograba atravezar las primeras barreras y se topaba con las lineas de ataque, estos hacían lo imposible para eliminar a los orcos pero era difícil de eliminarlos pues su condición física mejoró a un estado brutal.
Sufrían bajas consecutivas, fue tal que varios cazadores de rango alto tuvieron que actuar por instinto que en su mayoría eran del grupo de ataque.
Gerardo podía ver lo que hay más allá, lograba ver que más adelante solo había dos caminos que dividía: "—Desde un principio fue una trampa,."
Ya no había marcha atras, el enemigo los tenía rodeados. Gerardo ya estaba a punto de retirarse solo en sigilo hasta que vió a alguien correr entre las lineas de ataque y fuera directo a luchar.
Su fuerza, su velocidad fue tal como para que eliminara fácilmente a todo aquél que se interponía en su camino. Era tal que incluso podría crear montañas de cadaveres de orcos que cuando se quedaba quieta en un mismo lugar los orcos caían inertes rodeando a aquella cazadora que relucía su estilo de combate.
Fue tal su participación como para que avanzaran mucho más allá y esta gritara con entusiasmo que avanzaran: —¡Sigan, puta madre! ¡Ya estamos cerca de donde proviene el enemigo!
Tenía puesto un casco que no se podía ver su rostro, su armadura delataba que era una posible asesina, pero para ser una debía de no ser capaz de hacer esa acción.
"—¡Estamos cerca, presiento que estamos casi cerca de ese cabrón!"
Su afilada vista determinaba en qué puntos críticos debía de cortar, con un solo corte era suficiente para eliminar a un orco gracias a su daga. Era tan rápida que incluso ella podía verlo todo en poco a poco a cámara lenta: "—¡Si! ¡A este ritmo podré hacer que el ejercito avance!"
Sin darse cuenta a ese ritmo a que iba era claro que el ejercito avanzaba mucho más rápido a pesar de que el ejercito enemigo fuera numeroso, para ella simplemente sería unas simples hormigas.
Durante unos minutos fue así, todo iba bien hasta que de pronto sintió una punzada en su corazón que se detuvo. No podía seguir por que su corazón le estaba cobrando factura luego de explotar esta cualidad especial que tiene: "—Agh, puta madre, creí que ya se había curado mi enfermedad."
Casi un orco iba a abatirla pero fue en ese momento que una lanza atravezo su pecho siendo un escudero y despues llegará más y más aventureros a cubrirla y que al momento de ir a actuar Gerardo le habló: —Ya no sigas.
—¿Eh? ¿Porqué debería de escucharte? —estaba irritada, pues ella odia que le dieran ordenes pero Gerardo le aclaró lo que pasa— Nos ahorraste mucho tiempo desde que apareciste.
>Abriste el camino angosto que llevaba hacia el jefe final y aquí estamos gracias a ti.
En frente hay una gran puerta que los abriría ante el jefe final. Los escuderos tiraron sus escudos y se pusieron en marcha sacando sus armas que ocuparían para la siguiente ronda.
Espadas largas, espadas gemelas, espadas personalizadas a la medida de sus usuarios para que usen perfectamente bien para sus luchas, una gran varierdad de armas que cada escudero podía manejar.
Los escuderos avanzaron y lucharon contra los orcos que rápidamente los eliminaban. Duraron minutos en llegar a la puerta que todo el área estaba ya despejada pero la retaguardia era todo lo contrario.
Gerardo miró cómo aquéllas personas luchaban para seguir sobreviviendo y vieran de nuevo a sus familiares que los esperaban.Y fue en ese entonces que Gerardo fue directo a ayudarlos y luchara junto a ellos para que al menos limpiara un poco su imagen en estos momentos y les diera tiempo a sus hombres que abrieran la gran puerta.
Pasaron los minutos, y fue ahí que todo se calmó luego de que la emboscada enemiga fallara con el grupo de Gerardo, pero con el otro grupo todo era oscuro en nuestra imaginación pues aquí no había alguien que los ayudara con la iluminación en esta mazmorra.
La poca luz que iluminaba provenían de las antorchas de los orcos, un aventurero esta tan herido que no podía caminar solo podía gatear por el suelo con dificultad. Fue ahí que uno de los orcos lo agarró por el tobillo y este lo jalara hacía la gran puerta que este es lq que conduce con su Lider Orco y que también estaban ahí Némesis e Imox luchando por sus vidas.
Pero en el otro grupo, Gerardo estaba más que furioso e irritado, él había caido en su totalidad una trampa que no había posibilidad de salir de aquí. Era más que evidente que estaban atrapados y sin ninguna salvación.
—¡Vamos, retrocedamos! ¡Retrocedamos! —y pensó nervioso por lo que sucederá— "¡Puta madre, no hay escapatoria!"
Pues la puerta que se supone los guiaría contra el enemigo solo era pura tierra que hay en el otro lado de la puerta.
En otra parte, Némesis e Imox retrocedian ante estos monstruos en forma de canes que para tratar con ellos era difícil, pues la paciencia a veces se quebraba por su increible poder de ataque que estos tenían.
"—Pueden escupir fuego, acido, ver lo que hay detras de las paredes, tienen una fuerza cinco veces mayor al de un humano en promedio, con esto ya es suficiente información para empezar a planear."
Ya iba a decir su plan a Imox para quitarles sus vidas, pero Némesis reaccionó enojado y furioso al ver lo que quiere hacer él: —¡Imox, ¿que putas haces, cabrón?! —vió que Imox se alejaba y este le contestó— ¡Tenemos que luchar en separado! ¡Así será mejor para mejorar la situación!
—¡Pendejo, así complicaras más la situación!
Némesis no podía dejar que Imox se vaya solo, pues aún no sabe sí ese orco es capaz de usar magia, en especial en uno: "—¡Tienes que ser tan pendejo para pelear solo contra el mundo! Recuerdo que ese orco puede usar muy bien la magia del espacio-tiempo y lo peor es que ese fue su primera magia que descubrió como usarlo a su favor."
En el pasado, ese orco podia usar magia de cualquier tipo a excepción de aquellos que son más poderosas a menos uno que es del espacio-tiempo. Este podía moverse de un lugar a otro sin ningún problema, incluso podía manipular el espacio de otro enemigo que pudiera afectar su sentido de orientación.
El orco solo sabe como manipular el espacio y el tiempo del terreno circundante pero con la limitación de que este solo lo puede usar en un radio de un kilometro.
—¡Imox, vuelve aquí pendejo!
Pero el orco que estaba mirando alegre la situación quizo usar esa habilidad que le fue heredado por alguien: "—Creí que iba a morir en ese momento —recordó su pasado cuando Némesis lo asesinó—. Ya había aceptado mi muerte pero esos malditos dioses me revivieron de la inexistencia."
En esa mera oscuridad sintió como su realidad se volvia a teñirse de color, sentía como lo drenaban queriendo que él apareciese en la existencia.
Y fue ahí salió de ese lugar desconocido y apareciese en un laboratorio. Respiraba exhausto por lo que pasó, lo que veía solo era una mano que lo tenía agarrado de la cara, este tenía puesto un guante que al ver quien lo sujetaba se trataba de una mujer que portaba una armadura con tonos grises y oscuros.
No podía ver su rostro porque el casco lo cubría, pero lo que delató su genero era por su apariencia, era la de una mujer. No comprendía cómo una mujer lo sacó de la inexistencia pero él estaba aquí, quería rebelarse ante ella pero apenas sacó ese instinto de querer matar a su rescatista recibió un choque electrico en todo su cuerpo que lo sintió hasta su ser.
Cuando este dejo de sentir ese choque cayó inconsciente y no volvió a despertar. Actualmente este orco estaba sonriendo como un desquisiado, alzó su mano a la altura de su pecho, se imaginó cargando una esfera redonda en su mano y con todas sus fuerzas trataría de destruir esa esfera que en realidad se trataba de su uso en la manipulación del espacio-tiempo que de su mano que sostenía esa orbe le drenaba su maná.
Su mirada perdida en la locura y ansias de querer ver a las razas débiles morir, ese deseo que sentía por ello, hizo que de esa misma fructuación que se formaba un remolino se conectaran cinco hilos blancos en las puntas de sus dedos, y como un sentimiento de atracción sentía metió su mano dentro de la fructuación.
Todo paso tan rápido que dentro de esa fructuación una gran mano estaba sobre el area donde Imox estaba. Él estaba a un solo paso a dar, y esta mano que es del orco abrió la mano por completo, del pulgar conectaba en específico donde Imox va a pisar y del meñique, el quinto dedo conectaría donde sería el lugar que trasladaría a Imox para alejarlo así de su compañero que este supo sus planes.
Los dedos indice y medio, el segundo y tercer dedo atraían a ese sitió que el Orco quiere moviendo sus dedos como sí estuviera pedaleando una bicicleta. Todo el area que Imox debía de correr se comprimía como sí de un video, un fragmento sería recortado para seguir con las mejores partes.
Cuando el espacio se comprimió, esa area se conecta con el dedo meñique, el orco juntó el dedo pulgar con el meñique tan rápido formando así el movimiento.
El tiempo volvió a la normalidad, todo corrió al son de que el momento transcurriera normal. Cuando Imox dió ese paso, Némesis que aún lo seguía observando, este desapareció junto con los canes que lo perseguían.
"—No."
Un can casi se acercó a su area de defensa, sentía que sí seguía así estaría rodeado por estos cuatro canes en cuestión de segundos.
"—Imox, Imox, ¿porqué madres no me escuchaste? Ahora me tengo que prepararme mentalmente pero primero tengo que solucionar esto."
Tuvo que retroceder para evitar que estos canes lo rodearan. Se alejaba cada vez más del orco siendo con la intención de tener que hacer un plan ahora que tiene nueva información sobre él.
[Paso veloz] le ayudaba mucho en estos momentos, era de pura suerte que esta habilidad no haya sido eliminado después de que el Sistema 1 se instarala y reseteara casi toda información del Sistema 2.
Ya alejado del Líder Orco y que ya estuviera en otro sitio donde el lugar es más abierto se quedó pensando en qué armas usaría ahora mientras corría lo más rápido que podía para llamar la atención de los canes: "—Los urumis gastan demasiado maná además de que cuando hago un corte limpio tengo que usar toda la fuerza de mi cuerpo para hacer ese movimiento que me cuesta hacer por mi cuerpo.
>La lanza suena tentador pero posiblemente gaste mucho maná, las dagas no me serán de mucha ayuda en este caso por el ácido que los canes escupen. Maldita sea, sí que esta habilidad es muy útil pero me jode un buen de maná que gasté en cortar los Arboles Reproductores."
Ya no había otras opciones qué tomar, ya había gastado todos sus puntos de experiencia que las habilidades que ahora adquirió no le serán de mucha ayuda. No tuvo más de otra que tomar su espada y saliera a correr en direcciones aleatorias: "—Me será complicado acercarme a uno de ellos sin que ocupen sus habilidades. No hay opciones que pudiera tomar, sí quiero ganar tengo que acercarme a la muerte."
Para ello miró un castillo que soportaba el techado que con eso se ingenió un plan para usar su ambiente a su favor. Se puso detras de este, un can saltó sobre del soporte que el can podía mover a su alrededor sin pisar el suelo y escalar el castillo. Sigilosamente se acercó a Némesis al verlo ahí quieto sin hacer nada, ya tenía a su presa que empezó a babear bastante.
Babeó un poco sus labios para tenerlos listos para comer bien esa carne humana y se preparara. Vió que ese humano miró a otra parte dandole una gran oportunidad para atacar sigilosamente.
Saltó con la mera intención de comerlo vivo pero lo que no se esperó fue que él lo había engañado. Como podía ver lo que hay detras del muro, a su enemigo no lo veía con claridad, solo veía su calor corporal que cuando Némesis giró un poco su cabeza, no sabía desde un principio sí él giro frente o fue detrás.
Pero al ver a Némesis estando cara a cara, se dió cuenta de que cometió su error. Estaba cerca de comerse de un bocado al chico pero él sosteniendo un espado lo estacó entro de la boca y de la espalda del can saliera la punta de la misma que eso da a entender que el can había muerto por ello. Murió al instante porque en eso ya le había atravesado su corazón.
Némesis no pudo evitar que el cuerpo cayera sobre él y como consecuencia se quedara atrapado sobre del cadaver. Difícilmente salió de ahí tan rápido como pudo, pero cuatro canes lo habían rodeado para ese entonces.
Ya no había de otra más que usar su hechizo mágico [armas de luz y oscuridad] al igual que tomara el alma del can chasqueando sus dedos.
Esta habilidad se llama [ejercito de luz y oscuridad] que le permite invoncar soldados que estén al nivel sin importar sí el leal, o sea el soldado, sea poderoso o no.
Los otros tres canes que presenciaron la muerte de su compañero se comportaron muy agresivos con su atacante, ahora su físico cambió entornandose su piel en un tono oscuro.
Las venas que estan expuestas se tiñaron en rojo vivo que hasta incluso unas cuantas venas reventaron por ello. Némesis sintió un cambio abrupto de poder: "—Sistema: Rango del enemigo."
De inmediato el Sistema 2 hizo aparecer su ventanilla mostrando el rango del enemigo.
**[Nombre: ...]
[Rango: B > A]**
"—Estos pinches perros modificados de laboratorios mágicos, aún recuerdo haber luchado contra uno de ellos en ese tiempo."
La expresión del chico se puso en neutral, no había algún sentido de vida en esos ojos que desde hacia tiempo nunca transmitió esa luz de vida en sus ojos ni en sus vidas pasadas tampoco. Sí quería ganar esta lucha, deberá dejar sus emociones para activar aquellos instintos humanos pritivos que están aún sin florecer.
Esa adrelalina recorrió en todo su cuerpo, sintió como todo estaba yendo en camara lenta, esta era como una especie de droga que hace que la mente entre en un estado más relajado pero en este caso no es una droga hecha por alguien más sino que proviene de nuestro cuerpo humano.
Némesis salió corriendo de ahí sin mirar atras, los canes lo perseguían sin temor alguno de que les pasara, ya tenían la confianza de que este no los cortaría como lo hizo con su compañero en ese entonces.
Némesis se preparó escondiendose detras de un castillo, posicionó su brazo como sí llevara una lanza pero no era aún el momento de usar su hechizo, debía de esperar.
Los canes fueron rápido tras el chico, uno de ellos se acercó tanto teniendo la intención de hacerlo cenizas con escupirlo con ácido. Némesis predijo varias posibles escenas que supuso su imaginación, entre de ellas era sobre este momento.
Activó un [escudo de luz] y una [lanza de luz], el can escupió ese acido que se supone moriría pero no lo fue, ese escudo impedía que su ácido fuera efecto que no tuvo otra opción más que atacarlo de frente por su vida.
Se lanzó contra el chico pero este sin temor también fue de frente que empuñando su lanza haciendo una estocada que terminó atravezando el pecho del can y no solo eso, de la punta salieron más lanzas a menor medida conforme va pasando el tiempo como lo que pasó anteriormente con el orco. Varias veces se repitió esto en menos de tres segundos que terminó eliminando al can.
El alma de este terminó reclamado y obtuviera otro soldado más que lo siguiera.
Un can venía por la espalda, Némesis chasqueó sus dedos que detras de su espalda salió una gran bola de masa oscura que contraatacó al can chocando, siendo la masa oscura que alejó al can.
El gasto de maná fue casi al cincuenta porciento que tuvo que desactivar sus hechizos por el consumo de maná. Némesis sentía como el gasto excesivo renpentino de maná le cobró factura a todo su cuerpo que termino vomitando un poco sangre.
Tuvo que tragarsela, por poco casi tiró una gota de sangre al suelo que se limpió sus labios. La mancha de sangre se quedó impregnado un poco en sus labios pero no le tomó importancia eso.
Ahora solo quedaban dos enemigos a restar pero había un problema, no tiene el maná suficiente para enfrentarse ante estos canes. Abrió el segundo sistema notando que había subido de nivel.
**[Nivel: 15;
Puntos de experiencia: 30]**
"—Cuanto cuesta las poción de maná."
**[Poción de mana:
Rango Bajo: 5 P.E;
Rango Medio: 15 P.E;
Rango Alto: 30 P.E]**
"—Válgame Dios, ¿porqué apenas se me ocurre preguntar ello? Ah...
>Ya me acordé que siempre compro con la alquimista de la esquina."
Con esos treinta puntos de experiencia que tiene puede usar con confianza sus hechizos por un corto tiempo. Sabe qué arma usar que se puso firme en su posición de ataque y esperó a que uno se lanzara.
Por unos momentos estuvieron así, se movían lentamente con cada paso que daban. Los gruñidos de estos dos canes fue tal que ambos se molestaron y se gruñeron entre ellos por un momento y luego volvieran a mirar al chico.
Némesis se limpió el sudor de su nariz y volviera a posicionarlo de lado suyo como sí llevara un arma, un urumi: "—Chingada madre, ahora me quiere picar la nariz —se rascó donde sentía molestia—. Sí termino chingandome a estos... perros haré que el maldito Imox me page la comida por una semana."
Sonrió al pensar en ello, y siguió esperando a que un can se acerque. Predice cada movimiento que harían estos como un ataque simultaneo, ataque por turnos o de diferentes movimientos. Pensó en cómo moverse desde hacer un giro y que las hojas de dos urumis corten a la mitad a los canes, usar un urumi para abatir al primero con un movimiento usando el mismo urumi como un látigo y el ultimo ataque lo hace con un movimiento horizontal.
Esa es una entre varias escenas que la mente del chico crea. La paciencia poco a poco se estaba agotando hasta que uno de los canes rugió intimidando a Némesis siendo el más cercano. Fue al ataque al igual que el otro y juntos atacaran al chico con sus habilidades.
Némesis activó su hechizo creando dos [urumis de luz], hizo un movimiento giratorio con su cuerpo y terminó cortando en dos al can que este logró escupir un poco de ácido directo al chico.
Pudo esquivar el ataque pero terminó recibiendo un poco de ese ácido que terminó quemando un poco de su piel. No tuvo el tiempo de checar su herida y fue a atacar contra el ultimo can que queda.
El can fue el primero en atacar escupiendo fuego a una distanca un poco cerca a Némesis, pero fue tal que el chico ya se ideó cuanta distancia iba a tener largo de la hoja para cortar a su enemigo en dos.
Alzó su ataque y la hoja del urumi se alargó demasiado que terminó cortando en dos a la cabeza del can. Se pudo proteger contra el fuego con un escudo pero el calor fue tal que lo llegó a quemar.
Las llamas lo apago, tomó un suspiró luego de esto y empezara a gritar el nombre de Imox: —¡Imox! ¡¿Donde madres estas?! ¡Imox!
En otra parte Imox le faltaba dos canes y sí resolvía este problema actual ya fuera con Némesis para ayudarlo contra los otros canes que los persiguieron
El can ya estaba más que herido, Imox estaba herido por el ácido y las quemaduras por el fuego que difícilmente no podía ignorar ese dolor que proviene de ahí.
Alzó su arma y el can recibió el balazo pero no murió, corrió tras saber que estaba en sus ultimos momentos pero recibió otra bala de maná que acabó terminando en su frente muriendo así de manera rápida.
Quedaba otro que este también estaba herido. Cuando Imox disparó la primera bala, este lo recibió de lleno en su pantorrilla trasera que cayó. El miedo lo tomó desprevenido y la adrelalina recorrió en todo su cuerpo que sin importar el dolor que sintiese se levantó e intentó huir de Imox que lo estaba apuntando.
Apenas dió diez pasos perdió un pie y su estabilidad le fallara cayendo al suelo por eso. Intentó levantarse una vez más sin importar el dolor que sintiese al usar la parte amputada pero se resbaló al momento de que pisara.
Recibió otra bala pasando por la columna vertebral del can que perdió la movilidad en la parte trasera. Ya no había de otra, la desesperación lo llevó a que escupiera todas sus llamas a Imox sin importar sí este estuviera lejos y el alcance del ataque no le fuera a llegar.
Imox disparó, la bala atravezó tras las llamas que llegó a impactar en el ojo del can que paró de escupir las llamas que creyó que con eso lo detendría. El can aún con vida quizo retroceder, pero al girar en dirección contraria donde Imox estaba una mano lo sujetó detras de su cuello, lo alzó en alto que al mirarlo quién lo agarraba es el líder orco.
El orco estaba más que furioso, exhibió esos dientes que lo llenó aún más de miedo. Este abrió su boca de manera anormal que ni Imox comprendió el real físico de este monstruo que fue sacado de una pelicula de terror.
El orco se había comido la parte de atras del cuello donde lo sujetaba. El can murió y su asesino tiró su cuerpo al suelo sin tener empatia alguna, solo su rostro expresó rabia y furia por cómo es que su leal canino fuera tan miedoso.
Ahora el orco llevaba una armadura que la mayoría de las partes son de armaduras distintas de los aventureros que llegaron a ocuparlo, todas siendo pertenecientes de los miembros del Gremio Olmeca.
Imox ya iba a disparar alzando su arma pero el orco pensó rápido con un rostro perturbador exhibiendo sus dientes que lanzó una daga directo al hombro de Imox que lo recibió de lleno.
Perdió la movilidad de su brazo completo que cae también su arma tras perder el control de esta parte afectada de su cuerpo. Imox quizo usar su mano derecha pero este orco se movió a una velocidad tan perturbadora que lo llegó a sujetar de su cuello y lo alzara.
—Ya me tienes harto, humano —agarró del hombro a Imox con la otra mano y con su pulgar empezó a apretarlo hasta que metiera su dedo dentro del cuerpo del hombre.
Los gritos de Imox eran altos pues el orco le quería también dejar inmovil el otro brazo y lo torturara. Los gritos fueron el calmante para el orco que dejó de sujetar el cuello y sonriera perversamente.
Manipuló el espacio con la intención de que los gritos llegaran hacia el chico que venía en rescate de Imox. Némesis lo llegó a escuchar claramente que empezó a gritar: —¡Imox! —y luego él gritara también— ¡Némesis! ¡Ayúdame!
Imox desgarró sus gritos que Némesis se puso muy furioso por ello, supuso que el Lider Orco lo apenas lo esta torturando: —¡Puto orco, enfréntate ante mi, basura!
>¡Imox, no pares de gritar! ¡Te estoy buscando!
—¡Némesis, ayúdame! ¡Ayúdame!
>¡Ayúdame!
...