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74.39% El Ultimo Sol Naciente / Chapter 183: Capítulo 185: Último regalo (1)

Chapter 183: Capítulo 185: Último regalo (1)

Una suave brisa que sopla suavemente las hojas de los cerezos. De un color rosa brillante; árboles decorando las calles de Japón con su hermoso color.

La primavera ha llegado finalmente y, con esto, ha pasado casi un año desde que Toru fue invocado. 

Aquel muchacho, que al principio tenía una mirada apagada, ahora yacía caminando junto a Aoi con una expresión relajada. Sus ojos mostraban el brillo que se perdió en el Trono de Héroes.

'Haa… todo ha estado tan calmado…'

Aoi pensó. Si Toru fuera su hijo, sería un buen hermano mayor para Sakura y Rin. Es por eso que lo trataba como tal. Ella vio mejorar la actitud del chico con el pasar del tiempo y estaba orgullosa por eso.

'Un niño lleno de heridas y cicatrices…'

Ella desconocía la historia de Toru, pero podía ver que él no la ha pasado bien en vida, incluso muriendo a una edad muy temprana.

"Si ganas la guerra, ¿qué deseo le pedirías al Santo Grial?"

Toru se detuvo por un segundo al oír esa pregunta repentina. En seguida sus ojos perdieron su brillo y, con una voz monótona, sin emoción, le respondió:

"Eso no es asunto tuyo…"

Aoi se quedó mirando a Toru. Él le respondió de una forma tan fría y despectiva que por un momento sintió como si alguien la hubiera golpeado en el corazón. Él incluso dejó de hablarle con respeto.

"Ya veo… lo siento. No fue mi intención ofenderte con mi pregunta"

Toru negó con la cabeza y avanzó.

"Discúlpeme usted a mí. No debí hablarle de esa forma"

"No, Toru-chan. Está bien. En serio. No tienes que disculparte. Es solo que no pensé que mi pregunta te haría enojar tanto. Es un asunto personal tuyo en el cual yo no debo intervenir, lo entiendo"

"Aun así, disculpeme"

Toru fue más terco en este aspecto. Él solo avanzó el resto del camino junto a Aoi en completo silencio.

***

He aquí una pregunta: ¿Qué es el amor? La respuesta es bastante sencilla y complicada a la vez. 

El amor es un sentimiento extraño que nace en las profundidades del cerebro. Muchos entienden el amor, pero, ¿qué hay de aquellos que no? 

El amor puede ser un sentimiento cálido y agradable como el verano; como también frío y doloroso como el invierno. 

La mente de cada persona es diferente, por lo que su forma de ver el amor también lo será, pero, reitero, ¿que hay de aquellos que no conocen el amor? ¿Puede alguien no saber qué es el amor? Pues, por más extraño que parezca, existe gente que desconoce no conoce ese sentimiento. Toru es de esas personas.

El no entiende el amor porque nunca conoció verdaderamente ese sentimiento, pues él solo se basa en las experiencias de su primera vida y en las experiencias que tuvo en su segunda vida para darle un significado a los nuevos y extraños sentimientos que surgían en el fondo de su corazón. 

Para él eso era amor. No importa si sufre, no importa si eso le destroza el corazón, no importa cuan rota quede su mente, nada más importa si las personas a su alrededor pueden sonreír y ser felices. Eso, para él, es amor. Un amor emfermizo y triste el cual, lastimosamente, se ha quedado grabado en el fondo del subconsciente de Toru.

Por eso, mirando la mansión que se levantaba con grandes paredes, él pensó en la pregunta que Aoi le hizo. Un ganador, un deseo. ¿Qué deseo pedir? Para él, en el momento de su invocación, ese deseo estaba claro como el agua, pero ahora… al recordar la sonrisas de Aoi y sus hijas…

'Yo estaba ahí…'

Su mirada se ensombreció mientras el cabello le cubría los ojos.

'Ellas… ¿eran felices?'

¿Qué es la felicidad? 

Los seres humanos relacionan la felicidad con el sentido del placer. Si Toru tomaba eso como base para describir el sentimiento, entonces se daría cuenta que muy pocas veces en su vida se ha sentido feliz. Sin embargo, en esas pocas ocasiones, él había logrado hacer sonreír a otras personas, logró hacer felices a otras personas y eso género aquel sentimiento enigmático que, como un glaciar, hervía profundamente dentro de su corazón. Incluso si por dentro él estaba completamente roto; aún podía sentir felicidad aunque no entendiera esa emoción.

"¿Qué es la felicidad?"

Está vez él se preguntó en voz alta. Aoi ya había entrado a la mansión, por lo que solo quedaba aquel chico mirando la entrada de la casa. 

Esta era una pregunta bastante profunda que distorsionó la forma de pensar de Toru. El siempre se ha adaptado a las situaciones de forma magistral, adaptando su mente y cuerpo de forma extraña. Parecía que se había adaptado a esta nueva vida como Servant bastante rápido, ocasionando un cambio en su sentido de propósito. Hacer felices a los demás es lo que lo hace feliz, pero la vida para él ya terminó hace un tiempo, por lo que ya no podía ejercer ese sentido de propósito en su día a día. 

"Yo… he causado infelicidad…"

Ciertamente lo hizo, pero cuando se dió cuenta, ya era demasiado tarde. 

'Yo… no merezco más oportunidades…'

Porque de conseguir otra oportunidad, él solo volverá a cometer el mismo error una y otra vez. Así que, aquel deseo seguirá presente en su mente hasta que se cumpla.

"¡Onii-san! ¡Ya llegaste! ¡Mira lo que hice!"

Aquella voz tan conocida para él resonó cerca de una ventana. Toru miró allí borrando todos los pensamientos que hasta hace un momento tuvo y suspiró. 

La dueña de la voz era Sakura, quien lo miraba por la ventana mientras lo saludaba. 

En vista de esto, entró a la mansión y caminó hasta encontrarse con Sakura, quien había bajado las escaleras bastante rápido, pues ya se encontraba a un lado de la puerta que conducía al jardín de la mansión.

"Tienes que ver esto. Al fin lo logré"

Toru sabía de lo que Sakura estaba hablando, pues en este último año él se había convertido en un amigo y maestro para está niña. 

La escena cambia repentinamente, mostrando el jardín cuyas flores muestran su espléndido florecimiento. El viento sopló suavemente, haciendo que la bufanda de Toru baile al compás de la sinfónica melodía de la primavera. Sakura miró esto, miró la expresión en el rostro de Toru. Para ella era relajante verlo, pues él evocaba esa extraña sensación de calma en cualquier escena solitaria.

"Muéstrame tu progreso"

Dijo él. Sakura, emocionada, se agachó y miró detenidamente el suelo de tierra que se extendía como una cama para el césped. Ella frunció el ceño y juntó las manos. Aunque fue lento, conectó los sellos en sus manos y tocó el suelo con timidez.

"Doton…"

Un crujido se escuchó y la tierra bajo la mano de Sakura se levantó como el brote de un vegetal. 

"Hm… no es muy bueno, pero teniendo en cuenta el tiempo que llevas entrenando, se ve que tienes talento"

"¿Lo dices enserio, Onii-san? ¿Puedo hacer cosas tan impresionantes como tú?"

Toru sonrió levemente, recordando cómo fue para él su entrenamiento en ninjutsu. Desde el comienzo nunca fue alguien que tenga capacidades para siquiera moldear el chakra, pero siempre prosperó durante sus entrenamientos. Con el tiempo, mientras sus manos dejaban de ser las delicadas manos de un niño, su talento surgió como un brote, como los pétalos de los cerezos. Era difícil para él, pues cada vez que usaba ninjutsu se cansaba muy rápido. Sin embargo…

"Te tomará tiempo, pero podrás hacerlo. Tal vez no al nivel del que yo solía tener cuando estaba con vida, pero puedes mejorar con esfuerzo"

"Ya veo. Entonces, ¡seguiré entrenando!"

"No te sobreesfuerces. Así como entrenas, también necesitas descansar. Al principio yo no sabía esto y me lastimé muchas veces por esa misma razón"

Quitándose las vendas de uno de sus brazos, le mostró a ella las cicatrices que tenía.

"Esta es la prueba de que sobre esforzarse nunca es bueno. Eres una chica, no querrás tener cicatrices tan feas"

Sakura miró las cicatrices de Toru y se sintió apenada. Ciertamente parecía que Toru se llevaba al límite siempre, por eso era tan fuerte. Pero, ¿cómo llegó Toru a enseñar ninjutsu a esta niña? Esto se remonta unas semanas atrás.

***

Kirei seguía estudiando magia al igual que Rin junto a su padre. Sin embargo, Sakura era la única que pasaba en completa soledad junto a su madre, pues parecía que Tokiomi solo tenía ojos para su hija mayor. Esto evidentemente estaba afectando a Sakura, ya que, ella no se sentía amada por su padre. Con el tiempo comenzó a tener una expresión más triste. Dejó de hablar tanto con Toru como solía hacerlo y, en secreto…

"¿Por qué no funciona? Yo lo ví… tengo que ser igual que Onee-san…"

Con las manos sobre una brillante piedra preciosa, Sakura trató de controlar el maná de esta para darle una forma. Se veía bastante difícil, pero aún así ella estaba intentándolo con todo lo que tenía. 

Una pequeña gota de sudor cayó por su frente, mientras desesperadamente trataba de controlar el maná, pero algo malo estaba pasando. La piedra comenzó a brillar y parpadear de forma extraña. 

"No… no… si puedo…"

Envolviendo la piedra con ambas manos, ella trató de controlar su propio maná, pero era imposible. La piedra se estaba deformando, extendiéndose como afiladas agujas y entonces…

"¡Kya!"

Rápidamente retiró las manos de la piedra y se dió cuenta de que esta le había lastimado las manos. Había sangre corriendo por su piel y lágrimas derramándose por su pequeño rostro. 

"No puedo…¿Por qué no puedo? Yo también quería…"

Ella también quería que su padre le pusiera atención, pero ella sabía que en el fondo, eso sería imposible. 

"¿Por qué…?"

Se preguntó, y alguien respondió su pregunta con dos suaves golpes se escucharon en la ventana. Con las manos lastimadas y con las lágrimas escurriendo de su rostro, ella miró el origen de ese sonido. Allí estaba él, literalmente pegado a la pared, mirándola con aquel rostro inexpresivo.

"Onii-san…"

Ella de inmediato abrió la ventana. En ese mismo instante, Toru entró rápido y con las manos en los bolsillos, miró la piedra en el escritorio que brillaba tenuemente con una luz azul como el cielo. La piedra tenía pequeñas gotas de sangre fresca. 

Él entendía la situación. De hecho, debido a que estaba en el techo, cerca de la habitación de Sakura, escuchó el grito y acudió al instante.

"¿Prácticas magia?"

"Yo solo…"

Ella se detuvo cuando Toru puso la mano sobre la piedra.

"Shimikomaseru…"

La piedra comenzó a brillar, retorciéndose de forma extraña y convirtiéndose en una hermosa flama blanca. La flama parecía seguir la voluntad de Toru, pues, cuando él movía la mano, la flama lo seguía. 

Los ojos de Sakura se iluminaron al ver esto. 

Mientras tanto, con el Shigan, Toru vio como su chakra había sido completamente reemplazado por el maná de este mundo. El aún conserva su sistema de chakra, pero ahora también tenía los circuitos mágicos de un Magus. La reacción de la piedra era la prueba de ello.

"Ninshū. Así fue llamado el ninjutsu en aquellos tiempos primigenios. El ninjutsu es el arte del ninja, el arte de la manipulación de la energía del cuerpo. Eso es ninjutsu, algo parecido a la magia"

Toru miró a la niña y entrecerró los ojos.

"¿Entiendes ahora lo que es la magia? El concepto es sencillo, la práctica es el problema"

Ella es alguien con un talento oculto que se veía opacado por su reservada personalidad. 

Cuando él vio a Sakura en esa situación, de alguna forma se vio a sí mismo reflejado en ella.

Para él era molesto recordar eso porque sentía algo horrible en el fondo de su corazón. ¿Qué es ese sentimiento? Él ya comenzaba a familiarizarse con eso. 

Sakura no supo cómo responder. Así que Toru se acercó a ella y la tomó de las manos.

"Si logras controlar el ninjutsu, podrás controlar la magia""

Las manos de Toru se iluminaron en una luz verdosa opaca y las heridas de Sakura comenzaron a sanar lentamente. Ella sintió como el dolor desaparecía y miró a Toru sin saber qué decir. 

Él solo estaba en silencio, aplicando aquella misteriosa magia que sanaba las heridas.

"¿Cómo te sientes ahora?"

"Eso… Fue increíble. Onii-san es un mago increíble"

Toru corrigió.

"No soy un mago. Soy un ninja"

Un ninja que usaba magia extraña. 

La magia de Toru era tan impresionante que la dejó sin palabras. Era algo perfecto y hermoso. De hecho, la llama sigue encendida en la piedra que está sobre el escritorio.

Él extendió la mano y la llama se apagó a pesar de que estaba a más de dos metros.

"Yo… ¿podré algún día hacer magia tan hermosa como la tuya"

Ante la pregunta, la miró a los ojos y dijo:

"Mi magia está diseñada para causar daño a las personas, no es algo que existe para verse bien"

Pero si Sakura quería aprender, era su decisión y de nadie más.

"Pero…"

Nuevamente tomó a Sakura de las manos y las juntó, formando el sello del carnero.

"Los sellos de mano existen para hacer fluir chakra/maná por el cuerpo. Moldeamos esa energía a través de los sellos de mano y mucha práctica. Prueba y error; nada será perfecto al inicio. Será como tirar un dado al azar. Con el tiempo, con entrenamiento, podrás manipular ese azar, convirtiéndolo en lo que tu imagines"

El principio del ninjutsu, el principio de la magia. Explicarlo de esta manera era la mejor opción para que Sakura entendiera.

"Imaginar…"

Soltando las manos de la niña, Toru se acercó a la ventana.

"No vuelvas a hacer algo que te haga daño. Si quieres aprender magia, primero debes ser supervisada por alguien que sepa del tema. Así te evitas problemas. Adiós"

Tan rápido como llegó, desvaneciéndose en la oscuridad de la noche con una brisa helada, desapareció por completo. 

Sakura miró la ventana en silencio y vio una pluma negra caer sobre el marco de la ventana. Tomó la pluma y la miró en silencio.

"Onii-san…"

-A la mañana siguiente-

El sol ya salió y Sakura se levantó bastante temprano está vez, pues había una cosa que no podía quitarse de la mente y que tampoco la dejó dormir anoche. 

Levantándose de la cama entusiasmada, aún con el pijama puesto, ella se desvistió mientras caminaba hacia el armario. 

Abrió las puertas y escogió la ropa que usará hoy. Con determinación en su mirada, escogió una ropa que, aunque se ensucie, será fácil de lavar, pues ya tenía planeado algo para hacer en este día.

Salió de la habitación con el cabello arreglado y con pequeñas botas y medias largas en las manos. Vestida con una blusa color azul cielo y una falda larga hasta las rodillas de color negro, ahora ella solo tenía una persona en mente. Por lo que rápidamente se puso las medias largas y las botas y salió al jardín de la mansión.

"¡Onii-san!"

Lo llamó apenas salió de la mansión.

"¿Qué…?"

Dijo él, apareciendo de la nada como un fantasma.

Sakura se asustó un poco por lo rápido que apareció Toru, pero el susto se le pasó al ver la velocidad del chico.

"¿Cómo puedes ser tan rápido?"

Eso era lo primero que está niña preguntó al verlo. Ella ya había hecho esa pregunta mil veces y Toru ya la había respondido mil veces.

Para este punto, Sakura se había olvidado de lo que vino a hacer. Cuando se acordó de eso, la expresión de su rostro cambió a una más seria y miró a Toru a los ojos.

"Onii-san…"

Aunque después se sintió avergonzada por preguntar algo así tan de repente. Ella pensó que sería una molestia para Toru por lo que se le hizo difícil expresar lo que sentía.

Él se percató de esto, así que se agachó y la miró esperando pacientemente.

"Puedes… ¿puedes enseñarme magia?"

Con esa pregunta, Toru meditó por unos segundos. En vista de que no hay nada interesante que hacer en esta mansión y que aún falta un año para que el Heaven's Feel comience, el podría ver esto como una oportunidad para pasar el rato sin aburrirse. Además, él ya le mencionó las bases del ninjutsu a esta niña, así que podría ser interesante intentarlo.

"Podría intentarlo. Será una buena experiencia"

"¡¿En serio?!"

"Si…"

Así fue como comenzó todo.

-En el presente-

"Ahora con Fūton. Intenta usarlo"

"Si, Onii-san"

Sakura juntó las manos y tan rápido como pudo, conectó los sellos. Colocó la mano con el sello del carnero a la altura de la barbilla y entonces…

"Fūton… Fuuuuuuuuuuuuu…"

Sopló con todo el poder de sus pulmones. 

Toru puso su mano frente al rostro de la niña para comprobar si ella logró moldear el maná para convertirlo en viento, pero solo sintió el aliento de esta niña tocándole la palma de la mano.

Cuando se le acabó el aire, Sakura respiró y miró a Toru.

"¿Lo logré?"

Él negó con la cabeza.

"No. Solo eras tú soplando el aire de tus pulmones"

"Ugh… es muy difícil"

"Es normal que sea difícil. Aunque, a diferencia de ti, para mí fue mucho más difícil de lo que crees. A ti solo te llevó dos semanas controlar un elemento hasta cierto punto. ¿Sabes cuanto tiempo me llevo a mi?"

"No…"

"Casi cuatro años"

"..."

Ciertamente Sakura tiene el talento para usar el ninjutsu y la magia, a diferencia de Toru, que nació sin el talento y tuvo que llevarse a sí mismo a los límites de su propio cuerpo para lograrlo. Con esto, Sakura entendió que, en cuestión de talento, supera a Toru por mucho. Esto la llevó a ponerse más seria. Ella no quería traicionar las expectativas de su maestro, pues parecía que el mismo Toru entendía el potencial de esta niña, por eso ella no desperdiciara esta oportunidad.

"Dejando eso de lado. Déjame mostrarte otra vez como liberar el elemento viento"

Juntó sus manos y conectó los sellos de manera que Sakura pueda verlos y memorizarlos.

"Fūton [Estilo Viento]"

Inhaló una gran cantidad de aire y la expulsó como un fuerte soplido que empujo las hojas de los árboles con fuerza.

"Ahora es tu turno. Veamos si puedes controlar más de un elemento a parte de la tierra"

"Si…"

Sakura continuó su arduo entrenamiento.

-Más tarde-

Ambos, caminaban por la zona comercial de Fuyuki. 

Sakura comía un helado mientras Toru solo caminaba en silencio al lado de esta niña.

Después del entrenamiento, Sakura tomó un baño y sintió ganas de salir a caminar un rato, llevando a los dos a esta situación.

Toru, un poco agobiado, miró a Sakura. Lo que él vio en esta niña no tenía sentido.

'Ella es un poco aterradora…"

A él le tomó años aprender a usar los elementos fuego y viento, para combinarlos y crear el Shakuton. Sin embargo, Sakura, en dos semanas, logró usar tres elementos.

Eso no era para nada normal, pero teniendo en cuenta que existían prodigios en el Mundo Shinobi como los Senju o los Uchiha, no era de extrañar que también hubiera personas prodigiosas en este mundo.

'Fuego, viento y tierra… ella puede controlar esos tres elementos y es posible que ella también sea capaz de controlar el elemento agua y rayo, pero…"

Recordando a Sakura soplar una pequeña llama, hacer brotar un pequeño bulto de tierra y soplar las hojas de un árbol con delicadeza, a ella solo le faltaba controlar los dos elementos restantes para ser una maestra elemental.

'Es sorprendente. Se supone que los magos controlan sólo el elemento con el que nacieron, a no ser que estudien durante años, pero parece que los sellos manuales de alguna manera afectan la forma de la magia en este mundo. Tal vez los magos podrían controlar todos los elementos a través del ninjutsu. Con esto, ¿cómo afecta mi conocimiento a este mundo? Me interesa experimentar un poco'

Y para probar esa teoría, Sakura sería el conejillo de indias perfecto.

"Onii-san…"

Toru se había quedado pensando demasiado en las cosas, pues Sakura ya llevaba un largo rato agitando su helado frente al rostro del chico.

"¿Qué pasa?"

"¿No quieres helado?"

"Uh…"

Cosas dulces…

"No, gracias. Así estoy bien"

"Pero está rico. Vamos, prueba un poco. Solo un poco"

"..."

Al ver la sonrisa inocente de esta niña, él de alguna forma veía una parte de sí mismo reflejada en ella. Está era la razón del por que siempre aceptaba todo lo que ella decía.

Cómo aquel niño cuya infancia se le fue negada, tal vez él solo quería que esa niña no sea igual.

'Haa… ¿Alguna vez yo habría pensado esto en mi vida como shinobi?'

Relajo los hombros y agachó la cabeza un poco. Lamió el helado y rápidamente regresó a su posición de mayordomo. 

Al verlo, Sakura le regaló otra sonrisa y siguió comiendo con el rostro un poco sonrojado.

'Un beso indirecto…'

Pensó ella. 

Toru solo pudo poner mala cara ante el sabor del helado. Las cosas dulces definitivamente no eran algo que a él le gustara.

"A dónde vamos ahora, Sakura"

"Hm… no tengo idea. Siempre voy al parque con Okaa-sama y Rin. Pienso que deberíamos visitar otros lugares, pero no se me ocurre nada"

Viendo algo en específico, Toru se metió las manos a los bolsillos.

"Puedo sugerir algo, pero no estoy seguro si será de tu agrado"

"¿Uh? ¿Qué cosa? ¡Dime!"

"Primero termina tu helado"

Y como si fuera una orden absoluta, sin importar si se le congelaba el cerebro, Sakura se tragó el resto del helado de un bocado. Toru se detuvo en seco y se agachó pensando que Sakura se ahogaría con el helado, pero ella solo tosió mientras se tocaba la cabeza con dolor.

Continuará…


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